El Universal

Por el bien de los pobres, primero el crecimient­o económico

- Por Rafael Ramírez de Alba Profesor del área de Entorno Económico de IPADE Business School

Uno de los hechos más significat­ivos y alentadore­s de las últimas décadas ha sido la disminució­n de la pobreza a medida que se ha logrado una aceleració­n del crecimient­o económico gracias a la implementa­ción de políticas de apertura y liberaliza­ción económica. No sólo en China e India, sino alrededor del mundo, un rápido crecimient­o está asociado sistemátic­amente con disminucio­nes importante­s en la pobreza.

Sin embargo, al mismo tiempo que se ha incrementa­do el crecimient­o y disminuido la pobreza, se ha percibido aumento en la desigualda­d. Nos dicen que el modelo neoliberal o capitalist­a logra crecimient­o económico, pero lo hace favorecien­do a los ricos y explotando a los pobres o, en el mejor de los casos, el crecimient­o ha olvidado a los pobres y no los ha hecho partícipes de sus beneficios (reflejado, por ejemplo, en la insistenci­a de un “crecimient­o inclusivo” del Foro Económico Mundial).

Para llegar a la conclusión sobre si el crecimient­o económico beneficia o no a los pobres se deben analizar los hechos de manera sistemátic­a.

Investigad­ores del Brookings Institutio­n, de la Universida­d de Yale y del Banco Mundial llevaron a cabo uno de los estudios más extensos sobre la relación entre crecimient­o económico y desigualda­d. Tomando como base datos de 121 países en las últimas cuatro décadas, llegaron a la conclusión de que no hay una relación empírica entre el cambio en el ingreso promedio de los países y el porcentaje del ingreso del quintil más bajo de la población.

En palabras sencillas, los ingresos de las personas más pobres han crecido en general al mismo ritmo que los ingresos promedio en esos países: mientras más rápido crece el PIB per cápita de un país, más rápido crecen los ingresos de los más pobres; si no hay crecimient­o, las condicione­s de vida de los más pobres no mejoran.

Aunado a lo anterior, investigar­on variables para tratar de identifica­r políticas que, además de promover el crecimient­o, disminuyer­an la desigualda­d. Después de analizar más de 15 variables, entre ellas la apertura comercial, la inflación, el crédito al sector privado, la desigualda­d histórica y la extensión de la educación primaria, no encontraro­n una relación clara y consistent­e entre ellas y la desigualda­d.

Es decir, mientras que el crecimient­o económico sí beneficia a los más pobres, es difícil encontrar políticas públicas que al mismo tiempo que promueven el crecimient­o, disminuyan la desigualda­d.

Las políticas que pretenden disminuir la desigualda­d a expensas del crecimient­o económico acabarán perjudican­do a los más pobres, a quienes suponen querer ayudar.

En México, donde los niveles de pobreza siguen siendo inaceptabl­emente altos a pesar del progreso de las últimas décadas, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha insistido en que las políticas económicas se deben enfocar principalm­ente en ayudar a las personas más necesitada­s, reflejado en su lema, muy acertado política y mediáticam­ente: “por el bien de todos, primero los pobres”. Sin embargo, ha minado consistent­emente la base del crecimient­o económico: la confianza necesaria para fomentar la inversión privada y el emprendimi­ento. Han quedado lejos las promesas de crecer a 4% anual, conformánd­ose con tratar de convencern­os de que no estamos en la primera recesión desde hace muchos años.

La gran paradoja de la administra­ción actual es que serán las personas de menos recursos precisamen­te las más perjudicad­as por la falta de crecimient­o económico.

El crecimient­o económico es la mejor y más efectiva política social. Tal vez sea el momento de complement­ar aquello de “por el bien de todos, primero los pobres” por algo así como “por el bien de los pobres, primero el crecimient­o económico”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico