ESTAR A LA ALTURA
James Ferragamo, de 45 años, ha pasado su vida inmerso en la leyenda de la empresa de su abuelo. Aquí nos habla de su propio gusto para los zapatos, sus reglas para vestir y por qué los estadounidenses pueden ser más “experimentales”.
ESQ: ¿Cómo fue crecer en la familia Ferragamo?
JAMES FERRAGAMO: Me crié en la casa contigua a la de mi abuela. Así que de niño pude pasar mucho tiempo con ella. Es nuestra presidenta honoraria y a sus 95 años aún viene a la oficina. Gracias a ella Ferragamo hoy está donde está. Cuando su esposo falleció, ella recurrió a sus seis hijos para que hicieran realidad el sueño de Salvatore. Entender los sacrificios que ella hizo fue un ejemplo rotundo de cómo ser parte del legado familiar.
ESQ: ¿En dónde empezaste a trabajar?
JF: Entre los 9 y los 13 años mi hermano gemelo y yo pasábamos nuestras vacaciones de verano ensamblando zapatos. Intentamos hacer el menor daño posible, pero no éramos los mejores. Tal vez éramos demasiado jóvenes. Se requieren más de 120 etapas para ensamblar un zapato. Es un proceso complejo, ¿sabes?
ESQ: ¿Las cosas han cambiado desde entonces?
JF: Soy empleado de Ferragamo pese a que soy miembro de la familia. Aún me reporto al CEO. Sólo tres miembros de la familia de cada nueva generación pueden formar parte de la empresa. Pero incluso en las vacaciones de la universidad, era dependiente en nuestra tienda en Beverly Hills. Es importante entender al cliente de esa forma: ver qué desea.
ESQ: ¿Por qué la regla de tres?
JF: Salvatore Ferragamo nace de una familia en un millón y eso es irrepetible. Una empresa debería poder reestructurarse y queríamos lograr un equilibrio sano entre los miembros de la familia y una dirección de profesionales.
ESQ: ¿Por qué Ferragamo es tan valorado entre los famosos?
JF: Siempre hemos tenido mucha presencia en Hollywood. El primer trabajo importante de mi abuelo fue confeccionar zapatos para las primeras películas de la industria. También era un vendedor astuto. Sus clientes famosos visitaban la tienda y casualmente él estaba acompañado de un fotógrafo profesional. Las fotos eran como colocar un producto. Hoy aún colaboramos con este tipo de personajes. Hemos trabajado con Tom Hanks, Tom Cruise o Robert Downey Jr.
ESQ: ¿Cómo te vistes por la mañana?
JF: Empiezo con algo que pueda separar, a veces un traje sin corbata o incluso un suéter de cuello en V con algún detalle para que no parezca una pieza muy simple. Por supuesto, complemento con el calzado adecuado. Nuestro Tramezza es muy cómodo por la vira y la suela dobles. Se amolda a la forma de tu pie.
ESQ: Suena muy casual
JF: Si te pones un traje, es sencillo. Seleccionas un traje, una camisa, una corbata y unos zapatos. Pero puede sentirse extre -madamente formal, no es para todos los días. El hombre moderno necesita verse un poco deportivo, pero refinado. Depende de la calidad de las prendas. Piensa en el saco: p odría s er s in f orro, por ejemplo, lo cual le brinda esa textura suave. Si te vistes casual, debes hacerlo bien.
ESQ: Ahora trabajas en Italia, pero viviste muchos años en Estados Unidos. ¿Qué diferencias percibes?
JF: La dolce vita: así se representa el estilo de vida italiano y así es. Está en la historia del país, a partir del Imperio Romano. Hay una belleza que perdura. Los estadounidenses quizá son más experimentales. Adoptan las tendencias más rápido que los europeos. Creo que es un país muy nuevo.
ESQ: ¿Cuál es tu mejor consejo de estilo?
JF: Para mí es fácil decirlo, pero nunca sacrifiques los zapatos: desde el punto de vista estético, pero más importante, desde la comodidad. Se le debe poner mucha atención a algo tan importante como los pies, pues cargan todo el peso corporal. Los zapatos deben ser hermosos, sí, pero al terminar el día los pies no deben sentirse cansados.
“SE REQUIEREN MÁS DE 120 ETAPAS PARA ENSAMBLAR UN ZAPATO. ES UN PROCESO COMPLEJO, SABES?”