Problemas de salud comunes
Episodios de estrés, dolores de cuello y espalda, ojo seco y vista cansada son solo algunas de las problemáticas
Alo largo de la carrera hay muchos momentos en los que los nervios, el estrés, los dolores de cabeza o musculares se apoderan de las y los estudiantes ya sea porque se aproxima un examen importante, porque hay que entregar muchas tareas al final de semestre o por motivos emocionales.
Este cúmulo de situaciones y algunos esfuerzos al estudiar, aunados a las deficiencias en los hábitos alimenticios, pueden conducir a diferentes padecimientos que en ocasiones llegan a generar otras problemáticas como molestias estomacales, cambios en la rutina del sueño y hasta temas de salud mental...
“Claro que las molestias gastrointestinales, digestivas y urinarias tienen relevancia cuando se estudia una carrera. Y esto, también, tiene mucho que ver con la dieta. Esta puede cambiar repentinamente y por completo, pues las y los estudiantes modifican mucho su estilo de vida al estar en el nivel superior.
“A veces, esto conlleva que se deje de hacer ejercicio y se inicie el consumo de alimentos chatarra o comidas rápidas de bajo valor proteico e insalubres. Además, en el caso de molestias referentes a vías respiratorias, entra el factor de tener que compartir espacios cerrados y pequeños con grandes grupos de personas, prevaleciendo así padecimientos como el resfriado común”, dijo Ramón Lozano, académico de la Carrera de Médico Cirujano en la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza, de la Universidad Nacional Autónoma de México.
VARIABLES EMOCIONALES Y SOCIALES
También pueden existir otras razones para que otros tipos de molestias se hagan presentes en los estudiantes, razones en las que intervienen elementos como la personalidad, la manera de gestionar el trabajo escolar y el tiempo libre o el modo en que se relacionan con otros compañeros en el ambiente escolar, así como la manera en que manejan sus emociones.
“Es común que las y los chicos constantemente traten de superarse a sí mismos y a los demás para ser aceptados. En estas etapas hay niveles de inseguridad muy altos. De tal manera que tener una buena calificación no solamente significa estar bien con mamá o papá, sino también demostrar que tienen diversas capacidades”, comentó Raymundo Calderón, director nacional de Psicología de UVM.
Este tipo de situaciones también pueden detonar malestares como el ojo seco, dolores lumbares y de cuello al dedicar mucho tiempo al trabajo en la computadora, por solo mencionar algunos ejemplos comunes.
Al respecto, el académico de la UVM agregó que con frecuencia “pueden generarse niveles altos de presión social al grado que la persona decide dejar de dormir para seguir estudiando u olvidar otros hábitos esenciales como alimentarse adecuadamente o hacer ejercicio.”.
Además, existen otro tipo de situaciones o decisiones que usualmente los estudiantes deben afrontar a lo largo de su carrera, e incluso al inicio de ésta. “Dentro de nuestra área, de orientación educativa, recibimos casos de jóvenes preocupados porque no están seguros de qué van a estudiar o qué carrera van a elegir. Esta es su primera decisión profesional y les genera situaciones de ansiedad.
“Sucede de manera similar a nivel universidad: cuando los alumnos se dan cuenta que su carrera no es lo que esperaban, hay momentos de ansiedad al pensar si es correcto quedarse, cambiarse y sobre cómo decirle a los papás, etcétera”, dijo Octavio Campos, orientador de la Coordinación de Impulso y Vida Estudiantil de la Universidad La Salle.
Esto no solo se limita solo a situaciones estrictamente físicas pues, según coinciden los diversos especialistas, las relaciones con compañeras y compañeros dentro y fuera de los salones o, incluso ahora que se estudia desde casa, también pueden influir en la aparición de otros padecimientos que entran más en el terreno de lo social y lo psicológico.
“En estas etapas de la juventud predomina el uso de las emociones como herramienta de interacción con los demás, y esto puede llevarse a los extremos. Por ejemplo, el caso donde un estudiante se siente atraído por una chica o un chico y finalmente este no le hace caso. Esto puede generar que la persona se sienta desanimada y llegue a deprimirse”, agregó Calderón, de la UVM.
