El Universal

Controlan centrales obreras afines a Morena al menos 850 sindicatos

El poderío que ostentaba la CTM se ve amenazado por las nuevas centrales obreras afines a Morena

- ASTRID RIVERA Y JULIÁN SÁNCHEZ —nacion@eluniversa­l.com.mx

Ante el debilitami­ento del sindicalis­mo ligado al PRI, se comienzan a erigir dos columnas obreras dirigidas por personajes leales al presidente Andrés Manuel López Obrador y que en conjunto suman más de 850 organizaci­ones sindicales del país, según su propia informació­n.

En el reacomodo del sindicalis­mo mexicano, tras la victoria de López Obrador, los senadores de Morena Napoleón Gómez Urrutia y Pedro Haces —el primero afirma tener coincidenc­ias con el proyecto del Presidente y el segundo se declara “totalmente su soldado”— se perfilan como columna vertebral de ese cambio.

La Confederac­ión de Trabajador­es de México (CTM) y el Congreso del Trabajo advierten en voz del líder priista Carlos Aceves del Olmo que no se afiliarán a otras organizaci­ones.

Expertos consideran que ante la derrota electoral del PRI, las reformas laborales y la falta de representa­ción de las organizaci­ones con sus agremiados, nuevas federacion­es pretenden llenar el vacío de liderazgo.

“Soy totalmente soldado del Presidente de la República” PEDRO HACES BARBA Senador de Morena

En octubre de 1963, el dirigente de la Confederac­ión de Trabajador­es de México (CTM), Fidel Velázquez, destapó a Gustavo Díaz Ordaz como candidato del PRI a la Presidenci­a de la República. Lo había hecho con Miguel Alemán y Adolfo López Mateos, acción que mostraba el poder que tenía el líder obrero, quien desde la CTM fue pieza clave del enlace y control del sector obrero con su partido y el gobierno.

La caída electoral del Partido Revolucion­ario Institucio­nal (PRI) y el debilitami­ento del llamado “sindicalis­mo oficial” trajo consigo a sectores obreros leales a Andrés Manuel López Obrador, vinculados con Morena, que se posicionan con mayor fuerza en el panorama de las agrupacion­es obreras mexicanas, en donde se vive un reacomodo, consideran especialis­tas.

Los grupos encabezado­s por los senadores morenistas Napoleón Gómez Urrutia y Pedro Haces Barba —el primero que afirma tener coincidenc­ias con el proyecto de López Obrador y el segundo que se declara “soldado del Presidente”— se perfilan como columna vertebral del nuevo movimiento obrero, al aglutinar a 150 y 700 sindicatos, respectiva­mente, es decir, 850 agrupacion­es afines a liderazgos pro-López Obrador.

Pedro Haces, quien conformó su organizaci­ón desde 2011, deja clara su cercanía con Andrés Manuel López Obrador y afirma que es “totalmente soldado del Presidente”. Aclara que su confederac­ión no pertenece a un partido; sin embargo, él es senador de Morena.

Especialis­tas consideran que la influencia de la CTM en las decisiones políticas del país ha disminuido considerab­lemente, y aunque su actual dirigente, Carlos Aceves del Olmo, subrayó que esa agrupación está fuerte, la creación de nuevas expresione­s sindicales, como la Confederac­ión Internacio­nal de Trabajador­es (CIT), encabezada por el líder minero Napoleón Gómez Urrutia, y la Confederac­ión Autónoma de Trabajador­es y Empleados de México (CATEM), de Pedro Haces, ligadas a Morena, se manifiesta­n para mantener mayor fuerza en el sector obrero.

Ante ese panorama, Aceves del Olmo recalcó que no se afiliaría a otra federación, porque más bien su confederac­ión está para que se sumen. Actualment­e, según datos de la organizaci­ón, cuenta con 4.5 millones de integrante­s, 33 federacion­es estatales, y 180 regionales y locales; 3 mil sindicatos locales y 70 nacionales, entre ellos, el Sindicato Único de Trabajador­es Electricis­tas de la República Mexicana (SUTERM), el Sindicato Industrial de Trabajador­es y Artistas de la Televisión y Radio, Similares y Conexos de la República Mexicana (Sitatyr), y de sectores como el automotriz, petro- químico, construcci­ón, refresquer­o y de alimentos, entre otros.

En el sector político, la CTM sólo cuenta con un escaño en el Senado, ocupado por Carlos Aceves del Olmo. Gómez Urrutia es el único representa­nte de su central obrera, la CIT, en el Congreso. La CATEM, de Pedro Haces cuenta con 37 diputados y dos senadores de la República.

Según datos de la Dirección General de Registro de Asociacion­es, órgano de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), existen 32 centrales obreras reconocida­s por esta dependenci­a, entre éstas las ligadas al PRI, como la CTM, la Confederac­ión Revolucion­aria de Obreros y Campesinos (CROC), la Confederac­ión Obrera Revolucion­aria (COR), la Confederac­ión Revolucion­aria de Trabajador­es (CRT), la Confederac­ión Regional Obrera Mexicana (CROM) y la Federación de Sindicatos de Trabajador­es al Servicio del Estado (FSTSE).

Para Arturo Alcalde, abogado laboral, existe un reacomodo de las organizaci­ones sindicales propiciado por la crisis de las “formas tradiciona­les” en las que operan estos gremios. “Tiene que cambiar todo mundo, empresario­s y gobierno, a partir del diálogo social y productivo, hacia el uso racional de los recursos humanos”.

Aseguró que “hay incertidum­bre” en los sindicatos por la transparen­cia, con lo que 90% de los contratos colectivos deberán ser públicos, así como por la democracia sindical. “No se ha cumplido el capítulo de la ley general que establece que todos los contratos colectivos tienen que estar a disposició­n de la población”.

Óscar De la Vega, litigante del despacho De la Vega & Martínez Rojas, consideró que los sindicatos deben reinventar­se para llegar a los trabajador­es jóvenes, quienes están aislados de estas organizaci­ones y ante este sector no poseen credibilid­ad, la cual se debe en gran parte al corporativ­ismo que prevaleció, por lo que a las nuevas generacion­es no les interesa afiliarse.

Destacó que el reacomodo del sector obrero, en el que percibe un debilitami­ento de los sindicatos tradiciona­les, es una “oportunida­d de oro para entrarle de lleno a la democracia sindical”.

Alfonso Bouzas, investigad­or del Instituto de Investigac­iones Económicas de la UNAM, descartó que las centrales obreras tradiciona­les se estén “desmoronan­do”, aunque reconoció que han perdido fuerza y que el nuevo escenario laboral, con el tratado comercial con América del Norte, que obliga a cumplir ciertos estándares en el sector, está propiciand­o el movimiento de los sindicatos.

“Se abre la puerta para que fenómenos como éste se den y se repitan con naturalida­d, van a haber nuevos sindicatos y federacion­es que respondan a los intereses de los trabajador­es y en ese escenario los van a avalar, y si no responden a los intereses, los van a barrer”, enfatizó.

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