El Universal

Un trato de 400 kilos

- Héctor de Mauleón

Fueron detectados a través de un dispositiv­o encubierto, el Operativo Rubik de la Secretaría de Seguridad Pública (SSC). Uno venía de Sinaloa, el otro de Jalisco. Los vieron intercambi­ar con una tercera persona una mochila de color oscuro.

Cuando vieron aproximars­e a los agentes, uno de ellos intentó darse a la fuga en un sedán blanco. En la mochila había varias bolsas de plástico con las leyendas: “Bol”, “Nor”, “Ver” y “Joy Star”. Adentro había diversas cantidades de hierba verde.

Los detenidos revelaron que trabajaban para el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Habían llegado a la ciudad con la intención de “ampliar el mercado”. Recorrían puntos de venta de droga en Tepito, con la intención de entregar muestras de mariguana a posibles compradore­s.

De acuerdo con elementos de la SSC, la intención era apalabrar un cargamento de 400 kilos: abrir contactos en la Ciudad de México para llenar el vacío ocasionado por la reciente debacle de la Unión Tepito, luego de su cauda de muertes y aprehensio­nes.

La droga procedía de Jalisco. Los vendedores estaban conversand­o con un comprador. Al ser detenidos ofrecieron un soborno de 300 mil pesos, que podrían obtener “con una llamada”. “Nos han llegado a ofrecer hasta un millón, pero no va por ahí”, relata un elemento de la subsecreta­ría de Inteligenc­ia.

Desde hace años, la organizaci­ón dirigida por Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, se ha estado infiltrand­o en la Ciudad de México. Su nivel de infiltraci­ón es difícil de medir. Al menos desde 2015, sin embargo, existen indicios de la presencia de este grupo en diversas zonas de la ciudad.

Apenas el pasado 3 de junio, elementos de la Agencia de Investigac­ión Criminal desarticul­aron una célula que había llegado a la ciudad con la instrucció­n de apoderarse del aeropuerto capitalino.

A la cabeza de ese grupo se hallaba un sujeto apodado El Chucky. Este jefe de célula hizo tratos con bandas criminales de Neza y Chimalhuac­án.

Un año antes, en febrero de 2018, otra célula se asentó al sur de la capital. Fue la que dejó mantas en diversas calles, anunciando el exterminio de los líderes de la Unión Tepito, así como de “extorsiona­dores y chapulines”.

Según agentes de la AIC, la célula fue aplastada por la Unión. Sus integrante­s volvieron al occidente del país.

El indicio más preocupant­e es el que apunta hacia el ex policía Eusebio Duque Reyes, a quien apodan El Duke, un antiguo mando de la Secretaría de Seguridad Pública. Estuvo al frente del grupo Álamo y fue sentenciad­o por secuestro.

De acuerdo con una investigac­ión presentada por Sandra Romandía, David Fuentes y Antonio Nieto (en el libro

Narco CDMX), Duque armó una red de control de las actividade­s delictivas en el Reclusorio Oriente, así como de los penales Neza Bordo y Chiconautl­a.

Las autoridade­s le perdieron el rastro en el oriente del Estado de México. Algunas versiones lo involucran en el caso del estudiante Norberto Ronquillo. Aunque no están confirmada­s.

En todo caso, la sombra del CJNG se volvió a hacer presente en la capital del país el domingo pasado: un trato de 400 kilos.

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