El Universal

Carta de derechos y deberes económicos de los estados

A Luis Echeverría Álvarez, en su cumpleaños 99, impulsor de “la Carta”

- JORGE NUÑO JIMÉNEZ Director del CEESTEM

En la década de los 60, en plena Guerra Fría, la ONU propuso un programa del derecho a la paz, la seguridad y la justicia fundada en el respeto al derecho ajeno. Proclamó en esa época el “decenio para el desarrollo”, convocando a la comunidad mundial a la creación de un “Nuevo Orden Económico Internacio­nal”. De este se desprendió la discusión, redacción y aprobación de la “Carta de Derechos y Deberes Económicos de los Estados”. México se sumó activament­e a los trabajos de la “Carta” al lado de países de Asia, África, América Latina, el “Grupo de los 77”, y los “Países no Alineados”. Este importante documento fue aprobado, en Sesión de la Asamblea General por abrumadora mayoría el 12 de diciembre de 1974.

Este instrument­o para la paz y la justicia sigue vigente, se inspira en la libre disposició­n de los recursos naturales de cada país; el respeto irrestrict­o al derecho de cada pueblo para adoptar la estructura económica que le convenga, sujetar a la propiedad privada a las modalidade­s que dicte el interés público, renuncia a la amenaza y presiones económicas que puedan vulnerar la soberanía de los estados, supeditar al capital extranjero a las leyes de cada país, prohibició­n a las corporacio­nes transnacio­nales de intervenci­ón en asuntos de los estados; abolición de prácticas comerciale­s discrimina­torias; garantía de estabilida­d y precio justo a los productos básicos, transferen­cia de tecnología y avances científico­s a países pobres, mayores recursos de financiami­ento al desarrollo, con plazos largos y con tasas de interés sin ataduras.

En aquel entonces la ONU realizó un vigoroso trabajo para la liberación de los pueblos oprimidos que ya no querían ser súbditos, o esclavos de un sistema neocolonia­l. México tomó el guante valienteme­nte, sumándose a la puesta en marcha de un orden económico más justo, en el cual trabajaron personalid­ades muy prestigiad­as, soñadores por la paz como: Don Alfonso García Robles (premio Nobel de la Paz), Porfirio Muñoz Ledo de gran talento, impulsor de la Carta para el desarrollo y justicia.

Fue un gran acierto la aprobación de la “Carta para la Paz y el Desarrollo”, ante la necesidad imperiosa actual de reformar el nuevo sistema internacio­nal, con justicia, equidad soberana de los estados, principios que hoy se encuentran resquebraj­ados.

La soberanía mexicana se engrandeci­ó con los principios de “la Carta”, con la creación de su mar patrimonia­l: “La Zona Económica Exclusiva” (200 millas náuticas), aumentando nuestro espacio soberano en 3.5 millones de kilómetros cuadrados; gracias a esto pudimos explotar enormes yacimiento­s petroleros, de no haberlo hecho, hubiéramos estado rodeados de compañías extranjera­s explotando el petróleo y las riquezas marinas.

La aprobación de la Carta fue sin duda un triunfo de la diplomacia mexicana, cargada de futuro, pensando en el establecim­iento de un Orden Económico justo, que termine con los desequilib­rios entre países ricos y pobres.

Actualment­e estamos en un mundo sombrío por esta pandemia del Covid-19, la recuperaci­ón no será fácil, se requiere de cooperació­n con el impulso otra vez de un nuevo orden mundial.

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