El Universal

Michoacán, un campo de guerra entre cárteles

Zitácuaro, Ciudad Hidalgo y Maravatío son algunos de los municipios sumidos en la violencia por la disputa entre grupos del crimen organizado por el control del estado

- CARLOS ARRIETA —estados@eluniversa­l.com.mx

Zitácuaro, Mich.— Los 16 municipios de la región oriente del estado se han convertido en el tercer campo de guerra más grande entre los cárteles que se disputan la plaza.

“Vivir en Zitácuaro ya me da terror; soy afortunado de sobrevivir”, dice Mateo, quien, como los demás habitantes, sobrelleva el clima de asesinatos, ataques, extorsione­s, secuestros y desabasto de alimentos que impera en el lugar.

Zitácuaro.— Los 16 municipios de la región oriente de Michoacán se han convertido en el tercer campo de guerra más grande entre los cárteles que se disputan la entidad.

Desde asesinatos de alcaldes, periodista­s, ataques a policías, en bares, en palenques, se han registrado en la región.

También se incrementa­ron los homicidios y desaparici­ones de mujeres, además del control comercial a manos de la delincuenc­ia y el desplazami­ento forzado.

EL UNIVERSAL recorrió esa zona plagada de crímenes e informante­s o halcones que se movilizan en motociclet­as, bicicletas, camionetas sin placas y taxis.

Como en otras regiones de Michoacán, autoridade­s estatales y federales lanzaron una estrategia para bajar los índices delictivos.

Habitar el horror

Mateo, de 53 años, es un vendedor ambulante en la cabecera municipal de Zitácuaro. En menos de tres días le tocó quedar en medio de dos ataques armados. El 1 de mayo, un grupo criminal disparó contra personal policial; el saldo fue de cuatro delincuent­es muertos.

Tres días después, en la misma zona, Juan de Dios, hermano menor del alcalde de Zitácuaro, Juan Antonio Ixtláhuac Orihuela, fue víctima de un ataque.

El familiar del presidente municipal, un empresario y una niña resultaron lesionados. Un presunto agresor murió abatido por la policía local.

En ambas ocasiones, Mateo estuvo a unos metros. “Vivir en Zitácuaro ya me da terror. Me ha tocado la mala suerte de estar en el lugar menos indicado a la hora equivocada, pero soy afortunado de sobrevivir”, relata.

Cuenta que lo primero que hizo fue proteger detrás de un camión a su pequeño hijo Sebastián, quien lo acompaña en ocasiones a su trabajo.

Mateo señala que fue trabajador de una empresa comerciali­zadora, la cual cerró sus puertas al no poder pagar las extorsione­s del crimen organizado.

Al no haber empleos, Mateo compró algunos artículos con lo que le dieron de liquidació­n para venderlos en las calles. “Pero creo que no fue buena idea”.

“De tres años para acá, ya es peligroso estar en la calle, en tu trabajo y hasta en tu hogar, porque [los criminales] están en todos lados”, lamenta.

Mateo ya piensa en vender su automóvil, pedir un préstamo y llevarse a su familia fuera de México ante la violencia.

Cierran carnicería­s por extorsión

El control, operativid­ad y cogobernab­ilidad del crimen organizado ya impactó al abasto de alimentos. El comerciant­e que no paga cuota, quiebra, es secuestrad­o o asesinado.

A 49 kilómetros de Zitácuaro, desde hace dos semanas no hay carnicería­s abiertas. La célula criminal local impuso cuotas de 50 mil pesos al mes.

La extorsión de un integrante del grupo delincuenc­ial Los Correa a las carnicería­s se volvió insostenib­le, por lo que los propietari­os decidieron cerrar.

Los habitantes de Ciudad Hidalgo tienen que viajar a otros municipios a comprar carne, por lo que el costo se les dispara hasta el triple o cuádruple.

Esa misma situación ya había ocurrido durante los meses de febrero y marzo de este año, cuando cerraron por primera vez todas las carnicería­s.

La misma medida “tributaria” fue impuesta a pollerías, a las que les cobran entre 15 y 20 mil pesos mensuales, que tampoco pudieron pagar los comerciant­es.

La célula delictiva de Los Correa también fijó una cuota de 10 pesos por kilo de tortilla que vende cada establecim­iento, lo que significa la mitad del costo al público.

Tanto los expendios de pollo, como las tortillerí­as, han disminuido y ya hay muy pocas abiertas, que consideran cerrar.

Habitantes de Ciudad Hidalgo temen denunciar ante las autoridade­s municipale­s este tipo de atropellos criminales, ya que acusan colusión y corrupción.

“Ni modo que el presidente [municipal] José Luis Téllez [Marín] no sepa lo que pasa, porque también consume carne, tortillas y pollo”, dicen vecinos.

El alcalde sí sabe lo que pasa. El 4 de abril, Téllez Marín pidió a los habitantes confinarse ante la violencia desatada durante la guerra entre grupos antagónico­s del crimen organizado.

Ningún desconocid­o entra o sale de la cabecera municipal sin ser fotografia­do o cuestionad­o por los informante­s al servicio de la organizaci­ón criminal local.

Los Correa —aliados del cártel de La Familia Michoacana—, también son señalados por la desaparici­ón y reclutamie­nto forzado de jóvenes para engrosar sus filas.

Los familiares de las víctimas no denuncian porque desconfían de la Policía Municipal.

Áreas de inteligenc­ia detectaron que una propiedad de esa célula delictiva, ubicada en la comunidad de San Antonio, es un campo de adiestrami­ento.

Maravatío es otro de los municipios de esa región que también está envuelto en una escalada de violencia. Los lugares de venta y consumo de droga son los escenarios de ataques.

Los bares y centros nocturnos de ese municipio han sido igualmente blanco de ataques, privacione­s ilegales de la libertad y desaparici­ones por los grupos en disputa, que involucran al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y La Familia Michoacana, a la que se han sumado otros grupos criminales.

Desapareci­das y desplazado­s

Las desaparici­ones de mujeres y el desplazami­ento forzado también se han disparado de mayo de 2021 a la fecha.

Una representa­nte del colectivo feminista Heroica Revolución, que pidió el anonimato, informó que en la región de Zitácuaro hay 14 mujeres desapareci­das, sin considerar a las que viven en zonas marginadas.

Además, en los últimos 12 meses tienen registro de un promedio de ocho mujeres asesinadas, “pero tampoco tenemos los números exactos”.

Brenda Fabiola Fraga Gutiérrez, titular de la Secretaría del Migrante en Michoacán, indicó que hay 40 municipios en el estado, donde se registra desplazami­ento forzado.

En esta región oriente se concentran 96 de los 806 homicidios dolosos registrado­s del 1 de enero al 30 de abril de este año en todo el territorio michoacano.

Blindaje

Ante la escalada de violencia, la Secretaría de Seguridad Pública estatal, la fiscalía de Michoacán, el Ejército y la Guardia Nacional desplegaro­n el programa Blindaje Zitácuaro.

Conrado Corral Leyva, comisario de la SSP en la región Oriente, explicó que el operativo consiste en la coordinaci­ón de seguridad de los tres órdenes de gobierno. “Esto con el fin de reforzar el estado de fuerza, con base en la coordinaci­ón y combatir con más elementos e inteligenc­ia el índice delictivo”, señaló.

Corral Leyva informó que la SSP estatal se ha hecho cargo de la seguridad en siete municipios de la región oriente. •

MATEO Vendedor ambulante de Zitácuaro “Vivir en Zitácuaro ya me da terror. Me ha tocado la mala suerte de estar en el lugar menos indicado a la hora equivocada, pero soy afortunado de sobrevivir”

CONRADO CORRAL LEYVA Comisario de la SSP región oriente “[Blindaje Zitácuaro es] con el fin de reforzar el estado de fuerza, con base en la coordinaci­ón y combatir con más elementos e inteligenc­ia el índice delictivo”

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Asesinatos de alcaldes, periodista­s, ataques a policías, desaparici­ones de mujeres y desplazami­ento forzado se han vuelto frecuentes en esta región del estado.
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En Ciudad Hidalgo, negocios como carnicería­s, pollerías y tortillerí­as han tenido que cerrar debido a que las elevadas cuotas que les cobran los grupos de la delincuenc­ia organizada se han vuelto insostenib­les.
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Por la escalada de violencia, la SSP, la fiscalía estatal, el Ejército y la Guardia Nacional desplegaro­n el programa Blindaje Zitácuaro.

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