Peer Gynt, obra clásica de Ibsen, regresa con títeres
La producción de Marionetitlán, una de las muy contadas compañías que ha montado esta obra con títeres, la presentará, bajo la dirección de Gabriela Kraemer, en La Capilla
Peer Gynt, una de las obras más conocidas del dramaturgo noruego Henrik Ibsen, será presentada, en la adaptación para títeres de la directora Gabriela Kraemer y la compañía Marionetitlán, en el Teatro La Capilla (Madrid 13, Del Carmen) el 9 y 16 de abril, a las 18:00 horas, y el 18 y 25 de mayo, a las 20:00 horas.
En Estados Unidos, a principios del siglo XX, el Peer Gynt se montó, por primera vez, con títeres. “Desde entonces, nadie, más que nosotros, lo ha hecho así”, cuenta, en entrevista, Kraemer y detalla que dicha pieza ya ha sido representada, alrededor de 50 veces, con marionetas.
Debido a la extensión de la obra, ésta fue dividida en tres partes. El público ve, entonces, la juventud de Peer Gynt, cuando él se enfrenta a una serie de tradiciones que dejan de tener sentido y las palabras de sus mayores no hallan eco porque ya no son válidas en su presente.
Pero la historia de Peer Gynt es también la de un joven alcohólico, mentiroso, egoísta y desconsiderado —continúa Kraemer—, que tiene ambiciones intensas y a quien lo persiguen la culpa y las pesadillas. “Como todos los jóvenes, Peer quiere alcanzar grandes cosas en la vida; quiere ser emperador y demás pero sin hacer mucho esfuerzo. Esto es algo que no pierde vigencia a través del tiempo”.
Peer es un hijo desobediente que quiere ser genial y extraordinario, abunda la directora. “Es difícil lograr lo que él desea, atravesado por tantas expectativas. El público vive, a su vez, los sufrimientos de él, pero lo hace en un tono jocoso y entiende las consecuencias de actos terribles
GABRIELA KRAEMER
Directora
“Como todos los jóvenes, Peer quiere alcanzar grandes cosas en la vida; quiere ser emperador y demás sin hacer mucho esfuerzo. Esto es algo que no pierde vigencia”
como raptar a la novia en su boda. Los problemas de Peer se han planteado desde hace 150 años”, detalla la directora.
Una de las ventajas de la representación con marionetas es la posibilidad de llevar a escena a ciertos personajes fantásticos que habitan la obra. “Para darle vida a un personaje así se puede disfrazar a los actores, pero quizá no sea el mismo resultado si se talla en madera al personaje tal y como está siendo imaginado”, dice Kraemer.
En la obra hay, por ejemplo, una vaca, figura folclórica de Noruega que, “como una especie de sirena”, seduce a los cazadores para desaparecerlos. “Yo puedo imaginarme cómo sería una vaca seductora y tallarla en madera, pero personificar a una mujer o un hombre como vaca seductora es difícil. Hay personajes que son sugestivos si se les da vida como marionetas”.
La compañía tiene, además, su propio cuarteto de música (violín, viola, cello y flauta) que tocará en vivo la obra homónima que el pianista noruego, Edvard Grieg, compuso para el Peer Gynt. “Es una pieza que el público seguro conoce más que la obra misma porque ha sido usada en caricaturas, anuncios y mil cosas más”.
La edad mínima para ver Peer Gynt es 10 años, puesto que los temas tratados —el conflicto con los padres y la muerte de estos, las cuitas amorosas o las decisiones que determinan el rumbo de la vida— son más afines para alguien en el umbral entre la infancia y la adolescencia.
La última parte de la obra, Peer Gynt, de regreso, se estrenará en el transcurso de 2023, por lo que Kraemer le sugiere al público permanecer atento. •