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Las prendas que marcaron historia en la moda al empoderar a las mujeres.
“ES LINDO RECIBIR ELOGIOS TANTO DE HOMBRES COMO DE MUJERES (AUNQUE DEBO SER HONESTA Y ADMITIR QUE PREFIERO LOS ELOGIOS DE UNA MUJER CON ESTILO), PERO FRECUENTEMENTE USO ROPA QUE A LOS HOMBRES NO LES GUSTA O QUE MÁS BIEN ‘NO ENTIENDEN’, LA USO PORQUE ME GUSTA Y PORQUE ME SIENTO BIEN. LA ‘MIRADA MASCULINA’ COMO FORMADORA DE MIS DECISIONES DE VIDA ES LEJANAMENTE INCIDENTAL”.
KATHARINE HEPBURN: HE HECHO LO QUE HE QUERIDO Y TENGO SUFICIENTE DINERO PARA MANTENERME. NO TENGO MIEDO A ESTAR SOLA.
BARBARA WALTERS: ¿TAMBIÉN POR ESO USAS PANTALONES?
KH: NO, USO PANTALONES PORQUE SON CÓMODOS.
PANTALÓN
Mademoiselle Chanel estaba decidida a quitar todo lo que estorbaba e incomodaba en la indumentaria femenina. Primero fue el corsé y después siguieron las faldas. Después de todo, las mujeres ya habían demostrado en la Gran Guerra que sabían llevar los pantalones bien puestos, así que ahora sería ella la encargada de mezclar funcionalidad y estética para permitir a las mujeres ir en pantalones sin perder el estilo. En una época en la que estos eran bien vistos solo en ocasiones muy específicas, personajes como Marlene Dietrich y Katharine Hepburn se atrevieron a llevarlos en público. Una guerra más tarde, las mujeres volvieron a ponerse los pantalones en ausencia de los hombres y desde entonces no se los han quitado. Mucho más que una moda, esta prenda es un símbolo de la lucha por la equidad que peleamos a diario.
MINIFALDA
Los años sesenta fueron una época de revolución sexual. La aparición de la píldora anticonceptiva liberó a la mujer del condicionamiento biológico y le dio la libertad para decidir sobre su sexualidad. Esto se reflejó también en cómo la expresaban a través de la moda y así fue como Mary Quant introdujo la minifalda en 1964. Aunque más tarde se disputó su creación entre Quant y André Courrèges, ella afirmó que “las verdaderas creadoras de la minifalda son las chicas, las mismas que han visto en las calles”. Al romper con la estética del recatado New Look de Dior, marcó el antes y el después de una nueva feminidad, ahora una mujer liberada.
POWER SUIT
Normalizar el pantalón: check. Pero a finales de los sesenta la sociedad se volvió a escandalizar cuando Yves Saint Laurent presentó Le Smoking como opción para un look de gala. ¿Cómo un couturier podía proponer tal transgresión? De la mano de sus musas y amigas Catherine Deneuve, Betty Catroux y Loulou de la Falaise, Yves hizo del esmoquin femenino la nueva armadura de las mujeres contemporáneas y un icono de su firma. Aunque este se desvaneció unos años tras el cierre de la división de alta costura en 2002, los trajes regresaron con más fuerza que nunca a YSL cuando Hedi Slimane tomó la dirección creativa en 2012. Las casas más grandes de moda apostaron por sus propias versiones del power suit hasta convertirlo en una de las tendencias dominantes de la década de los 2010 y en un básico en el clóset de una mujer moderna.
SILUETA
La moda es una industria que sigue dominada principalmente por los hombres y durante décadas, la mujer se ha visto subordinada a una visión masculina de la feminidad. El hecho de que haya mayor participación femenina en los últimos años, además de jugadoras clave como Phoebe Philo o Stella McCartney, ha dado lugar a una nueva percepción estética de la mujer para la mujer. La silueta ha evolucionado y se ha desexualizado para otorgar a la mujer seguridad y comodidad bajo sus propios términos. Creadores masculinos como Pierpaolo Piccioli han entendido el cambio de juego y se han sumado a esta nueva ola de moda feminista. A su vez, surgen nuevas voces con respaldo de los grandes conglomerados, como Rihanna de la mano de LVMH, también decididas a dar a su propio género lo que necesita.