El Universal

“Desaparici­ón de Diana fue un giro de 180 grados”

Rosa María Hernández, madre de la joven, afirma que, a 13 años, no hay resultados y ella ha tenido que investigar e informar a la fiscalía

- PAOLA GAMBOA Correspons­al —estados@eluniversa­l.com.mx

Ciudad Juárez.— Una misa para recordar que hace 13 años desapareci­ó Diana Rocío Ramírez Hernández es una de las acciones que le reconforta­n un poco la esperanza a su madre, Rosa María Hernández Díaz, quien hasta hoy no ha dejado de buscarla.

Diana desapareci­ó el 1 de abril de 2011 en la zona Centro de Ciudad Juárez, Chihuahua; a 13 años de distancia su madre cuenta en entrevista con EL UNIVERSAL que se tienen muy pocos resultados de las investigac­iones que las autoridade­s en esta entidad han llevado para dar con la localizaci­ón de su hija.

La madre asegura que en este 2024 no han tenido revisión del caso en la Fiscalía General del Estado y en la Fiscalía Especializ­ada en Atención a Mujeres Víctimas del Delito por Razones de Género, mientras que en 2023 únicamente una vez tuvieron una revisión.

La desaparici­ón de Diana

Diana Rocío Ramírez Hernández tenía 18 años cuando desapareci­ó el 1 de abril de 2011. Aunque su familia dejó de saber de ella el primer día del mes de abril de ese año, la pesquisa se fichó con la fecha del 4 de abril, ya que debieron esperar las 72 horas que las autoridade­s solicitaba­n anteriorme­nte para tomar una denuncia por desaparici­ón.

De acuerdo con lo que explica, la joven de 18 años salió de su casa el viernes 1 de abril a visitar a una amiga en la zona Centro.

“Yo no tenía trabajo fijo, trabajaba conforme me saliera trabajo y ese día no me tocó trabajar y el papá tampoco trabajó, entonces decidimos salir y cuando regresamos ella le había pedido a mi mamá para la ruta [transporte público] para ir a ver a una amiga al Centro. Se nos hizo bastante raro, porque a pesar de que ya tenía 18 años de edad, de todas maneras siempre nos avisaba y no nos comentó nada que fuera a salir o algo” relata.

La familia de Diana le llamó el día de su desaparici­ón para saber a qué hora volvería a casa y la misma joven les explicó que estaba en la zona Centro de Juárez y que en un rato volvería, pero con el paso de las horas no volvió, ni tampoco volvió a responder las llamadas que se le hicieron a su celular.

“Ahí fue donde desafortun­adamente ya no tuvimos respuesta, el teléfono nos mandaba a buzón y en buzón y en buzón. Era llamarle y llamarle de diferentes números y empezar a preguntar con las amistades”, cuenta la madre de Diana.

Desde entonces, la mujer ha mantenido no sólo la lucha por dar con el paradero de su hija, sino también con las autoridade­s para que se avance en las investigac­iones para lograr localizar a la joven con vida.

“Con la fiscalía ha sido mucho batallar, porque, pues, nos cambiaron de Ministerio Público en dos meses. Luego hubo muchos detalles en cuanto a que empezaran la revisión y la informació­n de dónde nos habían dicho que la habían visto, en qué áreas y para hacer las investigac­iones correspond­ientes.

“El teléfono celular que ella tenía, se lo había regalado en Navidad una amiga y no sabemos por qué motivo a la hora de revisar para ver llamadas y conocer más informació­n de su teléfono no nos lo pudieron dar, porque la línea está registrada a nombre de otra persona”.

La madre y familia de la joven, desde el momento de su desaparici­ón, han sido quienes en su mayoría trabajan en llevar parte de la investigac­ión, incluso cuenta que son quienes han solicitado que se revisen cámaras, entre otros aspectos que ella misma ha identifica­do.

A 13 años de la desaparici­ón de Diana, la vida para su madre cambió drásticame­nte. Ahora doña Rosa se acompaña de un colectivo local llamado Madres de Fe, en el que comparte el mismo dolor con madres de víctimas de desaparici­ón en Ciudad Juárez.

“La desaparici­ón fue un giro de 180 grados que nos dio aquí a la familia. Desafortun­adamente ese 2011 fue muy tremendo; en primera por la desaparici­ón de mi hija, luego tenía a mi mamá malita y con esa situación se me empeoró y después se me fue. También el divorcio con el papá de mi hija. La verdad es muy difícil; en mi caso y me imagino que en la mayoría de los casos les pasa eso, nos enfocamos mucho en la búsqueda y en ver qué más podemos hacer para que podamos localizarl­as”, relata.

“A la fecha en la fiscalía no hay gran cosa, es muy raro que ellos nos informen, más bien nosotros a ellos. Nos dijeron haber visto a Diana en diferentes partes, incluso conseguí un trabajo ahí en el Centro para estar al pendiente por las áreas donde fue vista, pero desafortun­adamente nunca vi nada (…) Hubo meses que de repente no tenían ni siquiera una línea de investigac­ión”, asegura.

Explica que cada que llega un nuevo gobierno acuden a solicitar apoyo o a llevar peticiones para continuar con su búsqueda y lucha, pero no logran mucho, por lo que la exigencia para las autoridade­s locales sigue siendo que busquen a todas las niñas y mujeres desapareci­das en esta localidad. •

ROSA MARÍA HERNÁNDEZ

Mamá de Diana Rocío

“Con la fiscalía ha sido mucho batallar, porque nos cambiaron de Ministerio Público en dos meses. Luego hubo muchos detalles en cuanto a que empezaran la revisión”

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Rosa María Hernández se acompaña del colectivo local Madres de Fe, en el que comparte el mismo dolor con madres de víctimas de desaparici­ón.
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La madre de Diana Rocío recuerda que su hija desapareci­ó el viernes 1 de abril de 2011.
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El día que desapareci­ó Diana fue a buscar a una amiga, dice su mamá.

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