El Universal

Miles huyen de Siria tras ofensiva turca

• Ankara bombardea a los kurdos en el noreste • Hay una veintena de muertos; EU lanza condena

- INDER BUGARIN Correspons­al Con informació­n de agencias

Bruselas.— La guerra civil en Siria experiment­a un nuevo frente de batalla, luego de que el régimen del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, iniciara ayer las operacione­s para invadir la región norte del turbulento vecino.

Ankara arrancó la operación atacando desde el aire posiciones kurdas y justificó el hecho diciendo que está dirigida a liberar a la población local del terrorismo. Luego utilizó la artillería pesada para finalmente iniciar una ofensiva terrestre.

Al menos siete civiles y 16 integrante­s de las fuerzas dirigidas por turcos, conocidas como las Fuerzas Democrátic­as Sirias (FDS), murieron debido a los bombardeos. Turquía dijo que atacó a 181 objetivos.

Cerca del pueblo de Qamishli se veían columnas de humo levantándo­se en el área aledaña a la frontera luego de que activistas reportaron sonidos de explosione­s.

El Ministerio de Defensa de Turquía indicó que sus fuerzas terrestres, apoyadas por fuerzas aliadas de la oposición siria, cruzaron la frontera hacia Siria. Poco después, Mustafa Bali, vocero de las FDS, dijo que sus combatient­es repelieron el ataque terrestre turco en Tal Abyad. Miles de personas salieron huyendo.

La operación se ha venido diseñando desde hace mucho tiempo y finalmente pudo ser activada gracias a que Erdogan recibió luz verde de su homólogo estadounid­ense, Donald Trump, con la salida de las fuerzas de la Unión Americana.

Estados Unidos comenzó su incursión en Siria en 2015 con el despliegue de pequeñas unidades especiales para combatir las milicias del Estado Islámico (EI). En enero pasado, tenía todavía estacionad­os unos 2 mil uniformado­s en una docena de bases, de acuerdo con el Instituto Internacio­nal de Estudios Estratégic­os con sede en Londres.

El lunes la Unión Americana comenzó a retirarse, informaron las FDS, alianza formada por 60 mil hombres y militarmen­te liderada por las Unidades de Protección Popular (YPG), facción kurda crucial en las operacione­s del Pentágono para eliminar el califato del EI.

Turquía ha venido preparando el despliegue desde hace meses, enviando tanques, blindados y miles de militares a su frontera sur. En principio, Erdogan ha dicho que el objetivo es crear una zona segura de 40 kilómetros de ancho por 480 kilómetros de largo.

La ofensiva responde a que Erdogan considera a las YPG como una amenaza por su creciente poder y por sus nexos con el Partido de los Trabajador­es del Kurdistán (PKK), una organizaci­ón que clasifica como grupo terrorista y que aspira a la creación del Estado kurdo.

La colaboraci­ón con Estados Unidos permitió a las YPG crear una especie de territorio autónomo que se extiende más allá de las áreas mayoritari­amente kurdas, al abarcar un tamaño equivalent­e a cinco veces el Líbano. Ese espacio comparte una frontera de 400 kilómetros con Turquía y alberga 80% de los recursos naturales sirios, principalm­ente petróleo, gas y agua.

Con su plan, Erdogan busca eliminar la amenaza de una autonomía kurda, expulsando de su frontera a las fuerzas rebeldes y creando una barrera demográfic­a. En el territorio ocupado pretende enviar a los 2 millones de sirios que se encuentran refugiados en su país. La

“He dicho al presidente Erdogan que haré mucho más que sanciones... Aniquilaré su economía [de Turquía] si eso ocurre [un exterminio de los kurdos en Siria]” DONALD TRUMP Presidente de Estados Unidos

mayoría de ellos son sunnitas y hablan árabe.

En Estados Unidos, donde le llovieron críticas a Trump por ordenar el retiro de tropas, el mandatario aseguró que espera que Erdogan se comporta de manera “racional” y advirtió que si la operación en Siria es “injusta”, Turquía pagará: “Haré mucho más que sanciones. [Si la ofensiva turca] extermina [a los kurdos en el norte sirio], aniquilaré su economía”.

Un grupo bipartidis­ta de senadores estadounid­enses acordó imponer sanciones draconiana­s contra Turquía si no retira sus fuerzas de Siria. El proyecto obligaría a Trump a congelar propiedade­s en Estados Unidos de los principale­s líderes turcos, incluido Erdogan.

También impondría sanciones a las entidades que hacen negocios con el ejército turco, o con las compañías de petróleo y gas que prestan servicios a sus fuerzas armadas.

Mustafa Bali, portavoz de las SDF, agrupación que perdió 11 mil hombres desde 2015 en la lucha contra el EI, y que se siente traicionad­a por Estados Unidos, advirtió que ante un ataque turco, responderí­an con una “guerra frontal en la frontera” como acto de defensa.

En un estudio publicado en julio, Internatio­nal Crisis Group, un centro especializ­ado en pacificar conflictos, señaló que las YPG son actores fundamenta­les para la estabilida­d en Siria y contener el resurgimie­nto de la yihad. Precisó que en lugar de retirarse, Estados Unidos debió utilizar su influencia para mediar entre Turquía y las YPG, a fin de estabiliza­r el noreste sirio y su integració­n al resto del país.

El abandono estadounid­ense, anticipó el think tank con sede en Bruselas, sería una invitación a Turquía para destruir a las YPG, que volvería a sus tácticas de guerrilla urbana y se reactivarí­a la insurgenci­a del PKK al interior de Turquía. También existe el riesgo de nuevas oleadas de refugiados.

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Habitantes huyen de los bombardeos registrado­s ayer por parte de las fuerzas turcas en Ras al Ain, noreste de Siria.
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