MALESTARES RELACIONADOS A LA SALUD MENTAL
En noviembre de 2018, una investigación de la Universidad Nacional Autónoma de México encontró que, del total de los alumnos que ingresaron en ese año a la Unidad Cuajimalpa, el 30.2% presentaba un posible tema de salud mental que podría requerir algún tipo de intervención. Las problemáticas tenían que ver con el déficit de atención e hiperactividad, con casi 15%; depresión, con poco más del 13%; y trastorno de pánico, con casi 6%.
Este es un escenario que frecuentemente se observa en el ambiente educativo no solo de nuestro país, pues estadísticas de instituciones en Estados Unidos (de nivel College) arrojan que casi el 27% de estudiantes fueron diagnosticados con ansiedad, mientras que el 37% ha declarado presentar síntomas de depresión ya sea moderada o severa, esto durante el 2019, según datos del sitio de consultoría Statista.
Son diversas las razones que pueden llevar a una persona a presentar síntomas de depresión pero, en el ambiente educativo, puede desencadenarse por la constante exposición a altos niveles de estrés lo cual puede afectar poco a poco al aprovechamiento de las y los estudiantes, con la posibilidad de presentar otro tipo de señales incluso en su comportamiento cotidiano en casa u otros sitios.
“Alguien sometido mucho tiempo al estrés puede entrar en una situación de depresión, en una etapa donde empiece a sentir que no puede con las tareas ni con nada más y así entrar en el proceso de hipoactividad, es decir, que sus niveles de actividad disminuyen y están más tiempo en sus cuartos o dormidos. Este es un proceso que puede suceder, incluso, de manera inconsciente”, dijo el representante de la UVM.
También, agregó el especialista, “hemos identificado casos de jóvenes que, en temporada de exámenes, por la presión, indican que se sienten muy cansados y se nota que empiezan a salir menos y disminuyen su interacción social”.
LA LABOR DE LOS PROFESORES
En la mayoría de los casos, quienes tienen un primer contacto con este tipo de conductas cambiantes que pueden funcionar como señales, son los profesores. Ellos pueden realizar un primer acercamiento para conocer la situación por la que pasan las o los estudiantes y así tener los indicadores para hacer un reporte que permita acceder a una persona especializada que proporcione una guía más precisa y tratar los padecimientos, sean físicos o mentales.
Tal como lo menciona Octavio Campos, de La Salle: “los profesores son quienes están en mayor contacto con las y los chicos, y pueden darse cuenta primero de que están, por ejemplo, más retraídos, ausentes o llorosos, por ejemplo. Sin embargo, ahora, en el escenario de educación a distancia, hay situaciones que funcionan como alerta, como el caso de chicos que participaban y ahora no lo hacen o quienes encendían sus cámaras y de repente deciden ya no hacerlo. Además, las y los docentes que tienen en sus clases espacios para que sus alumnos se expresen, tienen más afinados estos aspectos de detección. Esto les permite hacer un reporte de manera casi inmediata y, así, averiguar qué es lo que pasa y brindar el acompañamiento adecuado”.
Al respecto, Raymundo Calderón de la UVM señaló: “las escuelas no somos responsables de la parte de tratamiento pero lo cierto es que esta condición puede afectar el aprendizaje de nuestros alumnos. Por lo tanto, lo que sí debemos hacer como institución es buscar alternativas que nos permitan detectar y, luego, hacer derivaciones para que sean atendidos por profesionales. De este modo, las y los chicos podrán recuperarse y seguir con su educación”.
Aunque los expertos señalan que no es responsabilidad directa de la institución el tratar este tipo de padecimientos, coinciden en que, gracias a mecanismos y departamentos de ayuda, junto a la oportuna participación de los profesores, se puede dirigir a los alumnos hacia personas especializadas para lograr así su bienestar y mejor aprendizaje. A continuación señalamos algunos padecimientos comunes.
Los jóvenes deben buscar la ayuda de expertos