“Dime tú, puente de piedra”
México y Estados Unidos son dos vecinos que se observan, se estudian y se estiman desde la distancia de sus lenguas e historias. Para entenderse han descubierto que necesitan contarse para sí mismos lo que observan de esas tierras, cuya lejanía no impide que resultemos próximos, incluso íntimos.
Lo que hoy llamamos periodismo narrativo ha dejado huella en la literatura mexicana con obras que se han convertido en clásicos del género. Guillermo Prieto, Manuel Payno, Justo Sierra, Amado Nervo, Manuel Gutiérrez Nájera y Salvador Novo son algunos referentes de viajeros mexicanos por EU entre el siglo XIX y las primeras décadas del XX. Sobre ellos han corrido ríos de tinta. Así que sirvan estas líneas para poner atención en otros autores valiosos.
A medio camino entre estos escritores y el acelerado siglo XX está Laura Méndez de Cuenca (1853-1928). En El Mundo y El Mundo Ilustrado publicó varias crónicas en las que narró la Navidad y el Día de Acción de Gracias; no sólo retrató las costumbres, también fue una aguda observadora de la política local al narrar para la prensa mexicana las elecciones presidenciales de 1896, con las exigencias que ya imponía en el periodismo la naciente figura del reporter. Su obra ha sido recopilada en antologías de universidades y gobiernos estatales.
La Babilonia de Hierro. Crónicas neoyorquinas es el título del compendio de estampas que José Juan Tablada (1871-1945) escribió entre 1920 y 1936 desde Nueva York. En 1997, la UNAM las reunió en un repositorio digital. Rodolfo Mata y Gabriel M. Enríquez refieren en su presentación que la prosa de Tablada “retrató a la sociedad norteamericana, ofreciendo un contrapunto constante con México e Hispanoamérica desde el balcón panorámico de esa urbe cosmopolita”.
Contertulio de Tablada fue Marius de Zayas (1880-1961), quien se preguntaba en una de sus
REPRESENTACIÓN. Una pintura del artista mexicano Marius de Zayas.
RETRATO. Compendio de estampas que José Juan Tablada escribió desde Nueva York.
AUTOR. Juan Villoro (Ciudad de México, 1956) es autor de Escape a Disney World.
primeras crónicas: “¿Qué cosa es Nueva York? ¿Cómo es Nueva York? Buen premio podría ofrecerse a la persona de tan gran ingenio que fuese capaz de contestar acertadamente tales preguntas, las que, más que preguntas, antójanseme enigmas”. Esta es la duda de quien no sólo se debe arrojar a explotar este género periodístico con lo que tiene en manos, sino a recorrer una ciudad desconocida. Un reto y una promesa.
Además de nutrirse de los círculos literarios de Nueva York, apunta Antonio Saborit en la presentación de Crónicas y ensayos. Nueva York y París, 1909-1911 (Ediciones El Equilibrista, 2008), De Zayas “frecuentó juzgados, salas de concierto, gimnasios,
Imprescindible de la crónica contemporánea es Juan Villoro.
delegaciones policiacas, galerías de arte, salones de baile y cafés...”, escenarios que le dieron historias y atmósferas para su trabajo. Leamos a Marius de Zayas, excepcional punto de partida para el cronista urbano.
Un imprescindible de la crónica contemporánea es Juan Villoro (Ciudad de México, 1956), autor de Escape a Disney World, que forma parte de Safari accidental (Joaquín Mortiz, 2005), colección de colaboraciones publicadas a lo largo de una década. Escribe Villoro sobre este paseo que hizo con su familia: “La utopía tiene el defecto de no existir, y en 1955 Disney ideó la segunda mejor opción del utopista: levantar un falansterio superior a la realidad”.
Pero si existe un libro que merece mayor atención ese es Crónicas desde el país vecino (UNAM, 2006), de Luis Arturo Ramos, que muestra que el periodismo no es un género menor cuando se escribe con recursos literarios. En estas crónicas conocemos de las vicisitudes de la tumba de Victoriano Huerta en El Paso, donde reside el autor (Minatitlán, 1947); las andanzas por tierras texanas de Cuauhtémoc Cárdenas en su última campaña presidencial y una historia sentimental sobre los nombres de los puentes que cruzan del río Bravo. Esta última crónica debe leerse, nos convence Ramos, con música de fondo de Los Chicanos, conjunto musical que sintetiza en su nombre la historia y la convivencia entre ambos pueblos: “Dime tú, puente de piedra…”. •