El Universal

NIÑA GENIO, CON LA MIRA EN CHINA

Marifer Rodríguez obtuvo un lugar para participar en un concurso internacio­nal de aritmética mental, pero el costo del viaje supera el presupuest­o de su familia

- Texto: DANIEL ZAINOS Fotos: IVÁN CRUZ

Marifer, de 13 años, tiene un lugar asegurado en una competenci­a internacio­nal de aritmética mental.

María Fernanda Rodríguez tenía cinco años cuando los directivos del kínder donde estudiaba llamaron a sus padres para decirles que tenía Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactiv­idad y era necesaria su medicación. Este problema de salud está clasificad­o como un trastorno de conducta y se caracteriz­a por actividad física excesiva y dificultad para prestar atención.

“Ella estaba en preescolar. Terminaba rápido las actividade­s que le asignaban, se aburría y molestaba a sus compañeros, pero era porque comprendía muy rápido todo”, recuerda Héctor Rodríguez, su padre.

Después de una larga búsqueda, llegaron al Centro de Atención al Talento (Cedat), donde le realizaron estudios y determinar­on que su coeficient­e intelectua­l es de 130, mayor al promedio que, según algunas mediciones, es de 100 puntos aproximada­mente. Estas cifras son tomadas de distintas pruebas que estiman el nivel de inteligenc­ia.

Ahí notaron su facilidad para adquirir conocimien­tos, pues a los cinco años ya se sabía la tabla periódica.

Hoy, María Fernanda, a los 12 años de edad, tiene un lugar asegurado en una competenci­a internacio­nal de aritmética mental organizada por el programa Aloha Mental Arithmetic, que se llevará a cabo el 20 de julio en China. Sin embargo, el costo del viaje rebasa el presupuest­o de su familia.

Aloha Mental Arithmetic es un programa creado para desarrolla­r habilidade­s matemática­s en niños de entre cinco y 13 años. Las actividade­s las realizan con el ábaco japonés, que permite ejercitar los hemisferio­s izquierdo y derecho del cerebro. El instrument­o de cálculo también llamado Sorobán es usado en el continente asiático desde hace más de 500 años.

El costo aproximado del viaje es de 180 mil pesos para la menor y su madre. Hasta el momento llevan un poco más de la mitad.

Para recaudar fondos, María Fernanda ha vendido chocolates en su escuela y en el trabajo de sus padres, quienes también han hecho rifas.

Además, solicitaro­n ayuda al titular de la alcaldía Iztacalco, demarcació­n en la que habitan. El apoyo ha sido negado y el argumento que les dan es que no procede debido a que María Fernanda estudia en una escuela particular.

También hicieron una petición al gobierno de la Ciudad de México, pero no ha dado respuesta. Incluso niegan la existencia de personas como María Fernanda, pues hace unos meses la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, declaró: “No hay ningún estudio científico que pueda definir si hay algún niño sobredotad­o o no como tal”.

Aunado a los comentario­s, el Programa Integral para el Diagnóstic­o y Atención a la Sobredotac­ión Intelectua­l desapareci­ó durante el primer bimestre de 2019 por casos de incumplimi­ento a las reglas de operación.

Sus beneficiar­ios fueron trasladado­s al programa Niños y Niñas con Talento, el cual, a partir del próximo ciclo escolar, se convertirá en el apoyo generaliza­do Mi Beca para Empezar y constará de una mensualida­d de 330 pesos a todos los estudiante­s de primaria y secundaria en la Ciudad de México, sin importar el promedio.

Para alcanzar el triunfo que hoy la posiciona como la mejor a nivel nacional en su categoría, María Fernanda Rodríguez participó en la sección regional meses después de haber ingresado al programa con sede en varios países.

Posteriorm­ente ganó un campeonato que concentró a los mejores estudiante­s de México. Éste se realizó en Querétaro con mil 200 participan­tes.

Ahora estudia el segundo año de secundaria. A la par de sus actividade­s escolares practica taekwondo, disciplina en la que es cinta rojinegra, el nivel más alto para su edad. También toca el órgano y fue parte del coro del Claustro de Sor Juana, hasta hace unos meses, cuando fue disuelto.

Además participa en un Modelo de Naciones Unidas en el que estudiante­s debaten acerca de los problemas mundiales tomando un papel de diplomacia. Estos intercambi­os intelectua­les son en inglés.

Ella señala como una de sus influencia­s a la medallista olímpica de taekwondo María Espinoza, y añade a sus padres como su inspiració­n de vida.

“Admiro a María Espinoza porque es muy buena competidor­a y ha progresado con mucho esfuerzo. Otros de mis ídolos serían mis papás, mi familia, porque siempre me apoyan, me impulsan y me enseñan a hacerme responsabl­e de lo que hago”, afirma.

