¡Vino en aumento!
Atrás quedó la idea de que consumir vino era elitista. Hoy las bodegas ofrecen etiquetas para todos los gustos
Actualmente, la gente que toma vino lo hace por gusto, por disfrutar y conocer. Atrás quedó hacerlo principalmente por aparentar o fanfarronear. Existen infinidad de vinos dirigidos a satisfacer diferentes paladares y presupuesto: están desde los más económicos hasta los más exclusivos, donde, como bien dicen, el mejor no es el más caro sino el que más te gusta.
Hay bodegas que cuentan con líneas básicas, que son las más accesibles y van enfocadas a aquellos que van empezando a tomar vino. Por el otro lado, están las premium, para un consumidor conocedor, que sabe de uvas y procesos, donde los costos son más elevados. “Paulatinamente, el consumidor mexicano se ha adentrado a la cultura del vino. Hoy en día, el consumo per cápita de vino en México es de un litro por persona al año, una cifra que va en aumento, lo que significa el gran interés que genera esta bebida.
“El consumidor mexicano tiene ganas de aprender, no se queda callado o quieto, cuenta sus experiencias y cuestiona procesos, así como costos y eso lo notamos en las catas, pero no lo hace por presumir. Por muchos años se pensó que tomar vino te daba estatus social, pero ya no”, indicó Mercedes Baltazar, directora de marketing de Viñas Tarapacá en México, empresa chilena de vino.
Aumentan consumo
En México, estados como Puebla, Jalisco, Veracruz y Baja California son los principales consumidores de vino. Sin embargo, en la Ciudad de México es donde más se consume.
“Hace 20 años en México la gente prefería tomar tequila, whisky o vodka, pero actualmente es común ver vino en las mesas.
“Un mercado difícil es Monterrey, donde aún sigue predominando la cerveza y whisky, ha aumentado entre los jóvenes.
Gusto por lo nacional
vino en México.
el vino todavía no despunta en el destino. Mientras que en Quintana Roo o Veracruz la gente se muestra curiosa a probar más variedades”, indicó Baltazar.
México es un importante productor de vino. Los principales estados productores son Baja California, Coahuila, Querétaro, Zacatecas y Guanajuato, entre otros. Sin embargo, también se importan varios vinos de Chile, Argentina, España, Francia y Estados Unidos.
“Sin duda, México es un importante mercado, es el segundo exportador que tiene Chile en cuanto a vino, con botellas que son para tomarse del diario, solo por el hecho de disfrutar, hasta aquellas Premium, para expertos”, mencionó.
Hace algunos años cerca del 80 por ciento del vino mexicano se exportaba, pero eso cambió: hoy se queda más vino nacional en el país y se exporta menos.
“Hoy, como productores, nos quedamos cortos. No podemos abastecer todo el territorio. Por eso se tiene que importar, para poder cubrir esa demanda.
“Sin embargo, la realidad es que el mexicano es patriota, le gusta consumir lo nacional; cuando van a comprar una botella quizá su favorito es un chileno, compra ese y también un mexicano para conocer y probar”, afirmó Alfredo Valenzuela Salazar, enólogo de Cuatro Sierras, la única bodega de vino en Sonora.
El problema de los impuestos
De acuerdo con Valenzuela Salazar, un grave problema que afecta al vino mexicano son los impuestos, ya que aumenta considerablemente el costo, ya que el impuesto es del 46 por ciento, casi la mitad que pagas de la botella se va en impuestos.
“Mientras tanto, los vinos importados pagan un aproximado de 16 por ciento de
El mercado joven impuesto. Por eso es muchas veces son más baratos que los nacionales.
“Se han realizado ya varias propuestas al Senado de la República Mexicana para reducir los impuestos y hacer más accesible el vino nacional, pero todavía no se ha logrado nada”, reconoció el enólogo.
Gusto entre los jóvenes
Cada vez es más común que la gente acuda a las rutas del vino, que conozca de cerca la producción de esta bebida, así como que recorra los viñedos, donde nace todo y visite las bodegas. “Es grato ver que los jóvenes de entre 18 y 25 años están más metidos en este mundo. Eso sí, es importante señalar que hacen un consumo responsable, porque el vino no es para emborracharse, sino para disfrutar una buena copa. Es beber y dar el respeto al proceso de producción que llevó.
“Dentro de los favoritos está el vino tinto afrutado, joven, aunque los rosados y espumosos ganan presencia en destinos de playa o calurosos por ser frescos”, agregó.
Finalmente, añadió que es interesante ver estados como Sonora, donde la cerveza era la protagonista, que poco a poco el vino va ganando presencia en las mesas, que los jóvenes acompañan sus platillos con tintos, blancos o espumosos, siempre curiosos a tener una mejor experiencia en la culinaria.