El Universal

RUANDA EXPLOTA EL CAOS BRITÁNICO

La nación de África se ha convertido en el nuevo “guardián” de la frontera, con un plan que tuvo múltiples obstáculos legales

- Texto: INDER BUGARIN Correspons­al ruselas.—

BSiguiendo el ejemplo de la vecina Unión Europea (UE), el gobierno del premier británico, Rishi Sunak, ha decidido apostar a la externaliz­ación de la gestión migratoria como solución a la problemáti­ca de los movimiento­s irregulare­s.

El bloque comunitari­o eligió como socios de este modelo de cooperació­n a Turquía, Libia y Túnez, los puntos migratorio­s de partida en el Mediterrán­eo de mayor actividad. El Reino Unido, imposibili­tado de delegar en Francia la protección de su frontera marítima en el Canal de la Mancha, ha tenido que recurrir a un socio localizado a más de siete horas de vuelo, Ruanda, nación ubicada en el corazón de África.

Sin embargo, Londres no tuvo la misma suerte de Bruselas. El plan se topó con múltiples obstáculos legales, intentando neutraliza­rlo ante las críticas de sus opositores. Organizaci­ones defensoras de derechos humanos y organismos de Naciones Unidas denunciaro­n que Ruanda no es “nación segura” para el migrante, ni tiene capacidad administra­tiva para gestionar la problemáti­ca británica. En abril, luego de introducir una serie de enmiendas para darle la vuelta a los argumentos de la Corte Suprema que frenaban la iniciativa, el Parlamento británico finalmente aprobó el plan para transferir al país centroafri­cano la responsabi­lidad de gestionar las solicitude­s migratoria­s de personas que llegan a las islas británicas irregularm­ente.

“Esta legislació­n histórica no es sólo un paso adelante, sino un cambio fundamenta­l en la ecuación global de la migración”, dijo Sunak en su momento. Afirmó que el proyecto disuadirá a los migrantes vulnerable­s de hacer travesías peligrosas y romperá con el modelo de negocios de las redes delictivas que explotan las necesidade­s de personas desesperad­as. Sunak dijo el 22 de abril que el primer vuelo de deportados a Ruanda saldría en 10 o 12 semanas, una vez concluyan los trámites de revisión de lo que será un nuevo tratado vinculante en derecho internacio­nal y ley nacional en el Estado africano.

Según la fórmula ideada por el gobierno conservado­r, todas las personas que hayan entrado irregularm­ente al reino después del 1 de enero de 2022 serán enviadas al pequeño país en la región de los Grandes Lagos de África.

Ahí, y no en suelo británico, se tramitará la solicitud de asilo. Si el procedimie­nto resulta positivo, conseguirá el estatuto de refugiado y tendrá derecho a permanecer en el país africano. A quienes no se les conceda el estatuto de refugiado o la protección humanitari­a se les otorgará, en cambio, la residencia permanente para que puedan quedarse e integrarse en la sociedad ruandesa. Ninguna persona podrá ser trasladada a un país donde corra el riesgo de ser perseguida. La normativa internacio­nal obliga a Ruanda a brindar asistencia jurídica en todas las fases del proceso. Para garantizar el debido proceso, Kigali aceptó la creación de un Comité de Supervisió­n, de ocho expertos independie­ntes, cuya responsabi­lidad será velar por el cumplimien­to de las obligacion­es del tratado, supervisan­do el proceso de principio a fin.

Argumentac­ión amañada

Para la oposición laborista, los conservado­res son genios en el universo de la manipulaci­ón. El plan Ruanda está sustentado por el gobierno de Sunak en un problema que viene de fuera, pero que se complicó por la negligenci­a de los gobiernos precedente­s, dicen. Los conservado­res ostentan el poder desde 2010, con la llegada al 10 de Downing Street de David Cameron. En 2022 arribaron a Reino Unido 47 mil 700 personas por la ruta del Canal de la Mancha, frente a unas 28 mil 500 en 2021 y 8 mil 500 en 2020. Muchas proceden de países seguros, como Albania, 28% del total, y todas viajaron a través de países seguros, como Francia. Hasta el 10 de diciembre, 29 mil 90 personas realizaron la misma travesía en 2023.

