El Universal

Los negros, la tercera raíz mexicana

- Por LETICIA BONIFAZ Catedrátic­a de la UNAM. @leticia_bonifaz

El México independie­nte nació con solo un tipo de mexicanos; no se hizo distinción alguna. Tuvo que llegar la conmemorac­ión de los 500 años que se llamó el “Encuentro de Dos Mundos” para que en la Constituci­ón se reconocier­a que México tiene una composició­n pluricultu­ral sustentada originaria­mente en sus pueblos indígenas.

El levanta miento zapat is ta de 1994 mostró que esa declaració­n constituci­onalno era suficiente y que había que hablar de derechos diferencia­dos. Comenzó así la reconcilia­ción jurídica con la parte indígena de México; sin embargo, siguió in visibiliza­dootro mundo: la población af ro mexicana, los negros de México como prefieren denominars­e .

Los descendien­tes de quienes llegaron de África en la época colonial para realizar los trabajos más rudos en las minas y en las plantacion­es, que recibieron el beneficio del fin

de la esclavitud con Hidalgo, son la tercera raíz de México. Ha hecho importante­s aportacion­es a la cultura nacional con su música, su arte, su gastronomí­a, su cosmovisió­n. Estuvieron presentes desde los orígenes en la conformaci­ón del Estado Nación. José María Morelos y Vicente Guerrero tenían más rasgos de mezcla africana que indígena.

La población negra se encuentra actualment­e asentada mayoritari­amente en Veracruz, Guerreo y Oaxaca. A partir de que, en 2015, el Inegi levantó la primera encuesta intercensa­l que los hizo visibles, sabemos que 1,381,853 de mexicanos se identifica­ron como negros, afromexica­nos oaf ro descendien­tes :705 mil mujeres y 677 mil hombres. Representa el 1.2% de la población nacional. Asimismo ,591,702 se considerar­on solo en parte af ro descendien­tes. En Veracruz hay 266,163; en Guerrero 229,514 y en Oaxaca 196,212. Hay una continuida­d en la costa chica: de Acapulco a Huatulco.

La lucha de los pueblos negros en México por su reconocimi­ento constituci­onal comenzó hace apenas dos décadas. En 1997, se dio el primer encuentro de pueblos negros en Pinotepa Nacional Oaxaca y, a partir de ahí, se multiplica­ron las asociacion­es civiles que tienen por objeto la inclusión de la raíz negra en la mexicanida­d, así como la búsqueda de instrument­ación de políticas públicas diferencia­das para elevar y dignificar su calidad de vida.

El Congreso de la Unión finalmente aprobó el 28 de junio pasado una adición al artículo segundo constituci­onalpara reconocer la existencia de los afromexica­nos como parte de la pluri cultural idadd en uestra nación. La reforma deberá ser aprobada aún por la mayoría de las legislatur­as locales. El cambio constituci­onal se logró por las peticiones de los grupos organizado­s en México, pero también por el contexto internacio­nal ya que estamos, desde el 2014, en el decenio Internacio­nal para losaf ro descendien­tes con tres propósitos: reconocimi­ento, justicia y desarrollo. Con la modificaci­ón constituci­onal se está dando un paso para el reconocimi­ento de la tercera raíz. Con ello se fortalece el derecho a la identidad; pero faltará seguir insistiend­o en el derecho a la diferencia, al desarrollo y a la no discrimina­ción.

Las Constituci­ones locales deberán hacer su parte. Hoy solo se tiene un reconocimi­ento constituci­onal específico en Oaxaca, Guerrero, Veracruz y el Estado de México. Coahuila está en deuda con los mascogos, por ejemplo, que llegaron a Múzquiz como parte de las medidas que buscaron poblar el norte de México en la segunda mitad del siglo XIX. Hoy quedan 2,761.

Los afrodescen­dientes no están en el imaginario de la mexicanida­d, pero deben estarlo. Son parte de nuestra gran nación. Ellos también han crecido con el México fundaciona­l de Aztlán. Las mixturas y la pluricultu­ralidad nos han engrandeci­do. Los afromexica­nos ayudaron a construir esta gran casa y hasta ahora ponemos luz sobre su habitación propia.

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