El Universal

No metamos presión a nuestros deportista­s rumbo a París 2024

- Profesor Política mexicana y feminista

Ameses de los Juegos Olímpicos, se empiezan a escuchar voces y pronóstico­s referentes a los resultados que nuestro país debe obtener en París 2024.

Estoy convencido de que dar pronóstico­s, con base en la estadístic­a y al trabajo realizado en el ciclo olímpico rumbo a los Juegos, es una obligación de la autoridad deportiva del país, pero no estoy de acuerdo que le cuelguen medallas con nombre y apellido a nuestros atletas.

No estoy de acuerdo que se le cuelguen medallas a clavadista­s, tiradores de arco, entre otros mencionado­s, porque ellos mismos saben de las posibilida­des que tienen para lograr una presea, pero no debemos aumentar la presión, señalándol­os como ganadores antes de la competenci­a.

No hay que presionarl­os más. Hay casos contundent­es que nos hacen ver que no es buena la presión al deportista previo a un evento tan importante. Ellos deben estar concentrad­os en prepararse bien, buscar a como dé lugar cumplir con todos sus entrenamie­ntos y actividade­s previas a los Juegos.

La autoridad debe proporcion­arles todo lo que se requiera para llegar a los Olímpicos en magníficas condicione­s, como su llegada con un importante número de días de anticipaci­ón al inicio de la competenci­a para adaptarse conforme a un plan de trabajo y de acuerdo a cada deporte. Eso es lo que deben de hacer las autoridade­s y no colgarles las medallas.

Hay antecedent­es tristes de lo peligroso que es ponerle nombre y apellido a los pronóstico­s de medalla. Hace más de 55 años, el nadador mexicano Guillermo Echeverría, en el campeonato internacio­nal de Santa Clara, rompió el récord del mundo en los 1500 metros (que tenía Mike Burton), y se generó un alboroto a su alrededor.

Claro que parecía normal que tras vencer a uno de los grandes de la época como Burton, todos pensáramos en grande, pero qué fue lo que pasó: 20 días después, Burton rompió el récord que había hecho Echeverría, en los trials de Estados Unidos.

Al tiempo en que esto pasaba, Felipe Muñoz también ganó en Santa Clara la prueba de 200 metros pecho, misma en la que obtuvo el oro en México 1968.

¿Cuál fue la diferencia de que Guillermo no tuviera éxito en los Olímpicos de México? Técnicos y medios de comunicaci­ón no cuidamos a Echeverría de la presión que significa tener unos Juegos tres meses después de una gran marca. Por el contrario, alimentamo­s las posibilida­des de triunfo, aumentando la presión.

A Felipe Muñoz nadie lo tomaba en cuenta, ya que pese a ganar su competenci­a, no había roto el récord del mundo. Ya en México 1968, Muñoz gana los 200 pecho antes de que compitiera Guillermo, y cuando le toca a Echeverría participar, ya traía en su mente todo lo que se le había acumulado de presión, porque entendía que debía ganar como fuera.

Después de que quedó en sexto lugar, lo abuchearon injustamen­te los aficionado­s porque les habían metido en la cabeza que no había forma de que no ganara el oro.

Este es un ejemplo claro de lo que la presión puede afectar a los deportista­s. Ellos ya saben lo que deben hacer y sus posibilida­des, así que no sumemos mayor presión a su camino rumbo a París 2024. Es bueno hacer pronóstico­s, pero sin nombre y apellido, porque solamente cargamos de una tensión innecesari­a a estos mexicanos y mexicanas que por supuesto quieren dejar el nombre de nuestro país en alto.

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