“DESMILITARIZAR LUCHA ANTINARCO EN COLOMBIA”
Comisión para la paz propone “avanzar en el modelo de regulación y legalización de la cocaína, dado el fracaso de las políticas prohibicionistas y el altísimo costo” en el país
San José.— Una influyente comisión para la paz de Colombia pidió que el país sudamericano debe “desmilitarizar la guerra contra las drogas”, porque “se ha llegado a un callejón sin salida” con esa ruta concertada con Estados Unidos, legalizar la cocaína, regular “el mercado de drogas” y “renunciar definitivamente” a fumigar la hoja de coca con glifosato, poderoso herbicida químico al que se le atribuyen graves problemas de salud.
La solicitud fue planteada por la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, creada por el acuerdo de paz que el gobierno colombiano y la ahora disuelta guerrilla comunista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) negociaron desde 2012 en Cuba, firmaron en noviembre de 2016 y que entró en vigor al mes siguiente.
Un comité de seguimiento gestionará ejecutar las recomendaciones de la Comisión, que escudriñó la verdad sobre el comportamiento de fuerzas estatales, guerrilla, paramilitares, narcos y otros protagonistas en más de 62 años de conflicto armado. La guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) sigue alzada en armas.
Las medidas significarían un cambio crucial en el abordaje al narco en un país en el que, como principal productor mundial de cocaína, hay una fuerte presencia de los cárteles mexicanos, en especial los de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, para controlar la red de producción y contrabando de estupefacientes a América, Europa, Asia, Oceanía y África. La sugerencia fue planteada por la Comisión en un informe que emitió el 28 de junio pasado.
“La desmilitarización de las políticas pasa también por avanzar en el modelo de regulación y legalización de la cocaína, dado el fracaso de las políticas prohibicionistas y el altísimo costo que Colombia ha pagado por el narcotráfico, donde la propia guerra contra las drogas se ha convertido en un factor de persistencia del conflicto”, sentenció la Comisión.
El narcotráfico “no puede ser atendido como una guerra” en la que se llegó “a un callejón sin salida” y provocó “la militarización de los territorios, la criminalización de la relación del Estado con sectores de la ciudadanía [los campesinos cocaleros y pueblos étnicos] y un endurecimiento del conflicto en el que la población civil ha sido la principal víctima”, indicó.
Con la guerra, los sucesivos intentos de abordar el conflicto sin enfrentar su naturaleza económica y política se concentraron en la ilegalización de las drogas y en atacar los puntos más débiles de la cadena, reforzar el prohibicionismo, recurrir a las fumigaciones y eliminar o extraditar las cabezas ilegales del negocio, destacó.
La Comisión instó a las instancias del Estado colombiano a “transitar hacia la regulación legal estricta” de las drogas e “implementar un cambio sustancial en la política de drogas, teniendo en cuenta la evidencia, que incluya superar el prohibicionismo y transitar a la regulación de los mercados de droga (...) Este cambio debe dejar atrás el abordaje del problema de las drogas como un asunto de seguridad nacional y debe contribuir a desmilitarizar la relación entre el Estado y la ciudadanía”.
Colombia deberá “liderar y promover un debate internacional para la modificación del régimen global basado en la prohibición de las drogas y así avanzar hacia un régimen regulatorio”. El gobierno deberá “reformular su política internacional frente a las drogas”, en particular con Estados Unidos, “para ajustarla a una visión que permita avanzar hacia la regulación legal y hacer más transparente el campo de acción de las agencias extranjeras en Colombia”.
La Comisión argumentó que “la aspersión con glifosato generó impactos en la vida de las comunidades y la naturaleza, y las estrategias de sustitución voluntaria, aunque han funcionado de forma mucho más efectiva, no han sido sostenibles en el tiempo porque no se han implementado a la par con procesos de desarrollo rural transformadores”. Al pedir “abordar los cultivos de coca y procesamientos primarios exclusivamente desde un enfoque de derechos humanos y desarrollo y no como un problema de seguridad nacional”, volvió a proponer la desmilitarización. “Esto implica desmilitarizar la respuesta del Estado frente a los cultivos, los territorios y las poblaciones afectadas y renunciar definitivamente, sobre la base de la evidencia, a la aspersión con glifosato”, lo que “implica eliminar la erradicación” por parte de las fuerzas militares de Colombia, reafirmó.
En la negociación en Cuba, las FARC pidieron en 2013 al gobierno suspender la fumigación aérea con glifosato, lo que se concretó entre ese año y 2014. Un fallo constitucional de Colombia ordenó en 2015 cancelar el uso de ese herbicida por riesgo a la salud.
Por el acuerdo de paz, las fuerzas armadas y policiales intensificaron la erradicación voluntaria y forzosa de cultivos ilícitos.
La Comisión dijo que “la política contra las drogas en Colombia se enmarca en el sistema prohibicionista imperante a nivel mundial, que ha demostrado ser ineficaz para cumplir sus metas y profundamente nocivo en los efectos colaterales de su aplicación (...) Juzgado desde sus propios objetivos, hoy hay en el mundo más consumidores, más diversidad, potencia y productividad de drogas ilícitas, tanto derivadas de plantas como sintéticas. Su precio, en vez de elevarse, ha tendido a reducirse. Se trata (...) de una política fracasada en sus (...) términos”.
Lamentó que “el crimen organizado se ha fortalecido, la población carcelaria por delitos menores no violentos ha aumentado, las muertes e infecciones graves asociadas al consumo se han incrementado, y las poblaciones que subsisten del cultivo de hoja de coca, amapola y marihuana han permanecido en la pobreza”. “En Colombia, los impactos han sido devastadores”, por el número de víctimas del narco y la violencia de las organizaciones ilegales, adujo, para sentenciar: “El consenso prohibicionista ha empezado a romperse”. •
COMISIÓN PARA EL ESCLARECIMIENTO DE LA VERDAD, LA CONVIVENCIA Y LA NO REPETICIÓN
“Este cambio debe dejar atrás el abordaje del problema de las drogas como un asunto de seguridad nacional”
“La política de lucha contra las drogas en Colombia se enmarca en el sistema prohibicionista imperante a nivel mundial, que ha demostrado ser ineficaz”