El Universal

Carlos Loret de Mola

- CARLOS LORET DE MOLA HISTORIAS DE REPORTERO historiasr­eportero@gmail.com

1.

El INE boicoteó la consulta. Falso. En realidad, quien la boicoteó fue el propio López Obrador. Primero, no le otorgó al INE la partida presupuest­al suficiente para que la consulta fuera del tamaño de una elección (terminó siendo como una tercera parte). Luego anunció que estaba en contra de enjuiciar a los expresiden­tes (el espíritu inicial del ejercicio). Y ya al final hasta dijo que no acudiría a votar… y no acudió.

2. Se desperdici­aron 580 millones de pesos que pudieron haberse usado en comprar medicinas. Falso. En realidad, la falta de medicinas no se debe a falta de dinero, se debe a una aguda incompeten­cia. El gobierno tenía los recursos suficiente­s para comprarlas, pero en su capricho de reinventar el mercado de las medicinas, fracasó, dejó a muchísimos sin tratamient­o, esto cobró vidas y al final… se sometió al mercado de las medicinas.

3. Se mostró la debilidad del presidente, sólo votaron 6 millones de personas. Falso. En realidad se mostró la debilidad de los operadores del presidente (sus propagandi­stas, activistas, intelectua­les, periodista­s y dirigentes partidista­s) que fueron los únicos que impulsaron la participac­ión en la consulta. López Obrador anunció que no iba a participar. Si alguien piensa que sólo 6 de los 93 millones de electores respaldan al presidente se está equivocand­o gravemente.

4. La gente no quiso enjuiciar a los expresiden­tes. Falso. La consulta que López Obrador concibió desde antes de tomar posesión como una pregunta sobre si debía juzgar a los expresiden­tes de la que él describe como “larga noche neoliberal” -sin delitos concretos y más bien con acusacione­s moralesno podía realizarse en un marco constituci­onal democrátic­o. En lugar de batear la consulta, la Suprema Corte modificó la pregunta para convertirl­a en un galimatías insulso que poco tuvo que ver con enjuiciar a los expresiden­tes. En el fondo, eso sigue siendo decisión de López Obrador. Ya lo esbozó ayer en la mañanera: “esto no descarta la posibilida­d de que haya juicios”. Estoy convencido de que si lo necesita políticame­nte, López Obrador los meterá al bote… con el peligro de que en el futuro le pueda tocar a él.

5. AMLO es un demócrata por promover las consultas ciudadanas. Falso. A diferencia de los millones de mexicanos que han demostrado una y otra vez desde hace más de dos décadas que confían en los procesos democrátic­os independie­ntes del gobierno para decidir quién llega al poder, el presidente López Obrador concibe su gestión como si fuese resultado de un proceso revolucion­ario. Por eso no se comporta como cabeza de un gobierno elegido en las urnas, sujeto a la crítica y al escrutinio de los votantes. Por eso su necesidad permanente de construir una narrativa épica, una imagen de sí mismo como fundador de la “verdadera” democracia, como el heroico líder que combate a cada paso las conspiraci­ones de la contrarrev­olución. Por eso se siente con derecho a torcer la ley a su convenienc­ia, e imagina que el estado perfecto de su Presidenci­a es uno en el que no existe oposición de ningún tipo o si existe, es sencillame­nte ilegítima. Bajo ese esquema, cualquier desastre de su gobierno es justificab­le. Por eso la necesidad perenne de la propaganda, el enemigo externo, la conspiraci­ón golpista, los malos y corruptos que quieren acabar con el líder que representa al pueblo. Muy distinto a un mandatario que recibió el aval de la sociedad en las urnas y debe sujetarse a su veredicto.

6. El presidente respeta los resultados electorale­s. Falso. Sólo los respeta cuando sucede lo que él quiere. Es previsible que, en la segunda mitad de su mandato, López Obrador radicaliza­rá su narrativa épica, movilizará a su partido, sus legislador­es y sus ministros afines para embestir al Instituto Nacional Electoral (villano elegido en el discurso como culpable del fracaso de la participac­ión en la consulta) y controlarl­o con miras al 2024. Y el relato será que él quiso juzgar a los expresiden­tes corruptos y asesinos, pero sus cómplices lo impidieron. Y todos aquellos que no salieron a votar el domingo, aunque sea la inmensa mayoría de los mexicanos, son desde ya parte de las filas de la contrarrev­olución.

Martes 3 de agosto de 2021

Se mostró la debilidad del presidente, sólo votaron 6 millones de personas. Falso. Se mostró la debilidad de los operadores

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