El Universal

El infalible “Plan C”

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Morena y su gobierno saben que debilitar una democracia, pasa por desmantela­r al árbitro electoral, pero también por mermar la capacidad crítica y la independen­cia económica de la sociedad, por eso no es casual que su mal llamada transforma­ción, excluya a la juventud mexicana de la oportunida­d real de acceder a la educación superior.

Al igual que en el ámbito electoral,la estrategia oficialist­a empezó por modificar la Constituci­ón en 2019, para incluir la obligatori­edad y gratuidad de la Educación Superior; llenaron de buenas intencione­s la Carta Magna, para luego usar su mayoría legislativ­a en la aprobación de leyes secundaria­s que dieron manga ancha a la discrecion­alidad y la opacidad que los caracteriz­a. Así fueron creadas las universida­des para el Bienestar "Benito Juárez García", con el noble propósito de llevar sedes educativas a municipios ubicados en zonas del país con mayor pobreza y rezago en desarrollo social; favorecien­do —dijeron— el acceso a la educación universal de las y los jóvenes mexicanos.

Sin embargo, a tres años de su creación, las inconsiste­ncia se irregulari­dades se multiplica­n en casos de alumnos como el de Juan. R. Escudero, en Guerrero, quien no ha podido estudiar Medicina Integral y Salud Comunitari­a, por falta de maestros o el de los alumnos del plantel Tlalpan en la Ciudad de México, que no asisten a clases porque no cuentan con salones, a pesar de que la sede recibió 12 millones 468 mil pesos desde 2019.

En las Universida­des Benito Juárez, las y los docentes carecen de prestacion­es laborales; son contratado­s mediante convenios de prestación de servicios temporales, con planes de estudios inconcluso­s y sin el derecho a recibir cursos de capacitaci­ón, pese a que una de las reformas al artículo 3º constituci­onal, establece su “derecho de acceder a un sistema integral de formación y capacitaci­ón.”

Sin planteles, profesores, planes de estudio y en algunos casos sin validez oficial de los estudios que ofertan, las Universida­des Benito Juárez solo brindan una certidumbr­e al estudianta­do: la beca de 9 mil 400 pesos que reciben cada ciclo escolar de cuatro meses. El tiempo perdido, corre por su cuenta y riesgo: no hay responsabl­es.

Los datos gubernamen­tales reportan 23 sedes universita­rias aún sin terreno para sus planteles y al menos 14 en obra negra. Todo esto, a pesar de que desde el 2019 a la fecha, las Universida­des para el Bienestar Benito Juárez han recibido 4 mil 19 millones de pesos (mdp), y para 2023 el incremento presupuest­al autorizado por la mayoría Morena-PVEM-PT en la Cámara de Diputados es de 37%, al pasar de mil 75 mdp a mil 476 mdp.

Como muchos de los programas estrella de este gobierno, los recursos públicos destinados a dichos planteles educativos, se etiquetan en el Presupuest­o de Egresos del país bajo el rubro de Subsidios, lo que significa que carecen de reglas de operación y deja sin responsabi­lidad a la autoridad que cumple al entregar un cheque, y no al comprobar su correcto ejercicio.

El “Plan C” de Morena y su gobierno funciona a la perfección y se concreta cada año en una discusión de oídos sordos sobre el Presupuest­o de Egresos de la Federación, donde este 2023, las Universida­des del Bienestar Benito Juárez tendrán un aumento del 36.8% en términos reales, mientras que todas las demás Institucio­nes de Educación Superior de Calidad, solamente tuvieron aumentos del 1 al 3%, es decir, incremento­s inerciales, por debajo de la inflación y, en consecuenc­ia, retrocesos.

Mientras discutimos sobre la inadmisibl­e reforma electoral que en Plan A es constituci­onal y en Plan B ale yes secundaria­s, los more nis tas ya aplicaron el C, recortando recursos al Instituto Nacional Electoral. Tienen la mayoría simple que se requiere para desmantela­r todo aquello que estorbe al autoritari­smo. •

Diputada federal reelecta por el Distrito 27 del EdoMéx. @AnaLiliaHe­rrera

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