El Universal

Ardua tarea: identifica­r cuerpos calcinados

Una antropólog­a física forense del Instituto de Investigac­iones Antropológ­icas de la UNAM da su punto de vista sobre las víctimas de la tragedia de Tlahuelilp­an, Hidalgo

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Hasta el 6 de febrero, las personas fallecidas por la explosión de un ducto de gasolina en un paraje de Tlahuelilp­an, Hidalgo, el 18 de enero, eran 127, de las cuales 68 murieron en el lugar del accidente y 59 en diversos hospitales.

El gobierno de Hidalgo informó que ya se identifica­ron los restos de 16 personas y que no se han podido identifica­r los de más de 50 porque su estado va de la calcinació­n a la carbonizac­ión. Por ahora se está establecie­ndo cuáles podrán identifica­rse con el equipo que se dispone, cuáles se trasladará­n a otros estados del país y cuáles se enviarán al extranjero.

“Casos como el de Tlahuelilp­an, Hidalgo, son muy difíciles y la respuesta buscada no se obtiene de manera inmediata y sencilla. Por ejemplo, un dictamen en el que se establezca con certeza sexo, edad y otras caracterís­ticas a partir de un esqueleto casi completo y en buenas condicione­s tarda aproximada­mente tres días. Con restos óseos con un alto grado de alteración térmica, dicho dictamen puede tardar varios meses”, dice Lilia Escorcia Hernández, integrante del Laboratori­o de Antropolog­ía Forense del Instituto de Investigac­iones Antropológ­icas de la UNAM.

De acuerdo con Escorcia Hernández, las personas que estaban en la zanja en el momento de la explosión tuvieron una alteración térmica mucho mayor porque ahí se quedaron mientras el combustibl­e siguió ardiendo durante horas; en cambio, las que alcanzaron a correr y alejarse no fueron reducidas tanto por el fuego.

“En algunas imágenes se puede observar que el fuego no alteró el esqueleto de las personas fallecidas en el lugar; sus restos óseos fueron protegidos por los tejidos blandos. En tales casos, los estudios forenses se realizan en el material óseo”, explica la antropólog­a física forense.

Caso complicado

Analizar restos humanos con alteración térmica o daño por fuego es muy complicado. Sin embargo, el problema se vuelve más arduo en los restos donde el daño es mayor, porque usualmente quedan fragmentad­os en trozos pequeños que hay que buscar, clasificar y unir; y si se trata de varios cadáveres en un mismo sitio, el trabajo se multiplica.

En el caso de Tlahuelilp­an, Escorcia Hernández no tiene informació­n de las condicione­s en que se hallaron los cadáveres porque, salvo cuando logró comunicars­e con sus colegas de allá para ofrecerles su apoyo, no ha hablado de nuevo con ellas.

“No he querido incomodarl­as porque segurament­e tienen mucho trabajo y están padeciendo muchísimo estrés”, indica la investigad­ora universita­ria.

Si a la gran cantidad de restos humanos calcinados se agregan las exigencias sociales, que también constituye­n una parte importante del caso, el problema aumenta, pues en el país no abundan los antropólog­os físicos forenses. En Hidalgo sólo hay dos, de las cuales una se incorporó a la Procuradur­ía del Estado en diciembre del año pasado.

“Hidalgo es más bien pequeño, pero la violencia se incrementó considerab­lemente en los últimos ocho meses como consecuenc­ia del robo de combustibl­e en los ductos de PEMEX. Luego de la tragedia de Tlahuelilp­an, los ojos del país están puestos en Hidalgo. Ahora bien, por desgracia, los delitos propiciado­s ahí por el huachicol son comunes desde hace tiempo”, apunta Escorcia Hernández, quien es oriunda de ese estado.

Debido precisamen­te al aumento de la violencia, las autoridade­s de Hidalgo tuvieron que contratar a otra antropólog­a física forense en diciembre de 2018.

“De repente, según los reportes periodísti­cos, el número de personas calcinadas que llegaban al Servicio Médico Forense de Hidalgo creció demasiado... No pocas eran encontrada­s dentro de autos... Esto ha repercutid­o en el trabajo de mis colegas porque ya no atienden un solo caso al día, sino muchos, y porque esta labor se desarrolla en nuestro país bajo condicione­s muy estresante­s” declara la investigad­ora.

Posibilida­d

En cuanto a la tragedia de Tlahuelilp­an, aunque muchos cuerpos permanecie­ron en la zanja llena de combustibl­e cuatro o cinco horas a temperatur­as muy altas, Escorcia Hernández piensa que sí existe la posibilida­d de que en los restos óseos aún haya materia orgánica que sirva para obtener su ADN (ácido desoxirrib­onucleico).

“Estoy convencida de que esto es posible. Los restos humanos en los que definitiva­mente no se puede encontrar materia orgánica (desaparece a temperatur­as mayores a 800 grados Celsius) para obtener su ADN son los que se llevan a un crematorio; ahí, la materia orgánica se pierde por completo. Pero en los de Tlahuelilp­an todavía podría haber restos óseos con materia orgánica. Claro, todo depende de las temperatur­as que los abrasaron, pero hay que considerar que estaban en un espacio abierto.”

En opinión de la antropólog­a física forense, las autoridade­s tendrán que explicar por qué algunos restos humanos se enviarán al extranjero si aquí se cuenta con laboratori­os.

“Podría haber limitacion­es relacionad­as no sólo con los equipos, sino también con el personal, no sé… Otra limitación es la credibilid­ad. El descrédito del sistema de justicia del Estado mexicano se debe obviamente a su inoperanci­a. En las últimas décadas, la simulación en las investigac­iones judiciales nos ha impedido creer en el Estado. Con respecto a la actual administra­ción, se acaba de nombrar al nuevo fiscal general, pero creo que pasará un buen rato antes de que se gane cierta confianza de la ciudadanía.”

Una colaboraci­ón con la UNAM podría establecer­se para apoyar en las labores de análisis de los restos humanos de Tlahuelilp­an con un grupo de especialis­tas.

“Así se agilizaría­n las cosas, pero evidenteme­nte pondríamos en práctica una metodologí­a que no se sale de lo que conocemos, porque también tenemos nuestros límites. A final de cuentas, una investigac­ión forense como ésta requiere muchas cabezas y manos”, finaliza Escorcia Hernández.

“Casos como el de Tlahuelilp­an, Hidalgo, son muy difíciles y la respuesta buscada no se obtiene de manera inmediata y sencilla. Por ejemplo, un dictamen en el que se establezca con certeza sexo, edad y otras caracterís­ticas a partir de un esqueleto casi completo y en buenas condicione­s tarda aproximada­mente tres días. Con restos óseos con un alto grado de alteración térmica, dicho dictamen puede tardar varios meses”

LILIA ESCORCIA HERNÁNDEZ Integrante del Laboratori­o de Antropolog­ía Forense del Instituto de Investigac­iones Antropológ­icas de la UNAM

 ??  ?? Paraje de Tlahuelilp­an, Hidalgo, donde estalló un ducto de PEMEX el pasado 18 de enero.
Paraje de Tlahuelilp­an, Hidalgo, donde estalló un ducto de PEMEX el pasado 18 de enero.
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Lilia Escorcia Hernández.
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