LAURENT, IS A FRENCH MASCULINE GIVEN NAME OF LATIN ORIGIN.
SAINT, A PERSON ACKNOWLEDGED AS HOLY OR VIRTUOUS AND TYPICALLY REGARDED AS BEING IN HEAVEN AFTER DEATH.
Podemos hablar de moda, de estilo, de grandes personajes y de firmas legendarias, pero no podemos negar la imponencia y el poder de tres palabras: Yves Saint Laurent. Y es que entre tanto bullicio y el veloz intercambio de información, a veces no nos detenemos a procesar el manifiesto que cada firma quiere transmitir, a quién le hablan, en qué corriente de diseño se posicionan y qué alcance tienen. Indiscutiblemente, Saint Laurent es, y siempre ha sido, una de las firmas más influyentes de la industria. Sus diseños persisten más allá de generar tendencias, son un statement de estilo. Anthony Vaccarello ha construido su propia historia en la maison de una manera muy firme y consistente, siempre sensual, rockero, bohemio y flamboyant. No podría explicar cómo es llegar a un desfile de Saint Laurent. Es un momento que se vive de cierta manera, se siente en la atmósfera, la vibra cambia, probablemente esto solo suceda con dos o tres marcas más. Entre tráfico y turistas, una multitud especial, en su mayoría vestida de negro, comienza a juntarse para ver el show de moda que marcará la dirección de la industria, temporada tras temporada. Por supuesto, es todo un espectáculo. Siempre se espera mucho de estos desfiles, pero hay veces en que todas las expectativas se superan por mucho. Como la primera vez que Vaccarello nos citó en los jardines de Trocadero, con la torre Eiffel de fondo, para arrancar el desfile a las 8 p.m. en punto, justo en el momento en que se encienden las luces del monumento parisino y bañan por completo la capital de la moda, alucinando a los espectadores. Yves siempre fue un revolucionario, no solamente abrió el panorama de la vestimenta femenina, incluyendo diseños masculinos para las mujeres, también le debemos gran parte del término prêt-à-porter, el que cambió la forma de vender y consumir moda. Sin pasar por alto la exposición del diseñador rockstar, Laurent no solo hacía atuendos para superestrellas, él era una. Hoy ese heritage sigue vivo gracias a la visión de Vaccarello, que ha detonado en Saint Laurent a una mujer del presente, con raíces en los fundamentos de estilo más icónicos de la marca. Uno de los statements más notables de Anthony es la bottomless silhouette con la que viste la parte de arriba del cuerpo y deja que las piernas sean las protagonistas, como hemos visto en más de un par de colecciones. Este look vuelve a ser icónico y completamente ligado a la casa francesa. No hay mini shorts, vestido o falda que hoy no se refiera a lo que Vaccarello ha puesto en la pasarela. Y claro, los zapatos, siempre son el ying del yang. Aún recuerdo el suspiro del público cuando en su primer desfile salió el stiletto con el logo YSL en el tacón, a todos se nos puso la piel chinita y qué decir de las botas puntiagudas a la rodilla repletas de plumas. Pero nada como las botas de cristales de la colección FW17, esas se robaron más que suspiros. La música de Sebastian siempre crea el ambiente y la tensión perfecta para la historia que Anthony quiere contar. Acelera el pulso en el momento justo en que la segunda parte del show continúa y se presentan los looks más couture, las nubes, los brillos, los volúmenes, las modelos, todo se eleva hasta una tensión casi cardiaca. Solo basta ver las polaroids del backstage para imaginar lo que es estar allí. Yves Saint Laurent es alguien, y algo, que siempre ha existido en nuestras vidas, y por ahora no me queda nada más que decir que: What a time to be alive, with Saint Laurent!