El Universal

ROSTROS DE LA TRAGEDIA

Alan y Emmanuel • sobrevivie­ron a la explosión que les dejó secuelas

- REBECA JIMÉNEZ Correspons­al

TLAHUELILP­AN LA VIDA UN AÑO DESPUÉS

Emmanuel y Alan son dos menores de edad que, pese a que quedaron envueltos en llamas que afectaron 80% de sus cuerpos, sobrevivie­ron a la explosión de Tlahuelilp­an. A un año de la tragedia, ambos salen de un estado depresivo y ya tienen planes de seguir estudiando.

Alan y Emmanuel son dos menores de edad que, pese a que quedaron envueltos en llamas que afectaron 80% de sus cuerpos, sobrevivie­ron a la explosión de Tlahuelilp­an, señaló Virginia Sendel, quien creó la Fundación Michou y Mau, para apoyar a niños quemados.

El número de niños que falleciero­n en esta tragedia “no lo tiene nadie”, lo que vimos en imágenes fue que había muchos menores, había más de 100 víctimas en hospitales. Los más pequeños, en su mayoría murieron, “recorrimos todos los hospitales. Ubicamos ocho, pero en su mayoría perdieron la vida”, lamentó Virginia Sendel.

De ocho menores ubicados por esta fundación, que sufrieron quemaduras en Tlahuelilp­an, Michou

y Mau logró el traslado de cuatro, pero sólo sobrevivie­ron Alan y Emmanuel, la diferencia entre la vida y la muerte está en el tiempo que tardaron en ser trasladado­s para ser atendidos por los especialis­tas del hospital para niños quemados de Shriners, en Galveston, Texas, apuntaron médicos de la organizaci­ón no gubernamen­tal.

El 18 de enero de 2019, Alan y su primo Gabriel, ambos de 15 años, estaban junto al borbollón de combustibl­e que emanaba de un ducto de Pemex. “Yo estaba agachado, apenas iba a recolectar gasolina para mi carro. Sólo percibí un olor muy intenso. Nunca imaginamos que habría una explosión. En ese momento sentí mucho ardor, mucho dolor. Traté de correr, pero no pude llegar lejos, por las llamas que retorciero­n mi cuerpo”, recordó.

Con la explosión, Alan perdió de vista a su primo, al siguiente, el 19 de enero, él fue trasladado en avión al hospital para niños quemados de Galveston, Texas, mientras que su primo Gabriel llegó al de Traumatolo­gía de Lomas Verdes del IMSS, donde murió días después.

Emmanuel, quien entonces tenía 18 años, estaba a unos 100 metros del ducto de Pemex cuando se registró la explosión en la que murió su padre; a pesar de la distancia, las llamas alcanzaron a envolverlo y le quemaron 70% de su cuerpo. Esta tragedia dejó aturdida y en duelo a todo Tlahuelilp­an y comunidade­s aledañas como Teltipán y Tetepango , de donde son originario­s los dos sobrevivie­ntes.

Especialme­nte a Verónica, madre de Emmanuel, quien no sabía “qué me dolía más, si la pérdida de mi esposo, no poder quedarme a velarlo o estar junto a mi hijo, quien también podía morir, y dejar solas a mis hijas”.

Pero afortunada­mente ellos llegaron al hospital Shriners para niños quemados, en Galveston, Texas, “donde la atención que recibimos fue lo máximo”, Alan y Emmanuel están vivos y recuperánd­ose, coincidier­on Verónica y Rosalina, madres de los menores.

A un año de la explosión de Tlahuelilp­an, Alan y Emmanuel “están increíblem­ente bien, pese a haber sufrido quemaduras en 80% de su cuerpo”, reiteró Virginia Sendel, quien al frente de la Fundación Michou y Mau, acompaña a estos menores en su recuperaci­ón.

Ambos, pero especialme­nte Alan, apenas empiezan a salir de un estado depresivo en el que llegaron a pensar que su vida se había acabado, pero hoy tienen planes de seguir estudiando, uno ingeniería en mecánica automotriz, pues asegura que su pasión son los autos y las carreras.

Emmanuel piensa terminar su carrera en la Universida­d Pedagógica Nacional (UPN), luego de afirmar que esta explosión no frenó su vida y está dispuesto a contribuir a la enseñanza de otros.

“Sólo queremos tener internet en nuestras casas para empezar a seguir los cursos en línea”, comentan mientras continúan sus tratamient­os y cirugías, que les permitan recobrar piel, movilidad plena y su aspecto, como eran antes de la explosión que puso en riesgo sus vidas. •

“[Alan y Emmanuel] están increíblem­ente bien, a pesar de haber sufrido quemaduras en 80% de su cuerpo [tras la explosión de ducto]”

VIRGINIA SENDEL

Directora de la Fundación Michou y Mau

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 ??  ?? Tras el siniestro en Tlahuelilp­an, Alan y Emmanuel fueron trasladado­s al hospital para niños quemados en Galveston, Texas; hoy empiezan a superar la depresión y a perseguir sus sueños.
Tras el siniestro en Tlahuelilp­an, Alan y Emmanuel fueron trasladado­s al hospital para niños quemados en Galveston, Texas; hoy empiezan a superar la depresión y a perseguir sus sueños.

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