THE PROM da luz al amor libre
Con el musical que estrena en la ciudad, el escenógrafo Miguel Moreno Mati busca transmitir la historia y el mensaje de una joven gay
El escenario no tiene diálogos, pero dice mucho sobre una obra de teatro. En el caso del musical The prom, por ejemplo, habla del deseo de una adolescente que busca iluminar su mundo junto a su novia en la noche de graduación, acompañada de música, baile y amor. La versión mexicana de esta puesta en escena habla además de otro sueño: el de un grupo mexicano dedicado al arte del montaje escénico que, finalmente, retoma su labor luego de la pausa de año y medio a consecuencia de la pandemia del Covid-19, misma que culminará el 26 de octubre en el Centro Cultural Teatro II. El escenógrafo Miguel Moreno Mati, con un andar de siete años en montajes de productoras como Mejor Teatro y Teatro UNAM, recibió hace poco más de tres meses el llamado que estuvo esperando: unirse a este proyecto e idear en tiempo récord un mundo nuevo para Emma, el personaje principal de esta historia, que marca el anhelado regreso de los grandes musicales a México. “Fue un proceso muy difícil (hacer la escenografía en tan corto tiempo), pero la verdad es que regresar fue de las cosas que más consolaron mi corazón porque, además, tenía mucha hambre de hacerlo. La verdad una escenografía no la diseñas en tres semanas, pero me puse a dibujar y hacer maquetas y lo logré”, dice el artista, quien durante año y medio no pudo trabajar por la pandemia. The prom se estrenó hace tres años en Broadway y cuenta la historia de cuatro actores de la Gran Manzana que viajan a la ciudad conservadora de Edgewater, Indiana, para apoyar a una jovencita lesbiana a la que le han prohibido presentarse a su baile de graduación con su pareja, otra chica. En el caso del montaje mexicano, Emma (interpretada por Brenda Santabalbina) vivirá en Salamanca, Guanajuato. El escenógrafo recrea pasajes de este lugar desde el imaginario de una joven que está por romper con su infancia. Para ello, quiso recrear un mundo luminoso, lleno de matices fluorescentes. “Recordaba muchas cosas de mi adolescencia en donde los colores me gustaban, las luces neón, los anuncios luminosos, y me imaginaba que ella veía el mundo así, lleno de colores, aunque todos los demás no lo vieran de esta forma, por eso toda la escenografía tiene cuatro kilómetros de tiras led”. Para lograrlo, tuvo que trabajar muy de la mano con el experto en diseño de luz, Matías Gorlero, con quien no sólo pensó en la iluminación, sino en la falta de ella, pues dice mucho sobre el doloroso despertar de Emma, en un mundo que muchas veces puede ser adverso. Uno de los lugares más especiales será el cuarto de la protagonista, que el escenógrafo considera funge como refugio, donde se siente protegida sin ser juzgada por su orientación sexual, por lo que para él debía ser hermoso, lleno de peluches y series de luz. “Me gusta mucho que su habitación sea el gran detonante, que de ahí se fuera proyectando hacia afuera todo su universo en todo lo que se prende”. El gran desafío fue que la escenografía se alejara de la versión de Broadway, algo que le enfatizaron los productores Marte Calderón y Chema Verduzco: había que hacer un montaje original de la historia de Bob Martin y Beguelin. “Lo más desafiante fue adaptar la gran cantidad de espacios, que son muchos. Hay 14 cambios diferentes de escenografía, y cambian a cada rato, porque son unos brincos en el tiempo muy interesantes”, explica Moreno Mati mientras muestra los diferentes espacios.
Salamanca atemporal
Moreno Mati no fue quien eligió a la ciudad de Guanajuato como el sitio conservador que desinhibe los deseos de Emma, pero sí quien tuvo la idea de hacer de este un espacio atemporal. Para ello, buscó recrear un ambiente alejado de lo citadino, tomando elementos clave de dicha localidad, por lo que tuvo que estudiar sus calles, formas arquitectónicas e incluso, ciertos usos y costumbres. El escenógrafo pensó en la posibilidad de que la obra pudiera salir de gira, por eso al diseñarla eligió que cada pieza fuera fácil de montar y desmontar y que pudiera instalarse en el escenario de cualquier teatro para liberar espacio, si es que llega a darse el caso de compartir el recinto con otra producción. Un detalle que Miguel Moreno considera es lo mejor de esta producción es que han integrado a jóvenes creativos como él, que tiene 31 años, junto a gente de mucha experiencia, como el propio Gorlero o Estela Fagoaga en el vestuario, algo que va con el espíritu de este musical. Algo que también sucede sobre el escenario, ya que la actriz estelar, Brenda Santabalbina, comparte espacio con artistas de distintos recorridos, como Anahí Allué, Óscar Carapia, Majo Pérez, Mauricio Salas, El Guana, Gerardo González y Susana Zabaleta. Destaca llamado a la comprensión, indispensable para la sociedad de todo el mundo, lo que cree será de gran aliento para muchos espectadores, los que se identifiquen con Emma y quienes vean a través de ella. “Es un proyecto muy poderoso, el mensaje es profundo porque habla de la tolerancia y la aceptación. La historia de Emma tiene que ver con la construcción de uno mismo, es un proceso que todos vivimos”.
MIGUEL MORENO MATI
escenógrafo
“Me imaginaba que Emma veía el mundo lleno de colores, que su habitación era el detonante y que de ahí se proyectaba hacia afuera”