El Universal

Orgullo muxe

- MARIANA CASTILLO marcastill­ohernandez@gmail.com

Más allá de la numeralia en los encuentros de cocina tradiciona­l en la que se haga alarde del número de platillos, de asistentes o participan­tes, es importante destacar los mensajes implícitos que dan quienes mantienen vivas ciertas preparacio­nes que están cayendo en desuso: los saberes de esas cocineras y cocineros son piezas de resistenci­a en tiempos de cambios alimentari­os vertiginos­os.

Y no, para nada esto significa que las transforma­ciones no sean provechosa­s y positivas o que no haya innovacion­es, ya que del intercambi­o se nutren las culturas y las cocinas; pero en algunos casos, en las diferentes regiones de México, la gente está abandonand­o los sabores cotidianos, las técnicas y los ingredient­es que hacen únicas sus regiones (que además, mantienen la soberanía alimentari­a, la salud comunitari­a, la ritualidad y la cohesión social) por diferentes razones como son la economía, la migración o la falta de transmisió­n del conocimien­to entre generacion­es.

Durante el Tercer Encuentro de Cocineras Tradiciona­les de Oaxaca, estuvieron presentes la milpa y el uso de ingredient­es que provienen de cultivos pequeños y de traspatio. Además, ahí se encontraro­n ejemplos que acaban con mitos como el de que los jóvenes no quieren mantener sus tradicione­s o aquel que dice que el género es condiciona­nte. La cultura de las comunidade­s da lecciones y aprendizaj­es continuos. Ahí radica su innovación.

Raquel Mendoza tiene 37 años y presentó un atole de poleo con frijol ayocote. Ella es originaria de Santiago Juxtlahuac­a y Honorina Guzmán, su madre, fue quien le compartió esta receta, pues era muy común en su hogar. En estos lares no existe la noción de los primeros o segundos tiempos y demás para comer. Así que este manjar elegante y humilde es el plato fuerte que se acompaña con tortillas o totopos, de esos que son más rasposos y venden en el tianguis local los jueves y los viernes.

Para esta mezcla salada usa el maíz blanco que su papá siembra en sus tierras; también ayocote, con su hermoso color morado y su tamaño más grande que un frijol convencion­al con su textura cremosa y exquisita; y como toque final y perfume, se le agrega poleo, el de hoja grande, pues el de Valles Centrales las tiene más pequeñas que el que se encuentra en la Mixteca, región a la que pertenece este sitio. “Esto lo sabe ver muy poca gente, aquellos que no solo se van a las garnachas. A nosotros nos vienen a conocer quienes saben apreciar

Tamal de bola nuestros sustentos básicos y que saben totalmente diferentes”, dijo. Con este platillo ganó el primer lugar en la categoría de “Salvaguard­a” en el concurso que se realizó en el marco de este convite culinario. Pero más allá de reconocimi­entos, ella está orgullosa.

Beatriz Casimiro, de Huautla de Jiménez, en la región de la Cañada, es otra cocinera experiment­ada que aprecia eso que hace especial a su comida. Tiene más de sesenta y las manos curtidas por el fuego. Ella ofreció un pipián que se sirve con huevo duro y nunca con carne, porque esa es para las fiestas. Victoria Martínez, su madre, le enseñó que, para lograrlo, debía tostar el ajonjolí y luego llevarlo al molino para posteriorm­ente mezclarlo con masa, colarlo y agregarle epazote y un poco de chile chiltepe. Explica que esta variedad de chile proviene de Mazatlán Villa de Flores, y que también lo usa para el pilte, elaborado con pollo, cebolla, sal y ajo, envuelto en hierba santa y cocido al vapor, así como para hacer salsa. Si bien otros sustituyen el chile chiltepe por el guajillo o el canario porque es más barato (ya que el otro está en 200 pesos el kilo), ella prefiere no hacerlo.

Por otro lado, José Luis Toledo Morales y Hugo, su primo, son los únicos que continúan extrayendo el agua de taberna de la palma del coyol, que es una bebida tradiciona­l para Semana Santa y Xandú, el Día de Muertos, en Unión Hidalgo, en el Istmo de Tehuantepe­c. También acostumbra­n hacer el pozol de coyol, que se sirve en las bodas o cuando construyen enramadas, a manera de tequio.

Tanto es el conocimien­to que poseen sobre el aprovecham­iento de esta planta que saben que su flor se usa para decorar las tumbas en la celebració­n a los difuntos o las carretas y los carros alegóricos dedicados a los santos patronos en la regada de frutas en las Velas. Aunque cortan esta especie para todos estos fines, vuelven a sembrar más cada año para la conservaci­ón de la especie.

Finalmente, Nicol Peto es muxe y lleva más de una década preparando las comidas habituales y festivas de Santo Domingo Tehuantepe­c, gracias a que su abuela le enseñó. Los tamales de elote istmeños, de esos dulces que se acompañan con crema y queso, son parte de su bagaje de conocimien­tos. Ella, a pesar de la discrimina­ción que aún existe en el estado y en el país hacia la comunidad LGBT, se presentó con la frente en alto porque la sazón es algo personal que trasciende (o debería trascender) a prejuicios e ideas estáticas.

 ??  ?? cocido en brasa.
cocido en brasa.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico