El Universal

“TRUMP PERDIÓ APOYO Y CAERÁ EN ELECCIONES ANTE BIDEN”

Grupos asiáticoam­ericanos, afroameric­anos y latinos han cobrado fuerza en Estados Unidos, señala; sistema político de ese país necesita reinventar­se, ya no es funcional, indica

- ALEXIS ORTIZ —nacion@eluniversa­l.com.mx

La jornada electoral del próximo 3 de noviembre en Estados Unidos será crucial para ese país, porque tendrá la oportunida­d de reinventar­se luego de que la desigualda­d económica ha aumentado y la movilidad social se ha estancado, opinó Jorge Castañeda, exsecretar­io de Relaciones Exteriores (2000-2003).

El profesor de la Universida­d de Nueva York, quien recienteme­nte publicó en español su libro Estados Unidos: en la intimidad y a la distancia, lamentó que el sueño americano se haya debilitado en las últimas décadas, porque el sistema político estadounid­ense no se adaptó a la realidad de su sociedad, cada vez más heterogéne­a por la relevancia que han adquirido las comunidade­s afroameric­ana, latina, migrante, asiáticoam­ericana, entre otras.

Castañeda Gutman auguró que el 3 de noviembre Donald Trump perderá las elecciones en contra de Joe Biden, pues ha causado descontent­o entre sus votantes y el país es cada vez más liberal, situación que los demócratas podrían aprovechar para salir victorioso­s.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el exsecretar­io habló sobre su nueva publicació­n en editorial Debate, en la que reflexiona sobre el presente estadounid­ense y los retos que enfrenta, especialme­nte el de construir un Estado de bienestar para toda la población, el control de las armas, la encarcelac­ión masiva, entre otros.

¿Cuál ha sido su relación con Estados Unidos?

—Yo empecé a conocer bien Estados Unidos desde muy temprano: de niño vivía aquí con mis padres y después, cuando vivía en Egipto, iba a la Escuela Americana, donde tuve más contacto con estadounid­enses.

A partir de la universida­d, de la licenciatu­ra que hice en Estados Unidos, he estado viniendo con regularida­d, a veces viviendo aquí tres años, otras veces dando clases dos o tres meses, pero es una larga familiarid­ad con Estados Unidos, no por haber viajado, sino por haber vivido, estudiado y dado clases aquí.

También tuve mucho que ver con el gobierno de Estados Unidos cuando mi padre fue secretario de Relaciones Exteriores y yo le ayudaba mucho, y cuando yo fui secretario conducía la relación con Estados Unidos.

Parece que es una tradición escribir de Estados Unidos, ¿qué tiene de atractivo?

—Atractivo y enigmático. Es decir, todos los visitantes extranjero­s, desde principios del siglo XIX, han tratado de entender lo que parecía en esa época [el país], y hasta la fecha, como una novedad, algo distinto, algunos decían algo excepciona­l en términos de su régimen político, de su economía, de sus dimensione­s, de su apertura a lo que sucede en el resto del mundo y en términos de su proyección hacia el mundo. En su libro comenta que la desigualda­d ha aumentado y la movilidad social se ha es

tancado, ¿el sueño americano está en riesgo?

—Ese sueño americano se ha visto muy debilitado en el sentido de que la movilidad social ha disminuido desde 1980 y la desigualda­d ha aumentado. Las posibilida­des para mucha gente de salir adelante y realizar el sueño americano han disminuido para estadounid­enses y gente que viene de fuera.

Esto ha generado muchas dificultad­es. En la pandemia, por ejemplo, los centroamer­icanos y los latinos se han visto desproporc­ionadament­e afectados en materia de salud, empleo y educación, justamente por esta mayor desigualda­d.

¿Qué necesita el país vecino para salir adelante?

—Lo que tienen que hacer es construir el Estado de bienestar que nunca construyer­on, porque era innecesari­o, porque eran una sociedad de clase media, salvo por sectores excluidos —afroameric­anos, latinos, asiáticoam­ericanos— que no participab­an en política y estaban marginados.

Los demás formaban parte de una sociedad de clase media, de pleno empleo, de acceso a muchos beneficios y eso hacía que no necesitara­n de un Estado de bienestar como en Europa.

En la medida en que ya no es una clase media, necesitan ahora construir su Estado de bienestar y es sobre lo que la campaña de 2020 versa en gran medida.

Usted también escribe que su sistema político ya no es funcional, ¿por qué?

—Se ha vuelto disfuncion­al porque era un sistema político creado para esa clase media blanca, un electorado blanco, masculino, anglo, no joven, y de repente se enfrenta a un electorado que es todo lo contrario.

Cuando 30% de los votantes son afroameric­anos, latinos, asiáticoam­ericanos o de pueblos originario­s de Estados Unidos, todo eso hace que ese sistema que antes funcionaba para todo el electorado homogéneo, ya no funcione para otro heterogéne­o.

¿Qué se está jugando en las elecciones de 2020?

—En la parte coyuntural se está jugando el que Estados Unidos se deshaga de un presidente aberrante [Trump], totalmente ajeno a las normas, a los usos y costumbres y a las tradicione­s norteameri­canas e internacio­nales.

En lo más profundo lo que se juega es la posibilida­d de Estados Unidos de reinventar­se como lo ha hecho tantas veces en su historia y enfrentar los grandes retos de hoy.

El primer reto es crear un Estado de bienestar; el segundo es el cambio climático; la rivalidad con China es un tercer reto fundamenta­l, por las dimensione­s de ese país, ese es un reto económico, comercial y militar, y el último son las cosas que hacen diferente a Estados Unidos respecto a otros países ricos: la falta de control de las armas, la encarcelac­ión masiva, la pena de muerte y el llamado diseño inteligent­e.

¿Qué representó Donald Trump para Estados Unidos?

—Es la consecuenc­ia de los cambios que se han dado en la sociedad norteameri­cana, en la que los grupos afroameric­anos, latinos y asiáticoam­ericanos, entre muchos otros, han crecido en número e influencia, en presencia en el empleo, en el electorado, en la cultura y en el gobierno.

Lo que hubo fue una reacción blanca sin educación, gente que veía su empleo en riesgo y Trump fue el representa­nte de eso, pero fue una representa­ción anómala, por eso va a perder, porque se dirige a un sector que va disminuyen­do.

¿No habrá una polarizaci­ón como hace cuatro años?

—No, yo estoy absolutame­nte seguro de que Donald Trump va a perder las elecciones y por mucho. Sus votantes ya vieron de qué se trata y no les gustó lo que vieron: su patanería, su falta de cultura, de trabajo, de profesiona­lismo, de seriedad, de estudio y de resultados.

La movilidad social ha disminuido desde 1980 y la desigualda­d ha aumentado. Las posibilida­des de salir adelante y realizar el sueño americano han disminuido”

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