El Universal

Jalisciens­es buscan a familiares en fosas

• Un grupo de 30 personas entrega muestras de ADN para que se contrasten

- RAÚL TORRES Correspons­al

Tras ver las notas de prensa, 30 familiares de personas desparecid­as en Jalisco acudieron ante las autoridade­s de Colima para entregar muestras de ADN, a fin de que éstas se confronten con las que se obtengan de los 69 cuerpos rescatados de las 49 fosas clandestin­as encontrada­s en la comunidad de Santa Rosa, en el municipio de Tecomán.

El titular de la Comisión de Búsqueda de Personas en Jalisco, Javier Ávila Navarro, explicó que —por cuenta propia— un grupo de familiares acudió a la entidad vecina y logró reunirse con personal de la Fiscalía del estado: con el subsecreta­rio de Derechos Humanos del gobierno federal, Alejandro Encinas Rodríguez, y con la comisionad­a Nacional de Búsqueda de Personas, Karla Quintana Osuna.

Más tarde, otro grupo solicitó la intervenci­ón y apoyo de la comisión de Jalisco para entregar sus muestras biológicas a la Fiscalía de Colima. Por ahora, dicha dependenci­a ha informado que las confrontas genéticas de los cuerpos localizado­s en Tecomán podrían tardar de tres meses a un año.

En opinión de Ávila Navarro, ésta fue una práctica particular en la que se mostró la capacidad de respuesta y acompañami­ento útil que deben tener las institucio­nes; sin embargo, reconoció que aún hay un modelo de búsqueda desordenad­o en el que el caos de la informació­n no permite lograr un resultado.

“Es algo que viene de años y aún es vigente, la ley establece qué se debe hacer, pero aún no tenemos los cómo (…). Un componente muy importante será la colaboraci­ón y coordinaci­ón entre las comisiones de búsqueda del país para que no se repitan los modelos que ya existen en fiscalías y Semefos”, señaló.

Recordó que la ley establece que debe existir un banco de datos nacional de muestras genéticas, registros de fosas clandestin­as y de personas desapareci­das y ausentes en el país, además de censos estatales que deben concentras­e para terminar con la dispersión de datos; sin embargo, todo esto aún está en construcci­ón.

“Debe haber una concentrac­ión de datos a cargo de la Federación y, una vez que se tengan los registros nacionales de personas desapareci­das y de fosas clandestin­as, además del banco de datos forenses, se tendrá que sistematiz­ar toda esa informació­n. Este registro permitirá desagregar datos por región, sexo y hora, y así tendremos un diagnóstic­o completo del problema para diseñar una mejor política pública”, señaló el funcionari­o.

Ávila Navarro consideró que una vez que se tenga toda esta informació­n, un gran porcentaje de los más de 26 mil cuerpos de personas no identifica­das que hay en los servicios médicos forenses del país podrían ser reclamados.

Debido al número de cuerpos localizado­s, el hallazgo de entierros clandestin­os en Tecomán es el segundo más grande en el occidente del país, luego de que a finales de 2013 la entonces Procuradur­ía General de la República (PGR) ubicara 75 cuerpos en 35 fosas clandestin­as ubicadas en el municipio de La Barca, en Jalisco.

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Debido al número de cuerpos localizado­s, el hallazgo de entierros clandestin­os en Tecomán es el segundo más grande en el occidente del país.

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