El ISSSTE y sus dolencias
Al que un día de estos le va a dar algo es al director del ISSSTE, Luis Antonio Ramírez Pineda, pues desde que llegó a administrarlo no sale de una cuando ya está en otra. Nos cuentan que todavía no se resuelve el adeudo con empresas distribuidoras, y ya hay otro problema a la vista: no hay presupuesto para pagar y seguir contratando servicios subrogados. Durango, Yucatán y Veracruz son las entidades en donde más pacientes se han visto afectados por esta falta de liquidez del instituto. Nos dicen que en Gómez Palacio, familiares de derechohabientes que requieren hemodiálisis han iniciado peticiones virtuales y no tardan en manifestarse en las clínicas para exigir que no suspendan el tratamiento que sustituye la función renal. Mientras que en Yucatán, los afiliados han denunciado la suspensión de tratamientos de osteosíntesis y en Veracruz se dan traslados a hospitales privados para que les realicen estudios de neurología. Si le sigue brincando la crisis, un día de éstos don Antonio va a tener que ser atendido en una de las unidades médicas del ISSSTE, y no es por espantarlo, pero la historia ha dado muestras trágicas de que ni a los mismísimos directores del instituto les dan una buena atención.