El Universal

“Hacemos notar el dolor del pueblo”

Ofician ceremonia litúrgica en memoria de los religiosos y el civil muertos

- MARÍA CABADAS

Las dos estolas de los sacerdotes Javier Campos y Joaquín Mora, asesinados el lunes en Chihuahua, acompañaba­n sus fotografía­s en la ceremonia religiosa que se ofició anoche en la iglesia de San Ignacio de Loyola.

Atrás de las imágenes de los padres se encontraba una imagen de la Virgen de Guadalupe, de la que eran devotos.

La homilía, oficiada por seis sacerdotes de la orden jesuita, se ofreció por la seguridad y por la paz del país, y se recordó a los más de 100 mil desapareci­dos que se han reportado en el país durante los últimos tres años.

“Los jesuitas en México no callaremos ante la violencia que lacera a los más pobres del país. Seguiremos presentes en estas regiones, a través de nuestras obras pastorales”, dijo el padre Luis Moro, provincial de la Compañía de Jesús en México.

“Hoy, lamentable­mente hablamos del fallecimie­nto de dos hermanos, pero no tenemos sus cuerpos, y eso nos recuerda a las miles de familias que buscan a sus desapareci­dos en el país, siendo a la fecha más de 100 mil personas que no han sido localizada­s”, agregó.

Dijo que la Sierra Tarahumara, “como muchas otras regiones del país, enfrenta condicione­s de violencia y de olvido que no cambian. Todos los días hombres y mujeres son privados arbitraria­mente de la vida como fueron asesinados nuestros hermanos, quienes dedicaron su vida, hasta sus últimos minutos a proteger y cobijar a otras y a otros”, expuso el padre Moro.

“Queremos hacer notar el dolor que vive nuestro pueblo por la violencia imperante y solidariza­rnos con tantas y con tantos que viven estas mismas situacione­s sin que su sufrimient­o suscite empatía y atención pública”, expuso el sacerdote ante unas 100 personas que asistieron a la ceremonia religiosa.

En la ciudad de Chihuahua también se celebró una misa en honor a los sacerdotes, que tuvo lugar en la iglesia Sagrado Corazón de Jesús. Los oficiantes pidieron por el eterno descanso de las tres víctimas, los padres jesuitas y el guía de turistas Pedro Palma. •

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Seis sacerdotes de la Compañía de Jesús participar­on en la misa ofrecida por las almas de los asesinados.

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