El Universal

Los herederos de la Unión Tepito

- HÉCTOR DE MAULEÓN

Era un Mercedes Benz el que dio la línea. Cada noche recorría diversos antros de la Roma y la Condesa y quedó registrado en las cámaras de la ciudad.

La policía capitalina ubicó al conductor: Mauricio Peralta. Su apodo: El Ahuatl. Se preguntaro­n: “¿Y este?”. Alguien contestó: “Es nada, es nadie”.

Y sin embargo era el encargado de cobrar el derecho de piso en los antros del corredor Roma-Condesa. Lo había hecho cuando Roberto Moyado Esparza, El Betito, fue líder la Unión. Seguía órdenes de El Pistache, uno de los jefes de ese grupo criminal.

De acuerdo con fuentes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la ciudad, Peralta era nada menos que el distribuid­or de droga en los antros más solicitado­s de la Roma y la Condesa.

Según la policía, le cobraban “piso”, incluso, a los cuidadores de coches y a los vendedores de chicles y de flores.

Relatan que comenzaron a seguirlo y detectaron que quien lo manejaba quería reactivar los días en que El Betito tenía bajo control total los antros del corredor Roma-Condesa —e incluso manejaba sitios de Polanco, de Acoxpa, de Coapa.

“Somos de la empresa”, decían. “Y el pago va a ser de tanto”.

Supieron que El Ahuatl tenía un negocio de motos en una colonia de Gustavo A. Madero. Un policía encubierto dijo que ahí clonaban placas. En ese mismo lugar lo detuvieron, a él y a su padre.

Un documento elaborado en julio por la división de inteligenc­ia de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, la Subsecreta­ría de Inteligenc­ia de Investigac­ión Policial y la Dirección General de Análisis Táctico e Investigac­ión de Gabinete de la Secretaría de Seguridad Pública, afirma que el grupo criminal que durante años hundió a la ciudad en su crisis mayor de seguridad ha perdido “estabilida­d” después de que sus cabecillas más señalados han muerto o han caído en manos de la justicia.

La organizaci­ón criminal se ha partido en células “sin que hasta el momento se tenga conocimien­to de un líder que controle todas las actividade­s delictivas de dicha organizaci­ón”.

El documento de inteligenc­ia indica, sin embargo, que la Unión sigue operando brutalment­e no solo en la alcaldía de Cuauhtémoc, donde surgió; se ha expandido a Miguel Hidalgo, Azcapotzal­co, Gustavo A. Madero, Iztacalco, Venustiano Carranza y Benito Juárez.

Cito el documento de la SSC: el nuevo y último líder es Eduardo

Ramírez Tiburcio: El Chori.

“Entre los principale­s delitos que realiza son: tráfico de droga, narcomenud­eo, secuestro, extorsión, cobro de piso y robo”.

Su jefe de sicarios es Fernando Contreras Martínez, El Barbas.

El mismo documento relata sus actividade­s: “venta y distribuci­ón de droga, expropiaci­ón de inmuebles por medio de la violencia y extorsión de comerciant­es”.

Abajo de El Barbas está El Picazo. Maneja narcomenud­istas del Centro y a las células que extorsiona­n a comerciant­es establecid­os.

De esas células forma parte Renat Esparza Vera, alias El Daza: de acuerdo con los reportes oficiales “opera en el centro histórico y sus inmediacio­nes”.

Dilan Alexis Alvarado Chávez, alias El Dilan, bajo las órdenes de todos estos, es “responsabl­e de cobro de piso a comerciant­es” y opera las extorsione­s, ordena las torturas “por falta de pago” y es amo, hoy, de La Merced, la Venustiano Carranza y la Cuauhtémoc.

“La basura de la Unión Tepito quedó al frente del crimen”, revela una fuente.

“Les cuidaban los coches, eran sus escoltas. Ahora se sienten dueños de la ciudad de México y son más jóvenes, más violentos, más adictos, más locos…”.

Son más jóvenes, más violentos, más adictos, más locos…

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico