En Ningxia
Aterrizar en Ningxia, es llegar a una de las regiones vitivinícolas más excitantes y dinámicas del mundo. Se lo he dicho una y otra vez: el futuro apunta con claridad a China y sus singulares vinos desérticos.
Hace dos semanas participé como catador en la tercera edición del Belt & Road Wine and Spirit Competition, evento organizado por la Región Autónoma de Yinchuan – Ningxia, en el noroeste de China. Junto a 60 especialistas de 24 países, pude recorrer este fascinante territorio vínico que se extiende a los pies de las montañas Helan.
Situada exactamente entre las latitudes 37°43’ y 39°23’ del hemisferio norte, Ningxia (propiamente dicho “East Foothills of Helan Mountain”, Indicación Geográfica Vitivinícola Nacional de China desde el 2003) ha sido descrita como una de las áreas con mayor potencial de desarrollo por especialistas de todo el planeta, entre ellos la crítica inglesa Jancis Robinson. El clima continental con veranos secos, ligado a un amplio diferencial térmico y una colección única de suelos, dominantemente arenosos, propician el cultivo local de la vid. La región también exige: inviernos gélidos, extremadamente duros, obligan a los viticultores a plantar el material vegetativo en un ángulo de 35 grados, esto con el propósito de poder enterrar los pies de las vides de noviembre a abril y evitar así que se congelen y mueran con las fuertes nevadas estacionales. Ciertamente, el trabajo en campo representa todo un reto diario para las más de 100 vinícolas registradas en la zona productiva.
¿Cepas…? Suelos vírgenes, suficiente exposición solar y ausencia de lluvias durante la cosecha propician el cultivo de variedades como Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah, Pinot Noir, Chardonnay y Riesling. Los mejores resultados también se asocian a varietales como Semillon, Viognier, Welschriesling, Gamay, Marselan y Petit Verdot.
“Carlos, ¿qué bodegas visitaste?”. Entre las que vale la pena mencionar se cuentan Château Changyu Moser XV, proyecto fundado en 2013 con el soporte del enólogo austríaco Lenz Moser. Además de maduros y limpios ensambles y monovarietales tintos, la bodega produce un Cabernet Sauvignon vinificado como blanco que es alucinante: fresco, herbáceo, jugoso, vibrante, casi tánico en boca… Es claro por qué más del 50 por ciento de su producción está dirigido a la exportación.
Igualmente interesante es Great Wall Tianfu Winery (también llamada Château Great Wall Terroir), un largo complejo en el que confluyen un centro de investigación enológica, una vinícola, un centro enoturístico y un centro de convenciones… Imagine usted una inversión de 70 millones de dólares, con cerca de mil 500 hectáreas de viñedo, en medio del desierto chino. Excepcionalmente interesante es su Terroir Great Wall Cabernet Sauvignon – Dornfelder 2016: tonos de frutos negros, acidez vibrante, taninos maduros… Tiempo es lo que nos falta para seguir explorando.