El factor de la perseveran­cia

Además del amor por el conocimien­to, la familia de Marifer —como la llama María Luisa García, su abuela materna— le ha inculcado la perseveran­cia. Su abuela recuerda algunas experienci­as que han atravesado con padres de familia que les han dicho que la explotan por tenerla en varias actividade­s a la vez. Sin embargo, cada una de éstas ha sido decisión de la niña.

Al respecto, su padre asegura: “Tiene que aprender que todo en la vida cuesta. No se le va a dar todo en charola de plata. Tiene que aprender a pescar.”

Después de que Fernanda fuera descubiert­a como una niña sobredotad­a, inició el desarrollo de sus capacidade­s con ayuda del Cedat, siempre con la convicción de sus padres de no dejar algo inconcluso.

Su historia familiar ha sido fincada en la constancia y superación. El papá de Marifer relata un pasaje biográfico de su padre, quien a los 48 años de edad se inscribió en la universida­d, donde lo conocían como Don Max.

“Él llegó de provincia. Era campesino. Trabajaba en la ciudad como albañil y bolero; después, como vendedor en una empresa. En 1967 puso un negocio y se dedicó al comercio. Yo estudiaba Arquitectu­ra cuando él pensó en meterse a estudiar la carrera. Hizo el examen, se quedó y años después se graduó. Llegó a la casa y dijo: ‘Díganme quién no puede traer este papel’”.

Fuga de talentos

Para María Fernanda es importante su participac­ión en el campeonato, ya que cumpliría uno de sus más grandes sueños y sería una forma de romper estereotip­os sobre los mexicanos. “Que vean los extranjero­s que en México hay mucha gente buena”, comenta.

No obstante, en México el apoyo a la ciencia, tecnología e inovación es poco, y el presupuest­o asignado para este año es el más bajo desde 2012.

La falta de programas que fortalezca­n este ámbito crea una fuga de cerebros. Tal es el caso de Dafne Almazán, la sicóloga titulada más joven del mundo: tenía 13 años. También es considerad­a por la revista Forbes como una de las 50 mujeres más poderosas de México; con 17 años es la mexicana más joven en ingresar a un posgrado en la Universida­d de Harvard.

Como lo menciona un informe del observator­io del Tecnológic­o de Monterrey, “el problema no es la falta de jóvenes capaces, [sino] la ausencia de un mecanismo que los retenga y dé campo libre para el ejercicio de sus habilidade­s. Esta carencia le cuesta muy caro al país. El 21% del capital humano de Silicon Valley, sede de grandes compañías como Apple y Google, está compuesto por mexicanos”

Un estudio realizado por la Universida­d Autónoma de Zacatecas descubrió que 1.2 millones de mexicanos altamente preparados o con formación de posgrado se han marchado del país entre 1990 y 2015. Esto convierte a México en el primer país de América Latina en migración calificada.

Al respecto, María Elena Alvarez-Buylla, directora del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, declaró: “En términos de ‘fuga de cerebros’, en el último sexenio se llegó a una estimación de más de 30 mil que están fuera del país; esto quiere decir que México ha producido una cantidad de colegas muy capaces y por eso es importante darles las mejores condicione­s para que se puedan desarrolla­r”.

Una minoría poco reconocida

Como lo han mencionado especialis­tas como Andrew Almazán, director del Departamen­to de Psicología del Cedat, las personas superdotad­as, sobre todo en sus primeros años de vida, son discrimina­das y siguen siendo una minoría poco reconocida, y por ende, poco apoyada. Según cifras del mismo centro, sólo son detectados 3% de los casos, pero se estima que aproximada­mente un millón de menores tienen un coeficient­e intelectua­l por encima del promedio.

Un reclamo generaliza­do es que no existe la preparació­n en profesores de educación básica para tratar a niños talento. Tal como le sucedió a Marifer, muchos son diagnostic­ados erróneamen­te.

Sin embargo, van tras sus sueños, como lo expresa la genio de 12 años: “Habemos personas que le echamos todas las ganas. Quiero que el mundo se entere de eso”. •

“[Marifer] tiene que aprender que todo cuesta. Tiene que aprender a pescar” HÉCTOR RODRÍGUEZ Padre de María Fernanda

“Habemos personas en México que le echamos todas las ganas. Quiero que el mundo se entere de eso” MARÍA FERNANDA RODRÍGUEZ Competidor­a de aritmética mental

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La familia de María Fernanda es el pilar de su formación. “Otros de mis ídolos serían mis papás, porque siempre me apoyan, me impulsan y me enseñan a hacerme responsabl­e de lo que hago”, comenta.
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La competidor­a de aritmética mental en la categoría kids aprendió la tabla periódica a los cinco años de edad.

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