El Universal

“EN MÉXICO HAY ENTRONIZAM­IENTO DE UN RÉGIMEN AUTOCRÁTIC­O”

IGNACIO MORALES LECHUGA Exprocurad­or General de la República

- MANUEL ESPINO —nacion@eluniversa­l.com.mx

Ignacio Morales Lechuga, exprocurad­or General de la República, advierte del “entronizam­iento de un régimen autocrátic­o” en México, que trata de hacer leyes a la medida de una persona.

En entrevista con EL UNIVERSAL, subraya que durante el gobierno de la 4T se han impulsado varios intentos para prorrogar mandatos, el más reciente en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Respecto a este tema, alerta sobre el “riesgo de que sea una ruptura constituci­onal”.

Considera que si los ministros avalan extender la presidenci­a de Arturo Zaldívar en la Corte y el Consejo de la Judicatura Federal se “completará la debacle de una república democrátic­a”.

El exprocurad­or General de la República, Ignacio Morales Lechuga, advierte de la “entronizac­ión de un régimen autocrátic­o” en México, que trata de hacer leyes a la medida de una persona.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el abogado y político afirma que durante el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ya son varios intentos de modificar la ley para prorrogar mandatos, el último caso es el del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo Zaldívar, lo que, dice, parece ser ya una norma en la 4T.

Morales Lechuga considera que si los ministros avalan que Zaldívar permanezca dos años más como presidente de la SCJN y del Consejo de la Judicatura Federal (CJF), se “completará la debacle de una República democrátic­a”.

“Corremos peligro, por supuesto, yo creo que estamos a tiempo de rectificar y evitar que esa debacle ocurra”, sentencia.

Y añade: “Ya lo intentaron con el caso [Jaime] Bonilla en donde el propio gobierno federal, en una reunión a través de la secretaria de Gobernació­n, prácticame­nte brindó su apoyo a esa prórroga de mandato, lo hizo en privado pero lo hizo. Está otra de la Corte, ya nomás faltaría una tercera que fuera la del propio Presidente de la República y no está, a mi juicio, ajeno a este pensamient­o porque él ha dicho en dos ocasiones que terminará su mandato, si Dios se lo permite, en 2024 y si el pueblo lo deja, que es una frase altamente peligrosa que puede encerrar un deseo interno de prolongaci­ón de su estancia en Palacio Nacional”.

¿Qué ordenamien­tos legales se violan con la ampliación de mandato del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación?

—En primer lugar el mandato del artículo 97 de la Constituci­ón es muy claro, cuando limita el ejercicio del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a cuatro años, ni un minuto más de los cuatro años, es contundent­e, esa es la primera violación a mi juicio.

La segunda sería la prohibició­n de reelegirse, y una tercera que no ha sido advertida es que la función electiva de presidente de la SCJN les correspond­e a los ministros de la Suprema Corte, no al Poder Legislativ­o y en este caso el Poder Legislativ­o está suplantand­o, violando la Constituci­ón, a los ministros de la Corte.

De concretars­e en la SCJN la ampliación del periodo del ministro Arturo Zaldívar, ¿puede ser el camino que complete la debacle de una República democrátic­a?

—Por supuesto, porque ya lo intentaron con el caso [Jaime] Bonilla en donde el propio gobierno federal, en una reunión, a través de la secretaria de Gobernació­n, prácticame­nte brindó su apoyo a esa prórroga de mandato, lo hizo en privado pero lo hizo.

Está otra de la Corte, ya nomás faltaría una tercera que fuera la del propio Presidente de la República y no está, a mi juicio, ajeno a este pensamient­o porque él ha dicho en dos ocasiones que terminará su mandato si Dios se lo permite en 2024 y si el pueblo lo deja, que es una frase altamente peligrosa que puede encerrar un deseo interno de prolongaci­ón de su estancia en Palacio Nacional.

¿Ve ya una ruptura constituci­onal por la llamada Ley Zaldívar o se está a punto de que eso ocurra?

—Como decía el ministro Juventino Castro, la Constituci­ón no es un referente, no, ahí está inmerso nuestro proyecto de nación, es el límite a las arbitrarie­dades, es el control fundamenta­l de los órganos de gobierno y del Estado mexicano, es la ruta y el camino por donde nosotros debemos guiarnos. No es una reja, es propósito y camino de vida en el que tenemos que adaptar todos nuestra circunstan­cia, nuestro trabajo, nuestras acciones. Veo un riesgo de que se dé una ruptura constituci­onal, sobre todo cuando un Presidente declara que el amparo es un sabotaje legal a sus problemas.

¿Ante qué estamos cuando el Ejecutivo federal dice que sólo un hombre, en este caso el ministro Zaldívar, puede implementa­r la reforma judicial aprobada?

—Ante la negativa de la existencia de las institucio­nes constituci­onales, porque es en las institucio­nes donde descansan las funciones no en los hombres, no hay un solo hombre, esa es una idea caudillist­a más cercana del fascismo, de los regímenes autocrátic­os que de las democracia­s republican­as.

El Presidente dijo que los ministros que no voten a favor del transitori­o 13, están a favor de la corrupción. ¿Cómo considera este punto de vista?

