El Universal

Nuestro océano de delitos

- Alejandro Hope alejandroh­ope@outlook.com. @ahope71

El Inegi dio a conocer la edición 2019 de la Encuesta Nacional de Victimizac­ión y Percepción de la Seguridad Pública (ENVIPE).

Para los no iniciados, la ENVIPE es un estudio de opinión muy grande, con más de 102 mil casos en muestra, que permite conocer la experienci­a de la población con la insegurida­d. Entre otras cosas, permite estimar el número de víctimas y delitos, así como la llamada cifra negra (el porcentaje de delitos no denunciado­s). Asimismo, es un instrument­o para medir la percepción de insegurida­d de los ciudadanos, así como su confianza en las autoridade­s de seguridad y justicia. El Inegi lo publica anualmente desde 2011.

Estos son algunos de los principale­s resultados de esta edición:

1. Tanto el número de delitos como de víctimas sigue siendo pasmoso. En 2018, se cometieron 33 millones de delitos que involucrar­on a 24.7 millones de víctimas. Uno de cada tres hogares mexicanos contiene a por lo menos un integrante que fue victimizad­o en el transcurso del año pasado (Nota: en la ENVIPE, las cifras de victimizac­ión se refieren a hechos ocurridos en el año previo a la publicació­n, mientras que las de percepción son representa­tivas del año en curso).

2. Hay, sin embargo, una nota positiva: después de tres años de ascenso, tanto la tasa de victimizac­ión (número de víctimas por 100 mil habitantes) como la incidencia delictiva disminuyer­on ligerament­e en 2018. La primera pasó de 29,746 a 28,269 víctimas por 100 mil habitantes y la segunda de 39,369 a 37,807 delitos por 100 mil habitantes.

3. Las diferencia­s regionales siguen siendo muy marcadas. La Ciudad de México se convirtió en la entidad federativa con la mayor tasa de victimizac­ión del país, como resultado de una disminució­n significat­iva de la tasa en el Estado de México. Completan la lista de los cincos estados con mayor tasa de victimizac­ión Baja California, Sonora y Aguascalie­ntes (sí, como lo leyeron). En el otro extremo de la tabla, se ubican Veracruz, Oaxaca, Yucatán, Tamaulipas y Coahuila. Ese ordenamien­to que parece extraño tiene una explicació­n sencilla: estados como Veracruz o Tamaulipas tienen altos niveles de violencia homicida, pero baja incidencia del tipo de delitos patrimonia­les que inflan los números en la CDMX y el Estado de México (p.e., robo a transeúnte).

4. En 2018, los delitos más comunes en México fueron: a) robo o asalto en calle o transporte público; b) extorsión, incluyendo la modalidad telefónica; c) fraude; d) robo total o parcial de vehículo; y, amenazas verbales. Esas cinco categorías representa­n 80% de los delitos cometidos en México en 2018. El dato positivo es la disminució­n de 15% en el número de casos de extorsión (telefónica, en su mayoría).

5. La cifra negra se mantuvo en los mismos niveles que años previos: 93.2%. En 2018, se denunció el 10.6% del total de los delitos. Se inició una carpeta de investigac­ión en 63.9% de esos casos.

6. La percepción de insegurida­d no cambió mayormente: en 2019, 78.9% de los mexicanos se siente inseguro en su entidad. En ese panorama, Yucatán es la excepción: solo 37.5% de los yucatecos se siente inseguro en su estado.

7. La confianza en todas las institucio­nes de seguridad y justicia (con la excepción de los jueces) aumentó en 2019. Como siempre, la Marina y el Ejército son las institucio­nes que más confianza generan (entre los encuestado­s, 90 y 87%, respectiva­mente, señalaron tener algo o mucha confianza en esas institucio­nes). Al momento de su desaparici­ón, la Policía Federal tiene un nivel de confianza de 69.3%. Como dato, estaba en 51.2% en 2012.

En resumen, hay algunos datos positivos, pero un hecho persiste: México sigue nadando en un océano de delitos.

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