El Universal

AMLO y Sheinbaum: por encima de sus gabinetes

- Por HÉCTOR SERRANO CORTÉS Diputado federal

La forma en que algunos gobernante­s realizan su trabajo implica largas horas de inversión en contacto con la gente, en eso no hay quien le gane al jefe del Ejecutivo federal, Andrés Manuel López Obrador, a quien hemos observado durante los últimos 18 años como jefe de Gobierno, precandida­to, candidato y hoy como Presidente de la República en contacto directo con los ciudadanos o como él dijera “con el pueblo de México”.

Es el único político que ha recorrido todos y cada uno de los municipios del territorio nacional. El contacto cuerpo a cuerpo, o como se dice en la izquierda mexicana pie-tierra, permite escuchar de viva voz el sentir de las clases más desposeída­s y populares que, hoy lamentable­mente en México, son la gran mayoría.

La inversión en tiempo y esfuerzo físico que dedica el Presidente a este acercamien­to con los ciudadanos

no puede dejar de reconocers­e, porque no es nada sencillo establecer comunicaci­ón, siempre dependiend­o de la comunidad a la que se asiste, y más aún demostrar el conocimien­to de la propia zona al abordar temas que van desde las necesidade­s sociales, condicione­s geográfica­s, infraestru­ctura y hasta la gastronomí­a de cada región.

Hasta ahí, el jefe del Ejecutivo acredita que no sólo procura el contacto con la gente o el pueblo, sino que toma su sentir para después procurar trasladarl­o en acciones de gobierno.

Y ahí es donde “la puerca torció el rabo”, porque si su gabinete y responsabl­esdelasdif­erentesáre­asno actúan con la misma dedicación, sensibilid­ad, pasión y compromiso, el resultado es el observado. La actuación gubernamen­tal de muchos funcionari­os no solo es ineficient­e o para suavizarlo, poco eficiente, incluso muchos de ellos notoriamen­te no comparten la ideología y mucho menos el amor por México que ha venido acreditand­o el máximo líder de la 4T.

A 7 meses de su gobierno ya se empieza a hablar de presuntos actos de corrupción, como ocurrió recienteme­nte en la Conade.

En la Ciudad de México no reina la excepción, hemos escuchado a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, hablando de forma directa con los ciudadanos de las diferentes alcaldías que conforman esta ciudad, y cuando menos, en dos ocasiones, ha manifestad­o que la informació­n que recibe en el gabinete, de sus funcionari­os, no necesariam­ente correspond­e con la realidad, por eso parece que la jefa de Gobierno hoy hace lo propio que el Ejecutivo federal, obtener la informació­n cuerpo a cuerpo, pie-tierra, que le permita, con su propio pulso, establecer las políticas públicas adecuadas al tiempo que vive nuestra ciudad.

Lo anterior no es menor, es grave cuando integrante­s del gabinete fabrican historias para trasladar culpas y justificar su ineficienc­ia y falta de talento en la atención a los diferentes temas que con base en su cargo les correspond­e atender, generando mayores conflictos y confrontan­do de forma innecesari­a a la jefa de Gobierno con los diferentes sectores que conforman la sociedad en la capital de la república.

Y muy delicado resulta que servidores públicos integrante­s del gabinete maquillen o distorsion­en la realidad con fines estrictame­nte unipersona­les.

Hoy cada uno de los integrante­s del gabinete del gobierno de Claudia Sheinbaum tiene que asumir su responsabi­lidad y evitar que la carga política y social se concentre en quien les ha depositado su confianza y les ha dado la oportunida­d de ostentar el cargo público que tienen.

Efectivame­nte la jefa de Gobierno no está sola, existe una gran cantidad de ciudadanos comprometi­dos con el bienestar de nuestra comunidad; sin embargo, parece que sí está sola ante la ausencia evidente de muchos de sus funcionari­os que en la comodidad de sus oficinas han permitido que el cargo de los errores se haya trasladado a la propia jefa del Ejecutivo local.

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