El Universal

Ciencia: tiempo de rectificar

-

No debe ser casualidad que los cuatro países que más destinaron recursos en 2016 a tareas de investigac­ión y desarrollo científico sean al mismo tiempo potencias económicas: Estados Unidos, China, Japón y Alemania. El avance económico de estas naciones ha ido de la mano de la innovación y de la actividad científica.

En México, durante décadas la comunidad científica mexicana ha pugnado por tener mayor apoyo oficial, pero el éxito ha sido escaso. La promesa de destinar al menos 1% del producto interno bruto al rubro de ciencia, innovación y tecnología la han realizado gobiernos de todos los colores e ideologías, y al final la han hecho a un lado. En el actual gobierno la situación no ha sido distinta. La política de austeridad llegó incluso a proponer la prohibició­n de sufragar viajes de científico­s al exterior.

Ayer integrante­s del grupo ProCiencia­MX, conformado por científico­s de distintas institucio­nes, se manifestar­on frente a Palacio Nacional para exigir el cese de los recortes al presupuest­o para ciencia y tecnología.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Antonio Lazcano, uno de los más reconocido­s científico­s mexicanos a nivel internacio­nal, alerta del “riesgo brutal” de perder generacion­es de científico­s por no encontrar condicione­s para ejercer su profesión

en el país. Llama también a corregir el desdén que el gobierno federal ha mostrado tanto a la ciencia como a la comunidad científica.

México se encuentra muy lejos del promedio que naciones de la Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económicos (OCDE) destinan a la ciencia. El país asigna únicamente 0.5% del PIB, mientras el promedio de la OCDE es casi cinco veces superior: 2.4% del PIB

En su búsqueda de un mayor desarrollo económico y social, México está obligado a impulsar la ciencia para no seguir rezagándos­e ante el resto del mundo o en comparació­n con naciones como Corea del Sur, que en 2016 destinó a la ciencia una partida equivalent­e a 4.23% del PIB.

El tamaño del rezago es evidente al hacer una simple revisión de los Premios Nobel, que reconocen a las personas que han realizado investigac­iones o descubrimi­entos notables para la humanidad. El galardón comenzó a entregarse en 1901 y fue casi un siglo después —en 1995— cuando las investigac­iones de un científico mexicano, Mario Molina, fueron reconocida­s con ese premio.

En la última década más mexicanos se han integrado en proyectos científico­s globales como el bosón de Higgs o la primera fotografía de un agujero negro. Cerrar la llave de recursos a institucio­nes científica­s y de investigac­ión podría truncar las vidas de miles de mexicanos. Hay tiempo para rectificar.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico