La fragilidad de los derechos humanos
Un recordatorio de la vulnerabilidad. Un recordatorio de los huecos de la democracia frente a los derechos humanos. Un recordatorio de que el poder, más que nada está pensando en el poder.
Después de haber sido anulada la sentencia Roe vs Wade, unos 36 millones de mujeres en edad reproductiva vivirán en entidades sin acceso al aborto.
América Latina, en la construcción de su feminismo, había mirado a Estados Unidos muchas veces como una inspiración. Habíamos, las feministas a favor del derecho a decidir, envidiado la sentencia de 1973. En años recientes en nuestra región, la Marea Verde ha logrado avances importantes, a pesar de los malos gobiernos, de los regímenes populistas, de las falsas izquierdas, las extremas derechas y las dictaduras. Entonces, hablando de derechos reproductivos u otros derechos civiles, si pasó en Estados Unidos, acá cualquier día vamos para atrás.
Nos veo celebrar cuando el año pasado la Suprema Corte declaró inconstitucional la penalización del aborto. Nos veo celebrar esa numerosísima marcha LGBT+. Pero al ver el escándalo por el beso en Lightyear siento una bofetada alucinante. Pero al compartir la triste noticia sobre Roe vs Wade en ciertos grupos donde más bien se tomó para bien, siento otra bofetada alucinante. En una serie de encuestas hechas en 2021, 53% de las personas entrevistadas estuvieron en contra de que las mujeres decidan sobre sus cuerpos, frente a 45% a favor. Además, México es el segundo país del continente en crímenes por homo y transfobia. Las libertinas del pañuelo verde, las escandalosas LGBT+, el matrimonio entre maricones, el paso o el asentamiento de los mugrosos migrantes… La sociedad conservadora se siente amenazada. En su lucha por los derechos humanos, a este país lo detiene la sociedad conservadora, pero es la avaricia política la que no lo deja avanzar. Ojalá la avaricia política no encuentre un hueco en la polarizante gobernanza, para entonces ser convertida en oportunidad y proyectarse como una alternativa. Han sonado las alarmas al feminismo verde. Ahora cabe recordar que Biden no siempre estuvo a favor de que las mujeres ejercieran esta libertad, y que el populista de Trump fue quien nominó a tres jueces de tendencia conservadora durante su gobierno, transformando así a la Suprema Corte norteamericana.
Uno de los riesgos más preocupantes de la polarización es que de un extremo puede saltarse a otro, cuando ese otro extremo logra jalar los hilos hacia una posición más lejana y absurda. ¿Cuál es el absurdo contrario a la feminista Suprema Corte de Zaldívar? ¿Cuál es el absurdo contrario a la populista 4T de López Obrador? ¿Cuál es el absurdo contrario a abrazos no balazos? ¿Alejandro Moreno? ¿Cuál es el absurdo contrario para contrarrestar el absurdo en el que vivimos? ¿Cuál es el hueco que pudiera encontrar un audaz y ambicioso movimiento? Para el 2024, algunos bien intencionados hablan de un líder conciliador que nos ponga un alto en el odio y el rencor, que nos una como nación. Para 2024, así como siempre, lo que importa no serán los bien intencionados sino los que sepan ganar la batalla. Es momento de recordar la fragilidad y la vulnerabilidad de los caminos recorridos y de los sistemas imperfectos. •