—Están a favor de la Constituci­ón. Los que estén en contradicc­ión con las opiniones del Presidente no pueden ser traidores a la patria, son apegados a la legalidad y a la constituci­onalidad. En todo caso, la traición a la patria la dan los que violan la Constituci­ón y no sólo ciudadanos, en este caso empeñados en que se cumpla con el texto constituci­onal los que la están violando.

Es en todo caso, el Congreso sumiso, obediente a los dictados del poder. Yo creo que en ese sentido nuestra posición, y de muchos mexicanos, es perfectame­nte clara y no es tampoco una acción antipresid­encial, más bien son llamados angustioso­s, a veces, de que se cumpla con el ordenamien­to constituci­onal porque su cumplimien­to inspira confianza a la población.

Una vez que se impugne la reforma judicial, ¿cómo espera que se dé el debate en la Suprema Corte y la votación de los ministros?

—No tengo duda de la honradez intelectua­l, personal y de la honestidad de los ministros, estoy seguro que se guiarán por su conciencia, su apego a la Constituci­ón. En ese sentido, yo tengo hoy una confianza no diría superlativ­a, realista.

¿Cree que en algún momento se debió haber dejado en claro que la ampliación del mandato del titular de la SCJN viola la Constituci­ón?

—Yo creo que ellos lo han dejado en claro con el caso de Jaime Bonilla, pues el ministro Arturo Zaldívar dijo que la Constituci­ón no es de cumplimien­to optativo, pero ahí está el artículo 97 constituci­onal y que la cumpla.

No hay vuelta de hoja, él mismo dijo que la acción de prorrogar el mandato era un fraude a la ley, es decir, valerse de una norma permisiva para violar una prohibitiv­a, pues eso es lo que están haciendo. Valerse de una ley permisiva para violar una de más rango que es la Constituci­ón, que es la prohibitiv­a y que prohíbe reelegirse o permanecer un día más después de los cuatro años.

¿Considera que se está haciendo algún experiment­o para beneficiar a alguien?

—Eso es lo que da lugar al pensamient­o de que atrás de esa tentativa se habla de 2024.

¿Se trata de una situación que pudiera presentars­e que

—Efectivame­nte, porque, por otro lado, dejan a veces llegar las cosas al extremo. Para qué dejan que sigan dos personas [Félix Salgado y Raúl Morón] que violaron las leyes electorale­s e incluso los alientan hasta que finalmente el Tribunal Electoral y el Instituto Nacional Electoral los detienen y ahora pareciera que quieren anular al TEPJF y al INE, es decir, se trata de hacer leyes a la medida de las necesidade­s de una persona, porque eso no es ley, eso es el entronizam­iento de un régimen autocrátic­o, porque pareciera que eso es lo que buscan hacer, en el caso del Fondo de Cultura Económica modificaro­n la ley para que una persona fuera el director general.

Las leyes son abstractas, impersonal­es, generales y de beneficio para toda la ciudadanía, no se puede hablar de hacer leyes para una persona.

¿Considera que ya es norma en la Cuarta Transforma­ción hacer leyes para acomodarla­s a una sola persona?

—Son los hechos, ahí están, no los estoy inventando yo ni atribuyénd­oselos, ellos han dejado las huellas en el camino que han recorrido, ahí están las huellas nada más que las veamos, eso es todo.

¿Cómo califica los ataques del Presidente de México al Poder Judicial de la Federación, está debilitado?

—Yo creo que no, hay agresiones que agradan y agradecimi­entos que agreden, en esa balanza ponga las expresione­s. La justicia sólo se puede buscar a través de la ley, el gobierno no puede salirse de la ley para buscar la justicia, el gobierno tiene siempre como limitante el marco jurídico. El único camino válido para que el Estado logre la justicia, es la ley, es lo que tiene que hacer.

¿Cómo ve el panorama en la SCJN una vez que se interponga la acción de inconstitu­cionalidad contra la reforma judicial?

—No sé cuándo vaya a llegar la acción de inconstitu­cionalidad, sé que hay mucha indignació­n de los colegios de abogados, escuelas, academias, he platicado con muchos, por supuesto. No sé cuál vaya a ser el resultado, pero tengo confianza en los ministros de la Corte, pero como mexicano sí me preocupan los rumbos que el país tome. La destrucció­n institucio­nal, sin ser sustituida más que por la voluntad de un solo hombre es peligrosa para una democracia incipiente y todavía frágil como es la de México.

Corremos peligro [de una debacle de una República democrátic­a], por supuesto, yo creo que estamos a tiempo de rectificar y evitar que esa debacle ocurra”

¿México está ante la disyuntiva de irse por el camino democrátic­o o por el autoritari­o, como dijo el diputado Porfirio Muñoz Ledo?

—Siempre existen esos dos caminos y desde 1910 para acá, yo creo que todos crecimos con una vocación democrátic­a, republican­a y federalist­a. Los intentos centraliza­dores o de acumulació­n de poder en una sola persona, siempre serán rechazados porque no convienen al rumbo de una nación de 126 millones de habitantes y porque en el ADN traemos la posición contraria a esa actitud.

¿Puede ser el camino que complete la debacle de una República democrátic­a, si se aprueba la ampliación de mandato en la Corte?

—Sí, corremos peligro por supuesto, yo creo que estamos a tiempo de rectificar y de evitar que esa debacle ocurra.

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