Una revolución llamada Emily Ratajkowski ¿A dónde se fueron las temporadas?
Ni siquiera empezaré hablando de “la nueva normalidad” porque ya no es tan nueva: llevamos más de medio año adaptándonos a los cambios; viviendo un día a la vez y desapegándonos de todo aquello que alguna vez nos dio paz.
Los principios de moda se han visto modificados con la pandemia. Las más recientes semanas de la moda fueron un coctel entre lo real y lo digital, firmas grandes y pequeñas tuvieron que hacer uso de su creatividad para presentar colecciones que no saben si podrán ser vendidas en el formato tradicional al que todos estábamos acostumbrados.
LA NUEVA ERA
Los compradores se adaptaron a adquirir vía Zoom, recelosos, ya que no es lo mismo sentir una prenda que verla a través de una pantalla. Si a esto le agregamos el factor de que las temporadas se han desvanecido y nuestros usos y costumbres también han mutado, nos preguntamos: ¿y ahora qué me pongo? ¿Vale la pena invertir en un guardarropa cuando nuestra vida social se ha visto mermada?
De los cambios más considerables que hemos visto es comprar artículos de segunda mano. Es buena idea este tipo de inversión por un tema de sustentabilidad y ahorro. Así que, si están pensando hacer compras virtuales, mi consejo es apuntar a estas páginas de segunda mano en donde encontrarán grandes tesoros a precios más accesibles.
Por otro lado, evaluemos que ahora pasamos mucho tiempo en casa y somos más selectivos a la hora de salir. Yo he modificado un poco las prendas que uso regularmente y he encontrado un aliado en los joggers, las blusas de algodón y los suéteres oversize que, si bien no son lo más elegante del mundo, te dan un sentido de estar en modo acogedor sin andar en pijama por la vida. Incluso las marcas han redefinido esta nueva manera de vestir: homewear. ¡Ojo! No se vale tampoco andar en mala facha.
A la hora de pisar el tan desconocido mundo exterior sugiero tener un buen trench coat, unas botas y una chamarra de piel. Estas piezas servirán para días soleados con lluvia y viento, pero también con una sudadera o suéter para días más frescos y cambiantes.
Por último, una mascada puede ser el accesorio versátil, así como un par de lentes oscuros que nunca le sobran a nadie.
Con cariño,
Gina