El Universal

Filogonio Naxín, en las garras de la discrimina­ción y el abuso

- ADRIANA MALVIDO adriana.malvido@gmail.com

Hace tres años me encontré con la obra de Filogonio Naxín. Le pedí una entrevista y descubrí su universo plástico. Acuarelas, acrílicos, óleos, monotipos, aguafuerte­s, un estallido de formas y colores, de humor, erotismo y crítica social habitan su casa en la colonia Merced Gómez. Me contó de su infancia en una de las comunidade­s más pobres y marginadas de México en Oaxaca, de su pasión desde niño por la pintura, de su increíble periplo para dedicarse al arte. Y de la discrimina­ción. Volví a su taller hace unos días. Está lastimado física y emocionalm­ente. La ciudad de los derechos donde decidió vivir le ha pagado su talento con un secuestro y una brutal agresión policiaca. Su “delito”: no pagar una extorsión. Y ser indígena en un país, “donde no existimos, sólo en el discurso y en las vitrinas de los museos”.

El domingo 12 de marzo salía de comer con Cristal, su esposa, y sus pequeños hijos de casa de unos amigos en Coyoacán. Juntos organizan en esa colonia un espacio cultural independie­nte dedicado a las artes y culturas indígenas con talleres gratuitos, exposicion­es, lecturas de poesía, recitales… en Francisco Ortega 17. Se le cerró un auto, dio un volantazo y chocó ligerament­e con un semáforo. Intentaba cambiar su llanta ponchada cuando llegaron dos policías, luego ya eran cinco patrullas a su alrededor. “¿Cómo nos arreglamos?”

Lo que siguió: “el infierno”. Con violencia lo empujaron dentro de una patrulla, él gritó, exigía sus derechos. “Que vas a saber tú de derechos, pinche indio”. Lo golpearon, le bajaron los pantalones. “Esto te pasa por pendejo”. Lo esposaron. Una hora lo trajeron dando vueltas. Lo vieron mal, pidieron una ambulancia, tenía muy alta la presión, luego lo llevaron a un MP, pero ése no era el indicado. Ya con Cristal se los llevaron a los dos a otro MP donde le dijeron que debía una multa de 28 mil pesos por daños en la vía pública… En shock, volvió a su casa ya de mañana y a los dos días regresó a pagar para recuperar su auto que sigue en un corralón. Ah no, le dijeron, ahora hay una segunda multa de otros 28 mil 600 pesos “por desacato”. Amenazan con arrestarlo 25 horas si no paga esa cantidad, en efectivo. O trabajo comunitari­o. Ofreció dar talleres en escuelas para niños. Ah no, ellos le dirán en dónde, cuándo y qué.

El pintor denunció ante las autoridade­s, pero también en Derechos Humanos de la CDMX y en redes sociales. Exige justicia, reparación del daño. “No podemos quedarnos callados, porque no soy el único, hay quienes no tienen voz o ya desapareci­eron”, me dice. Se rehabilita­ba de un padecimien­to en la espalda cuando esto sucedió y recayó por los jaloneos y golpes. Ahora le exigen casi 60 mil pesos, necesita medicament­os y debe hacer “trabajo comunitari­o”. En una carta con unas 300 firmas, artistas, gestores culturales, escritores… exigen justicia, castigo a los responsabl­es. La dirigen a Claudia Sheinbaum, a Omar García Harfuch, al alcalde de Coyoacán.

¿Cómo hablar de una ciudad de derechos cuando los ciudadanos seguimos sometidos a la impunidad, el racismo, la corrupción y el clasismo sistémicos?, dice la carta. Y Filogonio, que desarrolla un proyecto en la sala de Etnografía a invitación del Museo Nacional de Antropolog­ía, que ha mostrado su obra en más de 30 exposicion­es y abre un espacio artístico gratuito… no ha recibido ni una llamada de las autoridade­s culturales. ¿En dónde está la Secretaría de Cultura? Mientras la denuncia recorría las redes, Alejandra Frausto celebraba la inauguraci­ón de la nueva tienda de Fonart en Los Pinos “la residencia oficial del pueblo de México”. •

¿Cómo hablar de una ciudad de derechos cuando los ciudadanos seguimos sometidos a la impunidad, el racismo, la corrupción y el clasismo sistémicos?

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