— E N T R E T E N I M I E N TO
Winterman, jefe administrativo del Batârd en Manhattan, ganador del premio James Beard al mejor restaurante en 2015. “Las veladas planeadas de último minuto suelen sufrir cuando piensas demasiado las cosas.” Aquí te dejamos los tips para que pongas a tu cerebro a trabajar al mínimo:
Los cócteles requieren demasiada atención. La champaña no. Sólo enfríala y haz pop.
Justin Severino, chef y co-propietario del Morcilla, en Pittsburgh, nos ofrece algo de sabiduría española. Primero, tenemos el gilda: tomas un palillo y lo clavas en algo cremoso, algo salado y algo ácido, todo en una sola mordida (tal vez un cubo de queso manchego, una anchoa, un pimiento y una aceituna). Considera también la sutil delicia de champiñones a la plancha. Solo avienta un puñado de champiñones en un sartén, ahógalos en mantequilla con sal, tomillo y cebolla, y echa todo en un Revuélvelo con un par de yemas de huevo para que el calor cree una salsa. Añade un chorrito de aceite de oliva y ya estás.
Mete una bolsa al microondas, dice Mike Isabella, chef y creador de un imperio gourmet en Washington, D.C. Sazona con sal de mar, polvo de curry, hojuelas de chile y miel. Agrega unas nueces y fruta seca.
Nota la atmósfera color ámbar que te rodea cuando entras a cualquiera de los restaurantes de Stephen Starr en Filadelfia o Nueva York - Le Coucou, quizás, o tal vez ¿Upland o Parc? Hay una razón por la que toda la gente se ve más joven. Confía en el calor de la flama. “Velas de cualquier forma o tamaño”, aconseja Starr. “Velas dentro de frascos de cristal”.