“EN DEBATE SOBRE REDES HAY QUE EVITAR EL REDUCCIONISMO”
Iniciativa de Monreal respecto a su regulación fue presentada al vapor y demuestra el poco conocimiento del Presidente y del senador sobre tema, dice
Monterrey.— Más que una regulación, debe promoverse la ética y la vigencia de políticas y protocolos hacia el interior de las empresas de redes sociales para evitar excesos, expuso el politólogo Gilberto P. Miranda, quien consideró que la iniciativa presentada por el senador Ricardo Monreal, a raíz de un pronunciamiento del presidente Andrés Manuel López Obrador, es reduccionista, fue presentada al vapor y revela en ambos un profundo desconocimiento de un tema que amerita una amplia discusión.
Señaló que, antes de abordar la regulación de las redes sociales, deberíamos empezar por preguntarnos si éstas son medios o plataformas, una de las cuestiones que guía este debate a nivel global y sobre todo en Estados Unidos, sede de las compañías más importantes del sector.
“La realidad es que la respuesta no es maniquea. Compañías como Twitter trataron de argumentar por muchos años que sólo eran plataformas y por tanto no eran responsables del contenido que en ellas se publicaba, porque, en efecto, no son productoras de contenido con una línea editorial, como sucede en los medios tradicionales”, asentó.
Sin embargo, añadió, aunque no produzcan los contenidos, tienen responsabilidad por ser quienes los diseminan, sobre todo los sensibles, que tienen que ver con el discurso de odio e incitaciones a la violencia, como lo que se vio en enero pasado en el Congreso de Estados Unidos, cuando algunos grupos se organizaron por redes sociales y se movilizaron para tomar la sede legislativa, alentados por el entonces presidente Donald Trump.
“Ahí se evidenció que las cosas que suceden en las redes sociales y el discurso que ahí se vierte tienen consecuencias en la realidad, no se queda confinado al espacio virtual”, dijo.
Para entender este tema, detalló, primero hay que decir que las redes no son equiparables a los medios tradicionales porque no producen el contenido, pero comparten con los medios la parte de una responsabilidad por lo que publican.
Señaló que la mayoría de los académicos y especialistas en tecnología y libertad de expresión sostienen que la iniciativa de Monreal es presentada al vapor y reduccionista, pues trata de entender a las redes como si fueran todo internet, cuando son sólo un componente.
La propuesta, aseveró, se concentra en la suspensión o la cancelación de cuentas y “no aborda la complejísima realidad o problemática con debates más grandes sobre la libertad de expresión y el rol que deba tener, o no, el Estado en regular internet.
“Un tema tan complejo requeriría un análisis mucho más profundo, como lo están pidiendo múltiples organizaciones, y debe haber un proceso de parlamento abierto, tener la discusión que merece un tema tan complejo y evitar el reduccionismo”, añadió el politólogo director de la empresa Altius Consultores.
Señaló que, más que pretender que el Estado llegue a regular el internet, cuando a escala mundial no están bien definidas las fronteras de estas tecnologías, “quizá habría que abogar más por la importancia de la ética, y la existencia de políticas y protocolos hacia adentro de las propias empresas de redes sociales, como ya está sucediendo”.
Mencionó como ejemplo que Facebook tiene un departamento específico de verificación de datos, y cómo Twitter suspendió la cuenta de Trump. “Esto lleva también a un aspecto bien importante: no confundir la libertad de expresión con dar rienda suelta a la intolerancia”.
Recordó las palabras de Karl Popper, quien decía que hay que ser intolerantes con los intolerantes: “No podemos disfrazar de libertad de expresión el permitir que haya posturas que abiertamente dañan a la democracia y a los derechos humanos, llámense discurso de odio, discriminación, racismo, machismo e incitaciones a la violencia”.
Ante la postura del presidente López Obrador por el papel que juegan las empresas de redes digitales, comentó Miranda, el Mandatario no es la voz más autorizada sobre el tema, primero, por desconocimiento y su constante tendencia de satanizar o descalificar cosas que no entiende, por ejemplo, el movimiento feminista, al punto de comprarlo con teorías de conspiración o ligarlo a grupos conservadores, lo que denota, además de gran desconocimiento, desinterés e incluso ofende sus luchas históricas.
Y en el tema digital, asentó el politólogo, “tanto el Presidente como el senador Ricardo Monreal lo primero que acusan es un profundo desconocimiento del tema”, y deberíamos de partir de un debate más informado, basado en evidencia y darle el tiempo que merece.
“Las cosas que suceden en las redes sociales y el discurso que ahí se vierte tienen consecuencias en la realidad, no se queda confinado al espacio virtual” “No podemos disfrazar de libertad de expresión el permitir que haya posturas que abiertamente dañan a la democracia y a los derechos humanos”