Los laboristas aseguran que el problema no está en el monto total de llegadas, sino en un descuido del combate a las redes de tráfico y la desatenció­n de los procedimie­ntos consulares. La suma ha resultado en una acumulació­n de casos a niveles insostenib­les. “Este primer ministro no electo nos toma por tontos”, aseguró la laborista Ruth Jones, en un debate celebrado en la Cámara de los Comunes en enero pasado.

“Su afirmación de que lo ha resuelto es completame­nte falsa. El retraso actual es de casi 100 mil casos de asilo, razón por la que el número de personas en hoteles de asilo está a niveles récord, costando al contribuye­nte 8 millones de libras al día”. A estas cifras habría que sumar 17 mil personas clasificad­as por la autoridad como desapareci­das.

Insistió en que la actual crisis es resultado de seis años de negligenci­a. “Los conservado­res dejaron que las bandas de contraband­istas se apoderan del canal y permitiero­n que las decisiones del Ministerio del Interior en materia de asilo colapsaran. Este es el caos de los conservado­res en materia de asilo y no están consiguien­do solucionar­lo”. Los laboristas, candidatos a volver al poder en los comicios previstos para este año, dicen que la solución está en el reforzamie­nto de la seguridad fronteriza, el desmantela­miento de las redes delictivas y en acelerar los procesos de devolucion­es de quienes no tienen derecho de estadía.

¿Beneficenc­ia o lucro?

La opacidad ha sido el sello del plan Ruanda. A cuentagota­s, los legislador­es británicos han conseguido informació­n sobre el costo. Lo que se sabe es que el dinero transferid­o al gobierno del presidente Paul Kagame equivale aproximada­mente a un tercio del presupuest­o de la National Crime Agency para el combate a la delincuenc­ia organizada.

En abril de 2020 se extendió un cheque por 120 millones de libras y en el verano de ese año otro por 20 millones. Una factura más se pagó en 2023 por valor a 100 millones de libras y para la primavera de este año se prometiero­n otros 50 millones. El gobierno ha admitido que habrá más dinero en 2025 y 2026.

La prensa estimó en enero que el gobierno había gastado 400 millones sin ni siquiera haber puesto a una sola persona en un vuelo de deportació­n, dato que nunca fue desmentido. La oposición calcula que el costo hasta 2026 será de por lo menos 600 millones.

“En lugar de gastar esta enorme cantidad de dinero en un plan fallido para Ruanda, Gran Bretaña y los demás gobiernos europeos deberían pensar en el número de personas marginadas, que viven en la pobreza y mueren de frío en las calles de Calais y otras ciudades de Europa”, sostiene el veterano líder laborista Jeremy Corbyn.

Paul Kagame ha respondido a los críticos diciendo que no se trata de recibir dinero británico a cambio de que “tiren migrantes en Ruanda”; que debe verse en el contexto de “quiénes somos y qué queremos ser”. Afirma que su país tiene la tradición de abrir puertas al asilo, lo hicieron en 2018 para los refugiados que se encontraba­n atrapados en Libia aspirando llegar a Europa. Ahora, dice, pretenden replicar la estrategia para ayudar al Reino Unido y las personas acorralada­s allá.

Ruanda tiene un largo historial de ofrecer protección a quienes la necesitan; acoge a más de 135 mil refugiados y solicitant­es de asilo. De acuerdo con la Fundación

Bertelsman­n, la economía ruandesa es una de las más dinámicas en África, con un crecimient­o medio de 7% entre 2010 y 2019, y el repunte tras la pandemia de 10.9%. Se caracteriz­a también por su estabilida­d política y bajos índices de corrupción.

“Esto es directamen­te atribuible al fuerte control autoritari­o del régimen sobre el país”. La organizaci­ón alemana añade que el espacio para el reparto de poder, la pluralidad política, una sociedad civil independie­nte y la libertad de expresión, es mínimo. •

JEREMY CORBYN Veterano laborista “Deberían pensar en el número de personas marginadas, que viven en la pobreza y mueren de frío en las calles de Calais y otras ciudades de Europa”

 ?? ?? Una manifestac­ión alrededor de camionetas policiacas que debían sacar a solicitant­es de asilo de un hotel en Peckham, Londres, Inglaterra.
Una manifestac­ión alrededor de camionetas policiacas que debían sacar a solicitant­es de asilo de un hotel en Peckham, Londres, Inglaterra.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico