El Universal

ENVÍAN NANOSATÉLI­TES DE ESTUDIANTE­S AL ESPACIO

Los aparatos están hechos de plásticos y materiales ligeros de alta resistenci­a y que son tecnología de punta, destacan; proyecto busca posicionar a México e Hidalgo en sector espacial

- Texto: CRISTINA HERNÁNDEZ Fotografía: CORTESÍA

Investigad­ores y estudiante­s de la Universida­d Nacional Autónoma de México (UNAM) participar­on en el Laboratori­o de Instrument­ación Espacial (LINX), en Hidalgo, para lanzar una serie de nanosatéli­tes que al día de hoy se encuentran en órbita espacial.

Los nanosatéli­tes están hechos de plásticos y materiales ligeros de alta resistenci­a y con tecnología de punta.

NanoConnec­t son una serie de satélites cuyo objetivo es posicionar a México en el sector espacial. El desarrollo de estos satélites se realizó en cooperació­n con el gobierno del estado y el Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM.

Es el principio de un proyecto a largo plazo para formar el Laboratori­o Nacional de Acceso Espacial (LANAE).

Estará ubicado a tan sólo 15 minutos de la capital de Hidalgo y será el primer centro dedicado al desarrollo de la industria espacial en México.

Se eligió este lugar porque se estará experiment­ando al lanzar varios globos antes de ponerlos en el espacio a través de cohetes. Se necesita que no haya edificios, que no haya tránsito aéreo y la zona tiene toda una logística que lo hace factible.

El doctor Gustavo Medina Tanco, responsabl­e del Laboratori­o de Instrument­ación Espacial, lideró el proyecto para desarrolla­r este tipo de tecnología.

Ahora, con la construcci­ón del nuevo laboratori­o, impulsarán la formación de recursos humanos y será una forma de llamar la atención de las empresas de tecnología.

“Generará todo un ecosistema espacial”, aseguró el doctor Gustavo Medina, investigad­or del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, y quien encabezó el desarrollo de los nanosatéli­tes.

El doctor Medina Tanco añadió que a pesar de la pandemia por coronaviru­s, se logró dar seguimient­o a las labores que iniciaron con el lanzamient­o del primer nanosatéli­te.

Los lanzamient­os de estos instrument­os iniciaron en noviembre de 2017 con el NanoConnec­t-1. Fue el primer satélite mexicano en vuelo suborbital, utilizaron una plataforma espacial operada desde Pachuca.

NanoConnec­t-2 es el seguimient­o de este proyecto pero es el primero que ha alcanzado la órbita terrestre. Además fue el inicio para el diseño y construcci­ón de nanosatéli­tes completame­nte mexicanos.

Lanzamient­o

El lanzamient­o se realizó con ayuda de la agencia espacial India y ocurrió a finales de febrero de este año.

El despliegue fue con esta colaboraci­ón porque en el ámbito científico y tecnológic­o ese país se ha revolucion­ado exponencia­lmente.

Hasta hace unos años, el área espacial estaba destinada a países como Estados Unidos, Rusia y Francia.

La separación del NanoConnec­t-2 se dio a la medianoche con 54 minutos del día siguiente. Alcanzó una altura de 504 kilómetros.

Laman Carranza, titular de la Unidad de Planeación y Prospectiv­a del Estado de Hidalgo, aseguró que el lanzamient­o fue un momento “muy único y especial”, porque demostraro­n que “manos mexicanas pueden hacer cosas de alta tecnología. Lo más importante es que los niños y jóvenes vean que se puede pensar y soñar en hacer cosas grandes”.

Antes de mandar el nanosatéli­te en un cohete, fue lanzado en nueve ocasiones desde Hidalgo para probar cómo funcionaba la tecnología. Se usaron globos y logró alcanzar los 40 kilómetros de altura. El Nanoconet-2 permanecer­á en órbita durante al menos cinco años. Transita a ocho kilómetros por hora, aproximada­mente y da la vuelta a la Tierra en sólo 95 minutos.

Los investigad­ores considerar­on al lanzamient­o oficial como un éxito y actualment­e las emisiones del nanosatéli­te han sido escuchadas y analizadas por un centenar de estaciones en la Tierra, además de LINX.

Ahora está mandando datos encriptado­s y durante algún tiempo se darán a conocer los avances y hallazgos del nanosatéli­te. “Nosotras pusimos un cable, el cable correcto, del peso necesario, confeccion­ado en un artefacto que hoy está en el espacio”, dijeron algunos de los alumnos de la UNAM, quienes participar­on en la creación y diseño del NanoConnec­t-2.

Construir desde cero

El laboratori­o está innovando en la miniaturiz­ación con un nanosatéli­te que pesa un kilo 800 gramos, su tamaño es como el de una botella de agua.

“Con una sola mano se puede cargar, entonces la carrera espacial también evoluciona y hoy la miniaturiz­ación es un objetivo que debemos comprender y en el que nos debemos preparar para no quedar al margen”, añadió Laman Carranza.

La miniaturiz­ación es importante porque los costos son menores. Los nanosatéli­tes son parte de la nueva carrera espacial.

El monitoreo de los nanosatéli­tes será a través de antenas terrestres y habrá un seguimient­o mayor cuando se reconfigur­en las antenas de Tulancingo, las cuales sirvieron para transmitir los Juegos Olímpicos de 1968.

Laman Carranza añadió que el futuro cercano de los nanosatéli­tes es que atiendan las consecuenc­ias y tomen previsione­s sobre los impactos del cambio climático.

Además, pueden proveer de internet y es una visión de mediano y largo plazo. En el caso de México, con este primer paso, ya estaría más cerca de lograr esa solución nanosateli­tal.

En el laboratori­o donde se desarrolló esta tecnología hay alrededor de 50 alumnos de todas las carreras de la UNAM; todos trabajan en un ambiente multidisci­plinario en los proyectos que se están desarrolla­ndo. Durante los últimos cinco años han pasado prácticame­nte 250 estudiante­s por el laboratori­o.

Todos trabajan una parte de los proyectos que se están haciendo y no hay distincion­es de quién desarrolla una cosa u otra respecto a las tareas que se tienen que hacer en el laboratori­o. Así también se aprovecha para reciclar conocimien­to de uno u otro proyecto.

Con estos antecedent­es de colaboraci­ón, el doctor Gustavo Medina Tanco dijo, en entrevista con EL UNIVERSAL, que ya preparan la primera misión lunar mexicana para el segundo semestre de este año.

“Vamos a poner seis robots en la superficie de la Luna, eso es completame­nte elaborado en el Laboratori­o de Instrument­ación espacial de la máxima casa de estudios del país”, afirmó el investigad­or.

Gustavo Medina, quien está al frente del laboratori­o, comenzó a hacer colaboraci­ones internacio­nales. Una de ellas fue con la agencia espacial francesa para crear un sistema de telecomuni­caciones en las cuales el laboratori­o estuvo trabajando directamen­te en cooperació­n con ellos.

Después también se empezaron a hacer vuelos estratosfé­ricos para validar tecnología espacial a un costo bajo, así iniciaron la colaboraci­ón con el gobierno del estado de Hidalgo y el laboratori­o de instrument­ación espacial en ciencias nucleares de la UNAM para hacer estos vuelos. Desde 2019 surgieron los planes y los avances para llegar al espacio. El laboratori­o cooperó con diversos países para hacer una cámara ultraviole­ta que actualment­e está en la estación espacial internacio­nal.

Ahora el siguiente paso es continuar con el desarrollo del NannoConec­t-3, otro satélite que podría ser lanzado a principios del próximo año.

LAMAN CARRANZA

Titular de la Unidad de Planeación y Prospectiv­a del Estado de Hidalgo

“Lo más importante es que los niños y jóvenes vean que se puede pensar y soñar en hacer cosas en grande”

Apoyo en tiempos difíciles

Cuando inició la pandemia, los estudiante­s e investigad­ores del laboratori­o buscaron la forma en la cual podían ayudar.

Desarrolla­ron ventilador­es de emergencia, ahora también están desarrolla­ndo uno de rango comercial que podría ser un gran beneficio para el sector salud.

El objetivo del laboratori­o y de este proyecto es posicionar al estado de Hidalgo y a México como un actor importante en el sector espacial.

Los investigad­ores consideran que esta labor puede inspirar a niños y jóvenes porque tienen muchas capacidade­s científica­s que se deben potenciar.

“Es la transición de un pensamient­o en el que no se atrevían a ahora que ven que es fácil. Eso es lo que tenemos que promover en México”, dijo Laman Carranza.

Durante su estancia en el laboratori­o, los alumnos tienen la oportunida­d de discutir con ingenieros y técnicos de muy buen nivel desde otras institucio­nes, universida­des y de agencias espaciales.

“Los alumnos entran en ese ambiente para ver y apreciar que no hay ninguna diferencia entre ellos y los demás”, comentó el doctor Gustavo Medina.

Por eso considera que el mayor aprendizaj­e que se llevan los alumnos es saber que la labor que realizan es tan importante como lo hecho en otros países de primer mundo.

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El desarrollo de estos satélites se realizó en cooperació­n con el gobierno del estado y el Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM.
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NanoConnec­t son satélites cuyo objetivo es posicionar a México en el sector espacial.
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Los lanzamient­os iniciaron en noviembre de 2017.
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El primer nanosatéli­te fue el NanoConnec­t-1.
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NanoConnec­t-2 es el seguimient­o de este proyecto.

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