El Universal

Feliz Día Malbec

- VINÍCOLA EN TINTA CARLOS BORBOA Twitter / Instagram Carlos_Borboa carlos.borboa.s@gmail.com Carlos Borboa es periodista gastronómi­co, sommelier certificad­o y juez internacio­nal de vinos y destilados.

El mes de festejos alrededor del Día Mundial del Malbec, celebrado desde hace 12 años cada 17 de abril, deja tras de sí una larga lista de cifras que ayudan a entender el gran éxito de esta cepa en el mercado internacio­nal, incluido México.

¡Sí!, querido lector, yo sé que Argentina también es tierra de excepciona­les tintos de Bonarda, Cabernet Franc, Merlot, Syrah, Cabernet Sauvignon y Pinot Noir, sin olvidar a blancos y rosados de otras grandes uvas. Sin embargo, hoy más que nunca los datos duros nos ayudan a confirmar que la Malbec no solo persiste como la variedad insignia de este fascinante polo productivo, sino como su uva más extensamen­te cultivada y demandada por consumidor­es de todo el planeta.

Si bien no está claro cómo llegó a la región de Cahors, en el Sudoeste de Francia, la Malbec (también llamada Côt, Auxerrois, Pressac) encontró en aquel territorio condicione­s aptas para su desarrollo. Para mediados del Siglo XII, ya era ampliament­e apreciada por su capacidad para producir vinos de un intenso color, con tonos azulados y violáceos, además de brillantes aromas de moras azules, cerezas negras, cuero, y una marcada y típica astringenc­ia. Después de dominar incluso la escena vitiviníco­la en Burdeos, la Malbec literalmen­te se fue desvanecie­ndo tras años de malos resultados en campo, escasez provocada por conflictos bélicos y la llegada de la filoxera a Francia, en la segunda mitad del Siglo XIX.

Justo en aquellos momentos, la cepa aterrizó en Chile, de la mano de viticultor­es franceses quienes estudiaban la capacidad de adaptación de vides clásicas europeas en el Cono Sur. En 1853 el agrónomo Michel Aimé Pouget replicó los esfuerzos con las vides europeas en la Quinta Normal de Agricultur­a de Mendoza, concebida justamente el 17 de abril, comenzando así la era del Malbec en suelo argentino. Inmigrante­s italianos y franceses apuntalaro­n el desarrollo de la vitivinicu­ltura local y también de la Malbec, poseedora de una incomparab­le adaptabili­dad a los diferentes climas y suelos de la geografía argentina.

Hoy, tras más de un siglo de evolución y afinamient­o, la Malbec representa más del 23 por ciento del viñedo en Argentina y cerca del 40 por ciento de su superficie total de variedades tintas. Mendoza, con altitudes de entre 800 y 1,200 msnm (metros sobre el nivel del mar), gran exposición solar, amplísimos diferencia­les térmicos y suelos pobres dominantem­ente graníticos que ofrecen condicione­s óptimas para su cultivo, es la región que encabeza la producción de Malbec con más de 39 mil hectáreas funcionale­s al 2021. Ciertament­e, las tendencias locales apuestan por experiment­ar y desarrolla­r nuevos estilos vínicos, métodos agronómico­s y especializ­ación de cepas en función del terruño. Sin embargo, la Malbec siempre está en búsqueda de perfeccion­amiento nacional. Créalo, la uva insignia de Argentina incrementó su superficie en 168 por ciento entre 2001 y 2021.

El punto que cierra el círculo virtuoso de la Malbec argentina es su capacidad para enamorar a consumidor­es de todo el planeta y enlazarse fácilmente a diferentes cocinas regionales. Sus tintos hiper frutales, frescos, placentera­mente ácidos, potentes pero amables en astringenc­ia y bien generosos en alcohol, responden a las tendencias que hoy marcan el rumbo global. Tan solo en 2021 se comerciali­zaron 1,619,652 hectólitro­s de Malbec alrededor del mundo; de entre 122 países, Estados Unidos, Reino Unido, Brasil, Canadá y por supuesto México lideran su consumo. ¡Feliz Día Malbec!

“Después de dominar incluso la escena vitiviníco­la en Burdeos, la Malbec literalmen­te se fue desvanecie­ndo...”

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