Se ilumina el Capilano
Vancouver, situada en la costa oeste de Canadá, no solo es atractiva por su cultura y modernidad. A corta distancia del centro de esta ciudad se extiende un bosque lluvioso tupido de cedros, uno de los paisajes más puros y hermosos, no solo de la provincia de la Columbia Británica, sino de todo el país.
El Capilano Suspension Bridge Park es un parque de naturaleza, un centro de aventura y un espacio de divulgación sobre la cultura de las primeras naciones, el ecosistema y el cuidado del planeta. Pero, sobre todo, sus miles de visitantes llegan para cruzar su puente colgante, uno de los más famosos del mundo.
Si vas de visita en estas vacaciones, encontrarás una atmósfera navideña que envuelve esos árboles de más de mil años de antigüedad, los tótems coloridos creados por locales y un circuito de plataformas y más puentes colgantes. En diciembre y enero, el parque se viste de las llamativas luces de colores durante la temporada de Canyon Lights.
ENTRE PUENTES Y PLATAFORMAS
Aventúrate cual ardilla entre los abetos Douglas que alcanzan entre 40 y 90 metros de altura (¡como un edificio de 20 pisos!). Además del célebre puente disfruta de otra atracción: Treetops Adventure.
Empieza la travesía desde una casa del árbol e intérnate en el bosque a través de siete puentes colgantes entre las copas de los árboles. Las estructuras fueron colocadas mediante un sistema no invasivo que permite el sano crecimiento de la vegetación.
A LA ORILLA DE LA MONTAÑA
Otro de los atractivos del parque es el Cliffwalk, el paseo por la pared de uno de los acantilados.
La estrecha pasarela semicircular de 213 metros de longitud parece levitar sobre el río Capilano. Asegurado por 16 puntos de anclaje al granito de la montaña, se eleva a 91 metros. Pasa por el ‘Arc de Lumina’, el túnel de luces navideñas que se instaló en una parte del Cliffwalk.
LA JOYA DE LA CORONA
Sobre el río Capilano se construyó este puente en 1889, con cuerdas y troncos de cedro. Su propósito era dar acceso a una cabaña al otro lado del río. Aunque en aquel entonces era muy primitivo, comenzó a atraer a los visitantes.
Ahora, es posible explorar un bosque lluvioso de vívido verde que abraza monumentales tótems y el famoso puente colgante de 137 metros de longitud.
Hay que esperar a que caiga la noche para que comience Canyon Lights, el espectáculo de luces navideñas que cambia de tonalidades cada determinado tiempo. Aunque el puente pueda tambalearse, no te preocupes, es capaz de aguantar un avión 747. •