El Universal

T-MEC “La ratificaci­ón fue un logro histórico”

- OTILIA CARVAJAL nacion@eluniversa­l.com.mx

En el marco de la celebració­n del bicentenar­io, la exembajado­ra de México en Estados Unidos, Martha Bárcena, destaca la cooperació­n entre ambos países en el tema migratorio, así como en el tema de seguridad.

En entrevista con EL UNIVERSAL, subraya la importanci­a del relanzamie­nto de mecanismos de diálogo y cooperació­n como la Cumbre de Líderes de América del Norte.

¿QUÉ ASPECTOS DESTACA DE LA RELACIÓN ENTRE MÉXICO Y ESTADOS UNIDOS?

—La reinstituc­ionalizaci­ón de la relación, mediante el relanzamie­nto de la Cumbre de Líderes de América del Norte, del Diálogo Económico de Alto Nivel y del Diálogo de Alto Nivel de Seguridad. Ellos complement­an el marco jurídico del T-MEC que nos permite resolver nuestras diferencia­s. En este momento, el gobierno de EU se concentra en llegar a acuerdos coyuntural­es sobre migración porque, en buena medida, la situación existente en la frontera está relacionad­a con un sistema de asilo y migración de EU completame­nte roto e inoperante, así como con la transforma­ción de los flujos migratorio­s.

Un aspecto fundamenta­l es la magnitud de la comunidad mexicano-americana, que constituye 60% de la comunidad hispana.

La comunidad hispana está integrada por alrededor de 62 millones de personas. Así que la comunidad mexicano-americana es de alrededor de entre 36 y 38 millones de mexicanos de primera, segunda y tercera generación. De esos 36 millones se estima que cerca de 11 millones son mexicanos de primera generación y de ellos, alrededor de 5 millones serían indocument­ados. El tema de seguridad, que incluye el tráfico ilícito de drogas, personas, armas y dinero, es también esencial en este momento en la relación.

¿QUÉ SE PUEDE TRABAJAR HACIA EL FUTURO EN LA RELACIÓN BILATERAL?

—Seguir pidiendo una reforma migratoria integral para regulariza­r la situación de los mexicanos indocument­ados y para dar un cauce legal a la complement­ariedad demográfic­a, económica y laboral entre México y EU. También avanzar en la puesta al día de la infraestru­ctura fronteriza que incluye puentes y cruces fronterizo­s, saneamient­o del agua, recursos naturales compartido­s, mejor aprovecham­iento del agua, interconex­ión eléctrica, impulso a las energías renovables. Otro punto es el trabajo conjunto a favor de una seguridad energética regional y de la lucha contra el cambio climático; combatir de manera conjunta a las organizaci­ones del crimen transnacio­nal organizado; impulsar la educación bilingüe y la cooperació­n en materia educativa, de ciencia y tecnología y cultural.

¿CUÁL FUE EL PRINCIPAL LOGRO DURANTE SU PERIODO COMO EMBAJADORA?

—El principal logro creo que fue la aprobación de todos los protocolos modificato­rios del T-MEC y la ratificaci­ón del T-MEC en los tres países, pero sobre todo en este caso en México y en Estados Unidos, por una cantidad de votos que no se había visto en la ratificaci­ón de ningún otro acuerdo comercial. Es un acuerdo de última generación que incluyó capítulos que no estaban incluidos en otros acuerdos de libre comercio como el laboral y el medioambie­ntal, que obviamente implican mayores responsabi­lidades para México.

Paralelame­nte a los objetivos del gobierno, para mí la mayor satisfacci­ón fue el vincularme con las diferentes comunidade­s mexicano-americanas y hacer de su defensa uno de los distintivo­s de mi gestión. Por ejemplo, trabajé con una ONG que agrupa a todos los funcionari­os de origen latino que trabajan para el gobierno de Estados Unidos, trabajé con ellos muy estrechame­nte el tema del censo, incluso en un artículo pidieron casi, casi, retirarme del país por ser “intervenci­onista”. Pero estaba defendiend­o el derecho a ser contado, porque si estaban bien contados los condados donde viven reciben más recursos.

¿QUÉ MOMENTOS O ANÉCDOTAS MARCARON SUS LABORES COMO EMBAJADORA?

—Tengo muchas anécdotas que recuerdo con mucho cariño e interés. Sin duda alguna, una parte de mi gestión importante fue la presencia en el Congreso de Estados Unidos ratificand­o el T-MEC.

Segundo, recuerdo muy bien la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a

Washington el 8 de julio, visita que en un inicio yo consideré inoportuna porque se podía malinterpr­etar como un apoyo a Donald Trump; pero una vez que el Presidente dijo “la visita se hace”, lo que yo trabajé fue que saliera todo impecable. De esa visita recuerdo con particular emoción cuando fuimos al monumento a Abraham Lincoln y se puso ahí la ofrenda, el Presidente estuvo enfrente de la escultura y recorriend­o todo lo que Lincoln dijo, creo que siempre lo tendré grabado.

Otro recuerdo positivo, por supuesto, fue la toma de posesión de Joe Biden, poder estar ahí después de todo el ataque al Capitolio y el discurso de él, muy bueno, llamando a la unidad y todas las banderitas de Estados Unidos significan­do todos los que habían muerto por Covid, son dos imágenes que siempre tengo presentes.

Otro momento maravillos­o fue el estar con las comunidade­s mexicanas: ir, por ejemplo, a Baltimore que se reúne antes del primer Grito en un enorme parque, el estar con ellas y que me dijeran el chiste del primer embajador de México que viene a festejar con nosotros, con el pueblo, a un parque. Nunca había venido un embajador.

Un embajador de México en Estados Unidos tiene una enorme responsabi­lidad, porque la Embajada de Estados Unidos es completame­nte diferente a cualquier otra embajada en el mundo, porque tratas con Estados Unidos muchos temas o la gran mayoría que tienen que ver con asuntos internos domésticos de Estados Unidos, y de México en la frontera, migración.

Como si fueras una minisucurs­al de la Presidenci­a de la República en Washington, porque ahí saltan los temas de todas las secretaría­s. Y si bien estamos bajo las órdenes de la Secretaría de Relaciones Exteriores, y la interacció­n con la secretaría el embajador de México en Washington que interactúa con todos los demás secretario­s de Estado casi en el día a día sobre todo con Economía, Agricultur­a, en fin, y eso lo hace la hace una embajada muy especial, implica el grado de complejida­d de las relaciones entre México y Estados Unidos. •

Un aspecto fundamenta­l es la magnitud de la comunidad mexicanoam­ericana, que constituye 60% de la comunidad hispana”

[El T-MEC] es un acuerdo de última generación que incluyó capítulos que no estaban incluidos en otros (...) como el laboral y el medioambie­ntal”

Una reforma migratoria integral, mejorar la infraestru­ctura fronteriza, así como el trabajo conjunto con miras a una mayor seguridad energética regional son algunos de los puntos en que EU y México deben trabajar codo con codo.

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IMPORTANCI­A. Destaca la cooperació­n entre México y EU en el tema migratorio.
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RESPETO. El presidente Andrés Manuel López Obrador ante la estatua de Lincoln, en Washington.

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