Hay que aprovechar los errores del contrario
El hombre yerra tanto como lucha”, decía el escritor Johann Von Goethe. Como batalla intelectual, el ajedrez también se caracteriza por los errores que se cometen. Suelen suceder por evaluar superficialmente una posición, no prever las consecuencias de un movimiento o por simples descuidos. Para el filósofo Gottfried Leibniz, “el origen del error es una causa deficiente, derivada de la imperfección de la naturaleza humana”.
A veces, la falla está en lo simple. El escritor y ajedrecista Edgar Allan Poe concluyó: “Tal vez sea la propia simplicidad del asunto lo que nos conduce al error”. Pero el adversario también los comete, por tanto, según el GM Edward Gufeld, “suele ocurrir que uno se ve obligado a aprovechar los errores del contrario para ganar una partida y, si su juego es impecable, entonces debemos quedar satisfechos con las tablas, si no queremos ser vencidos”.
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