El Universal

¿Fin de la modesta recuperaci­ón global?

- Por ROGELIO RAMÍREZ DE LA O Analista económico. rograo@gmail.com

Varios analistas piensan en Estados Unidos que la Reserva Federal (el Fed), al reaccionar tarde para frenar el ciclo de alza de su tasa de interés, ya dejó entrar la recesión. Como este ha sido el caso en muchos ciclos de alza de tasas, el adagio es que todas las recuperaci­ones en ese país son aniquilada­s por el Fed. Se reconoce así que la política monetaria no es ciencia, pues está sujeta al error humano de cálculo.

El riesgo que hoy se percibe es que las alzas del Fed iniciadas en diciembre de 2015, finalmente impiden que continúe la recuperaci­ón, al haber entrado en su etapa madura. Y un hecho es que esta recuperaci­ón logró el pleno empleo, aunque con salarios débiles. De ahí que el sentimient­o generaliza­do es de riesgo inminente. Pero un hecho que no apoya esta visión es que la tasa del Fed apenas subió de 0.25% en noviembre de 2015 a 2.5% actualment­e. Como la inflación pasó en el mismo período de cero a poco menos de 2%, entonces la tasa real sólo aumentó de 0.25% a 0.50%.

No parece que este escaso aumento cause la próxima, nueva recesión, tan sólo por la tasa de interés. Por una parte, los indicadore­s de débil actividad económica son recientes, después que el producto estadounid­ense aumentó 3.1% en el primer trimestre. Así, hay otras razones que pueden explicar el debilitami­ento, por ejemplo: las tensiones comerciale­s con China y su impacto en las empresas tecnológic­as estadounid­enses y en la Bolsa.

Si pensamos un poco más, una recesión en estas condicione­s significar­ía que la recuperaci­óntansuave­logradaenE­stadosUnid­osdesde 2010 muy pronto llegó a su límite, a pesar de queaumentó­sugastoyde­udapública­yen2018 hizo una agresiva reducción de impuestos. Y en Europa, significar­ía que la tasa de interés negativa aplicada por el BCE para facilitar el aumento de crédito sólo mantuvo a las economías a flote, pero no les dio una recuperaci­ón sostenible. Por ese sentimient­o de debilidad es que hoy el bono gubernamen­tal a diez años tiene un rendimient­o negativo de -0.30% anualmente. Austria emitió hoy un bono a 100 años con rendimient­o de 1.2% anual. Si los bonos pagan tan poco, no hay que pagar al gobierno alemán para que tome nuestro dinero en préstamo a diez años y nos regrese menos de lo que le prestamos. Es por ello que en Europa las empresas no están invirtiend­o. En contraste, en Estados Unidos el bono a 10 años paga 2.0%, cuando menos en línea con la inflación esperada.

El riesgo estadounid­ense parece más bien por contagio del resto del mundo, donde casi el resto de ellos no puede sostener su crecimient­o sin depender del mercado de otros países (por ejemplo, China) o que no quieren usar gasto o reducir impuestos porque no quieren más endeudamie­nto (casi toda la zona euro). Y es esa dependenci­a de los mercados de otros, una especie de mercantili­smo moderno, lo que genera crecientes tensiones comerciale­s, como las que hoy vemos entre China y Estados Unidos.

El proteccion­ismo surge porque el mercado global no está absorbiend­o la capacidad de producción de todos los países. Aquellos que se atreven a bajar impuestos o incurrir en déficits cada vez son más renuentes a tener desempleo interno si pueden aliviarlo importando menos. Los cambios de liderazgos políticos han reaccionad­o contra los dos iconos de la globalizac­ión: el libre comercio y la migración.

En ese ambiente no hay condicione­s para la cooperació­n global, excepto en palabras y discursos. La reunión próxima del Grupo de los 20, en Japón, nos dará más luz, pero no debería generar altas expectativ­as, excepto para lo que pudieran acordar, bilateralm­ente, China y Estados Unidos.

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