Los mayas: una larga y sinuosa conquista
Aunque los pueblos mayas eran mayoritariamente pacíficos, cansados de sus vejaciones iniciaron batallas en más de una ocasión en contra de los españoles; de hecho, las suyas fueron tierras que nunca pudieron ser pacificadas en los siglos de dominio españo
El 13 de agosto de 1521, después de dos años de enconadas batallas que supieron de la participación de miles de aliados indígenas, de epidemias que diezmaron a los defensores de la ciudad lacustre, y de la habilidad militar y política de Hernán Cortés, se dio por conquistado México Tenochtitlan, sede del gran señorío mexica. Serían necesarios, en cambio, casi 176 años para sujetar a los pueblos y naciones mayas, pues fue hasta el 13 de marzo de 1697 cuando Canek, señor de los itzaes, rindió la ciudad lacustre de Tah Itzá ante la hueste de españoles e indígenas venida de Yucatán.
En efecto, así como la centralización del poderío mexica provocó que una vez tomada su capital las cosas se facilitaran, la fragmentación sociopolítica del mundo maya influyó en la dificultad de su conquista, pues cabe recordar que los pueblos adscritos a la familia lingüística maya se asentaban desde las porciones orientales de Tabasco y Chiapas hasta las fronteras de la actual Guatemala con Honduras y El Salvador, además del área ocupada en Veracruz y San Luis Potosí por los teenek o huaxtecos, que también son de filiación maya. A lo largo de esos amplios espacios se encontraban diversas formaciones socioeconómicas, de mayor o menor tamaño e importancia. Tan sólo en Yucatán, en cuya conquista nos centraremos, se calcula que existían 16 señoríos que reaccionaron en distintas formas a los intentos hispanos de sometimiento.
Yucatán: los primeros encuentros con el mundo mesoamericano
Occidente supo de la prodigiosa cultura maya de manera fortuita, por expediciones españolas que salieron de las Antillas en busca de mayores riquezas. Imposible detenerse aquí en ello, pero cabe recordar que en 1511, a causa de un naufragio, llegarían los primeros europeos a tierras mayas. A la larga sobrevivieron dos: Jerónimo de Aguilar y Gonzalo Guerrero. Ambos serían protagonistas en la lucha por conquistar los nuevos territorios, pero en maneras totalmente distintas.
En 1517, salió de Cuba una expedición bajo el mando de Francisco Hernández de Córdoba, que costeó el norte de la Península (donde capturaron a dos mayas que, bautizados como Melchor y Julián, les serían de gran utilidad como informantes e intérpretes), y luego su porción occidental. Sostuvieron una reñida batalla con los Couoh de Chakan Putún (Champotón), quienes los vencieron pese al superior armamento español, matando a muchos expedicionarios e hiriendo de muerte al capitán. De allí que bautizaran al sitio como Bahía de la Mala Pelea.
En mayo del año siguiente, el gobernador de Cuba, Diego Velázquez, armó una nueva expedición al mando de Juan de Grijalva, en la que iban dos capitanes que a la postre conquistarían buena parte del mundo maya: Francisco de Montejo y Pedro de Alvarado. En ese viaje se descubrirían Cuzamil (Cozumel) y la bahía que llamaron de La Ascensión. Regresaron bordeando para dirigirse a Champotón, donde ya los mayas los esperaban en son de guerra. Se trabó la batalla sin que bando alguno venciera. Más al sur toparon con una gran laguna a la cual llamaron “De Términos”, creyendo que ahí acababa la “Isla de Yucatán”. El 8 de junio se encontraron con la boca de un gran río al que nombraron Grijalva, como el capitán, antes de enterarse de que estaban en la provincia llamada Potonchán y frente al caudal que los habitantes de la tierra llamaban Tauasco; nombre del señor de la comarca. Siguieron