CÓMO BLINDAR TU AUTO
Blindar un vehículo es una decisión que busca que nuestros viajes sean más seguros. Sin embargo, hacerlo de manera incorrecta podría tener el efecto inverso. Por eso, te compartimos todo lo que debes saber al respecto.
Ante la inseguridad prevaleciente, optar por un vehículo blindado para el transporte personal se ha vuelto cada vez más atractivo. Estas bestias sobre ruedas, sin embargo, no son invulnerables y requieren tanto de condiciones técnicas en su preparación como de técnicas de manejo particulares.
Para vernos protegidos por este tipo de vehículo especializado tenemos dos alternativas: de fábrica o de blindadoras, cada uno con sus ventajas naturales.
Las limitantes del blindaje de fábrica estriban en las limitaciones al nivel y a la gama de modelos disponibles, pero la ventaja está en la garantía y en el diseño de origen para soportar las cargas excepcionales que implica esta modificación. Por otro lado, mandar a blindar un vehículo al gusto con una empresa especializada nos permite elegir más opciones, además de obtener la protección acorde al riesgo que se podría afrontar o, bien, se pueda pagar, ya que la resistencia dependerá del nivel que, mientras más alto, más caro.
Una empresa blindadora seria contará con una serie de acreditaciones de las asociaciones pertinentes, entre ellas la AMBA, Asociación Mexicana de Blindadores de Automóviles, así como con sistema de calidad ISO 9001 para gestionar todo el proceso de blindaje y su adecuada documentación. De nada sirve una coraza de altas capacidades si, por falta de calidad, falla un componente mecánico o eléctrico que incapacite al vehículo al momento de sufrir un ataque, dejándo a los ocupantes vulnerables.
Y es que blindar un auto implica prácticamente deshacerlo para volverlo a construir casi desde cero. En esta transformación muchas mangueras, conectores, cables, sensores y líneas de fluidos se desconectan, apartan y posteriormente vuelven a instalarse. Es una modificación de alta exigencia donde no basta “echarle ganas” sino que resultan indispensables procesos validados y auditables de control de calidad para garantizar que el automóvil será 100 por ciento confiable en cualquiera que sea la situación a la que se enfrente.
Para quienes no desean circular en masivos SUVs, blindar un sedán o hatchback ligero, e incluso un deportivo, es posible, si bien no deseable. Basta con elegir un nivel antiasalto basado mayormente en aramida, clasificado B4 que detiene ojivas de armas de mano comunes. Este resulta adecuado para las situaciones de riesgo con más incidencia, aunque las capacidades dinámicas del auto resultarán moderadamente comprometidas debido al aumento de peso que viene con el proceso.
Finalmente, es necesario tomar en cuenta en la decisión de utilizar un blindado, que el vehículo no trabaja en solitario: chofer, personal adjunto de seguridad y el ocupante de interés requieren estar capacitados para aprovechar las ventajas del blindaje. Existen certificaciones internacionales para choferes de este tipo de vehículos, en las que enseñan manejo defensivo. Comúnmente hallaremos que los cristales están fijos, ya que es un punto débil en situaciones donde el chofer se siente seguro y baja el vidrio porque tiene calor, exponiéndose a robo de la unidad o asalto.
Apegarse a estos criterios el 100% del tiempo también resulta indispensable, además de llevar talleres de práctica regularmente. En situaciones de riesgo activo tener presentes y ejercitadas las mejores técnicas es la diferencia entre vida o muerte.
Por esas razones y porque consideramos que antes de tomar una decisión en torno a la compra o equipamiento de blindaje de tu auto, elaboramos un gráfico donde detallamos los puntos que debes revisar, qué transformaciones sufrirá tu vehículo y qué cambios en tu manejo deberás de realizar para sacarle el mayor provecho a un auto de esta categoría. •
No cualquiera puede blindar un auto de la manera correcta. La AMBA se encarga de regular, capacitar y supervisar talleres certificados para este tipo de modificaciones fuera de fábrica.