El ridículo del año
Hoy, esta columna no tiene como finalidad subirme de nuevo a la vorágine de pedir cabezas. La idea es tratar de entender lo que se esperaba, no lo qué pasó, porque ahí estamos muy confundidos.
Así que, para no ser tan repetitivo con los mensajes del mayúsculo fracaso de la Selección Mexicana, acá van las cosas que hicieron falta.
De entrada, no se cumplió con tener una defensa competitiva. De nada sirvió no recibir gol en cuatro juegos, si en los partidos donde propusieron nunca hubo un buen entendimiento de los centrales. Muy mala Copa Oro de Moreno, cuando se recuperó para lesionarse de nuevo, y no se diga Salcedo, quien se convirtió en el abucheado del torneo.
Los laterales no cumplieron con la efectividad de ser los generadores de buenos servicios. En seis partidos, el Chaka tiró una sola pelota de gol y Gallardo vivió perdido.
El mediocampo nunca pesó. El problema en general es la poca capacidad de demostrar de Héctor Herrera en más lapsos de los juegos. Ahí se va generando desconfianza; tanta, que le pegó muy pocas veces al arco. Lo de Edson aún es más grave, ya que ante equipos muy malos no demostró ese futbol todo terreno. Recuperaba, pero justo en la final fue él quien hizo la falta innecesaria y además perdió la marca para el gol.
Lo más grave, sin duda, está en la delantera. Ante el arranque doloroso por la lesión del Chucky, nadie pudo ser un detonante. Ni Orbelín, ni mucho menos Tecatito Corona, quien pide a gritos ya quedarse en su casa.
Funes Mori demostró que ayuda al esquema del Tata, pero le cuesta mucho.
Lo más dramático es que en la banca no había opciones. Nombres como los de Navarro, Montes, Vela y la campaña contra Chícharo pasaron factura para creer que con Efraín Alvarez estaríamos cubiertos.
Eso, sin contar la falta de liderazgo y los mensajes cada vez más alejados de análisis sensato. México no sabe aprovechar su localía en Estados Unidos y es momento de definir cuáles son los verdaderos compromisos, porque queda marcado el poco valor de querer ser el gigante del área, porque dejaste que dos selecciones de EEUU te ganarán finales en 45 días. ¡Bienvenidos, bienvenidos! Al ridículo del año.