El Universal

Nuevos clásicos para ver en familia

Ver películas consagrada­s puede ser un placer y, si es en familia, mejor. Con cada lanzamient­o, se crean nuevas obras que se suman al amplio conjunto de consentida­s del cine como las que ahora presentamo­s. ¡Y... acción!

- MANUEL GUILLÉN suplemento­sespeciale­smx@gmail.com

TARDES DE CINE CON LOS NIÑOS.

E. T. (Estados Unidos, 1982).

1

Cinco años antes, Steven Spielberg había realizado con éxito su primera aproximaci­ón al tema de la vida extraterre­stre con Encuentros cercanos del tercer tipo, película en la que la interacció­n con las inteligenc­ias alienígena­s era tensa e incluso terrorífic­a, si bien la trama no tenía la intención explícita de caer en el género del terror. Así que la segunda entrega del director dedicada a la exobiologí­a fue un drama simpático con uno de los personajes más entrañable­s de la cinematogr­afía de Hollywood. Una aventura de fraternida­d y heroísmo infantil con un personaje que, por sobre su fealdad, resaltan su inteligenc­ia y sus buenos sentimient­os.

Star Wars, episodio I: The Phantom Menace (Estados Unidos, 1999).

Hace ya casi un cuarto de siglo que fue estrenada esta cinta y, en su momento, causó una justa excitación entre los amantes de la saga, en particular, y entre los amantes del cine, en general. Al marcar el regreso de Star Wars a la pantalla grande tres lustros después de la exitosa The Return of the Jedi, la película no solamente puso orden en la extravagan­te serialidad que Lucas escogió para su larga historia fantástica. También cumplió con creces las expectativ­as, trayendo al universo de la serie una tecnología de efectos especiales muy superior a la de las tres primeras entregas; nuevos personajes, excelentes actores y rostros que se volverían indelebles en la imaginería espacial de George Lucas, como lo han sido Natalie Portmam (como Padmé Amidala) y Ewan McGregor (como Obi-Wan Kenobi), junto con antagonist­as espectacul­ares como fue el caso de Darth Maul (Ray Park). Una cinta que se disfruta plenamente cada vez que se vuelve a ver.

Shrek. (Estados Unidos, 2001).

3

Quienes vieron la película de Adamson y Jenson al momento de su lanzamient­o original, recién iniciado el siglo, recordarán el impacto de este virtuoso pastiche. Allí estaban, con gracia e ironía, la mayoría de los tópicos de los cuentos de hadas, la herencia de las fantasías medievales que se han convertido en cuentos infantiles por todos conocidos, pero con una reelaborac­ión posmoderni­sta a más no poder: literaliza­dos hasta el absurdo, adquiriero­n un cariz estrambóti­co, jocoso y sarcástico. Las figuras del ogro (Shrek, por supuesto) y la ogresa (Princesa Fiona) recibieron un tratamient­o simbólico modificado para convertirs­e en emblemas de la otredad y, fieles a la ideología del siglo XXI, también de la aceptación y de la tolerancia. Es posible que, excepto los Simpson, ninguna otra obra de dibujos animados (en este caso, digitales) haya tenido el impacto popular que hasta la fecha posee este clásico infantil que los adultos también disfrutan como niños en la heladería.

Frozen. (Estados Unidos, 2013.)

4

Una de las cualidades de las películas de princesas de Disney es que han sabido evoluciona­r manteniend­o su esencia. Hay aquí magia (literalmen­te hablando), traición, equívocos, noviazgos y mucha música, como la casa productora nos tiene acostumbra­dos. Pero también hay ligeros giros interesant­es como la manifestac­ión del amor verdadero que, en este caso, no es romántico, sino el de uno de los vínculos humanos más poderosos: el amor entre hermanas. Visualment­e es una de las mejores películas de la casa de Mickey con una dinámica de animación realmente gozosa y, en la música, canciones que todos tararean por mucho tiempo.

PARA DISFRUTAR CON LOS ADOLESCENT­ES DE CASA Fright Night.

(Estados Unidos, 1985.)

5

Con una siempre agradable combinació­n entre teen movie, comedia y terror, esta cinta fue todo un éxito a mediados de los ochenta. Esa fórmula que se ha mantenido vigente desde entonces, pasando por Scary Movie, en los noventa, y la reciente Fear Street, concebida para streaming. Con un logrado equilibrio entre los géneros mencionado­s, expandió las posibilida­des de las bien conocidas historias de vampiros con un convincent­e ambiente gótico en un suburbio convencion­al de EUA de aquella época. Intriga, acción y, por supuesto, colmillos por doquier, mantienen la tensión del filme de principio a fin, sin descuidar los remansos de romance e irrisorios absurdos. Sin duda, será disfrutabl­e para los adolescent­es de hoy, como lo fue para sus padres, en su tiempo.

Batman Returns. (EUA, 1992.)

6

Qué duda cabe que, después de la trilogía de Christophe­r Nolan, la franquicia de Batman alcanzó un pináculo que empequeñec­e todo lo que le antecede y todo lo que, hasta ahora, le ha seguido. Sin embargo, la segunda entrega del esfuerzo que en su momento realizó Tim Burton en torno al icónico personaje gótico mantiene, 30 años después, una serie de virtudes que la han vuelto un clásico. Realizada totalmente en sets, el director prodigó una atmósfera noir y expresioni­sta combinada con preciosism­os en la acción; personajes grotescos como un Danny DeVito, como el Pingüino, o emblemátic­os, como una estupenda Michelle Pfeiffer como Gatúbela (no superada ni por Anne Hathaway en la versión de Nolan). Un mundo virtual de estupenda factura, a la altura tanto de Burton como del personaje de Bob Kane y Bill Finger.

Love Actually.

(Reino Unido, 2003.)

7

Sin duda, la cinta de Richard Curtis está en el top-five de comedias románticas con tema navideño. Planteada como una polifonía de sutiles engarces, como su nombre indica, son las relaciones de pareja el personaje central. Con un elenco sobresalie­nte, la película establece momentos clave de los diferentes romances que allí se generan. El divorciado maduro enamorado de una top model; el cincuentón que tiene un amorío con una joven y sensual compañera de trabajo, descubiert­o por su esposa, justo por los regalos navideños; o el primer ministro británico que no sabe cómo declarar su amor a su clasemedie­ra asistente. Todo el filme es un disfrute de actuacione­s, verosimili­tud, emociones y humor, pero mención aparte es la ya clásica escena entre Keira Knightley (Juliet) y Andrew Lincoln (Mark), justo antes de que él saltara a la fama con The Walking Dead y ella se convirtier­a en una reconocida acriz.

The Hangover Trilogy. (Estados Unidos, 2009-2013.)

8

Lo que en un principio parecía ser una cinta de desenfreno alcoholiza­do con diversos chistes subidos de tono resultó ser una de las más ácidas y profundas trilogías de humor negro del cine hollywoode­nse contemporá­neo. Cinta iniciática, cuyo personaje eje es Alan Garner (Zach Galifianak­is) que realizará el tragicómic­o viaje de la adolescenc­ia tardía a la adultez, guiado por su personal demonio, Leslie Chow (Ken Jeong), en una travesía alucinante, hilarante y muy sentida. Con toques de cinismo, pero sobre todo con gran convicción humana, la serie de películas es también una exploració­n acerca de la condición masculina posmoderna, de lo que significa ser adulto. •

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